La Habana, 11 may.- Aunque todavía no hay tratamientos ni vacuna específica frente a la covid-19, se tiene una mejor comprensión sobre su comportamiento, lo que abre nuevas oportunidades para la investigación y desarrollo de fármacos.

En el caso de Cuba, el protocolo de atención comprende varios productos que formaban parte de la cartera biotecnológica del país, o en fase de estudio, y ahora se evalúa su efectividad frente al SARS-CoV-2.

En total se desarrollan 22 estudios clínicos y ensayos relacionados con la covid-19, según recoge el oficial diario Granma. Los más avanzados apuntan a regular o potenciar la respuesta inmune del organismo.

La Redacción IPS Cuba presenta cuatro de las alternativas más promisorias, acorde a las informaciones difundidas por las autoridades cubanas.

• Biomodulina T: Se trata de un inmunomodulador biológico indicado para el tratamiento de infecciones respiratorias recurrentes en adultos mayores, y en fase de estudio para una aplicación profiláctica en grupos de riesgo ante la covid-19.

La seguridad y eficacia de su uso para prevenir infecciones en mayores de 60 años, entre ellas la covid-19, se evalúa en un Ensayo Clínico Fase IV iniciado en abril de este año aunque los resultados solo estarán disponible en julio de 2021, según el informe del Registro Público Cubano de Ensayos Clínicos.

Sin embargo, el ministro de salud pública, José Ángel Portal Miranda, aseguró que el uso de este producto ha disminuido de manera significativa las enfermedades respiratorias en hogares de ancianos de todo el país, en los cuales se han distribuido más de 5 280 dosis.

El compuesto inyectable se produce desde hace 12 años en el estatal Centro Nacional de Biopreparados (Biocen).

Mary Carmen Reyes, jefa de ensayos clínicos del Biocen, explicó en la televisión nacional que entre otras acciones el fármaco estimula la producción de linfocitos T, que suelen disminuir a causa de la enfermedad, por lo que el centro también ha propuesto su uso en pacientes positivos al nuevo coronavirus en etapas tempranas.

Las autoridades sanitarias cubanas aclaran que no se trata de un medicamento que evite el contagio, solo estimula la respuesta inmune para enfrentarlo.

• Inmunopotenciador CIGB 2020: Este candidato vacunal, de aplicación nasal y sublingual, busca estimular el sistema inmune innato a nivel local, donde se encuentra la entrada del virus al organismo.

El ensayo clínico que evalúa la efectividad de la vacuna en la prevención y tratamiento en etapas incipientes, comprende 80 personas de ambos sexos, entre sospechosos de infección por SARS-CoV-2 y contactos.

En los exámenes preliminares se ha visto un estímulo en las moléculas de la superficie celular que marcan la activación del sistema inmune innato relacionado con los virus, aseguró a la prensa local, Gerardo Guillén, director de Investigaciones Biomédicas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), que conduce el estudio.

Los investigadores trabajan a dos niveles: demostrando la activación del sistema inmune innato y cómo este activa la inmunidad específica contra el virus, explicó Guillén.

A mediados de julio próximo debe haber concluido el ensayo, cuyos resultados serán publicados un mes después.

• CIGB-258: Se trata de un fármaco que apunta a regular la hiperinflamación que se produce en etapas avanzas de la enfermedad con riesgos para la vida del paciente.

La molécula es resultado de un proyecto de investigación que desde hace dos años trabaja en la búsqueda de fármacos para el tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas autoinmunes.

En este tipo de padecimientos el sistema inmunológico pierde el control y produce una respuesta inflamatoria contra sus propias moléculas.

“Seleccionamos una molécula que tiene un papel en la reacción inmunitaria, y a partir de esta se probó con una batería de moléculas con capacidad de regular la respuesta inflamatoria”, explicó la doctora María del Carmen Domínguez, Jefa del Proyecto CIGB 258.

El uso de la molécula ya había transitado por un ensayo clínico fase uno y se encuentra ahora en el dos, según la investigadora.

En el caso de la covid-19, controlar la respuesta inflamatoria es esencial para evitar fallos en múltiples órganos, entre otros riesgos para la vida.

Hasta el momento ha sido utilizado en 31 pacientes, de los cuales 42 por ciento ha sido dado de alta, y la sobrevida es del 80,6 por ciento, lo que se asume como un resultado alentador, informó la doctora Ileana Morales, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica de la cartera sanitaria.

Ese centro de investigación trabaja en otros antivirales como el CIGB 210 y el CIGB 300. En el caso del primero recién se obtuvieron resultados preliminares de un efecto positivo sobre una cepa de coronavirus bovino.

• Anticuerpo monoclonal anti-CD6 o Itolizumab: Este inmunomodulador también se dirige a controlar la inflamación sistémica en la etapa más avanzada de la enfermedad.

La molécula, en un inicio empleada en el tratamiento de casos de leucemia y linfoma, ha probado ser efectiva en el control de inflamaciones a gran escala, por lo cual se ha extendido su uso en caso de psoriasis severa y la artritis reumatoide, explicó a la prensa nacional la doctora Tania Crombet, directora de Investigaciones Clínicas del Centro de Inmunología Molecular.

En el caso de la covid-19 se ha aplicado a 77 enfermos, de los cuales el 57 por ciento ya de alta clínica, y la supervivencia de los graves es de 85 por ciento, aseguró Morales. (2020)