La Habana, 10 sep.- La madre de Lía Rodríguez, de dos meses y medio de nacida, aseguró que la niña “apenas sintió el pinchazo” al recibir este lunes su primera dosis de la vacuna Pneumosil-10 Valente, incluida por primera vez en el programa nacional de inmunización.

“Ahora está más protegida, sobre todo cuando existen tantas personas enfermas con los virus del dengue, el oropouche y de la gripe en todo el país”, comentó la joven puérpera que reside en La Habana.

De acuerdo con Lena López, jefa del Programa Nacional de Inmunización, del Ministerio de Salud Pública, se vacunan “todos los nacidos vivos desde el 1 de enero hasta el 30 de junio de este año, lo que se traduce en aproximadamente 27 500 lactantes”.

Además, quienes a partir de julio lleguen a los dos meses de edad (establecida para la primera dosis en el esquema de vacunación) recibirán también este inmunógeno que protege contra la meningitis aguda, la neumonía y las sepsis. López anunció que dentro de dos meses se debe aplicar la segunda dosis, y pasados luego siete meses, el refuerzo.

Precalificado por la Organización Mundial de la Salud en enero de 2020, este fármaco inmuniza contra varios serotipos (1, 5, 6A, 6B, 7F, 9V, 14, 19A, 19F y 23F) de la bacteria neumococo, según López.

Una nota en el sitio web del Ministerio de Salud Pública expone que los efectos adversos de Pneumosil-10 Valente son comunes a los de otras vacunas, como malestar general, inflamación en la zona de la inyección y fiebre leve, en tanto es muy bajo el riesgo de reacciones alérgicas.

Asimismo resalta que el programa cubano de vacunación abarca 17 fármacos, 12 de ellos de producción nacional, que permiten prevenir enfermedades como la rubéola, el sarampión, la poliomielitis, la difteria, la tos ferina y la parotiditis.

Protección a varias edades

Por su parte, Francisco Durán, director nacional de Higiene y Epidemiología, aseguró que “este proceso continuará” para la población de dos años de edad, cuando se disponga del fármaco antineumocócico Quimio-Vio, desarrollado por el Instituto Finlay de Vacunas y que se produce hoy en el Centro Nacional de Biopreparados.

En declaraciones a la prensa, el especialista apuntó que en la actualidad se aplica la vacuna antigripal a niñas y niños de dicha edad; en tanto varios grupos vulnerables (incluidas embarazadas y personas mayores de 65 años) reciben una dosis de refuerzo de los fármacos anticovid.

También adelantó que a inicios de 2025 empezará una campaña de vacunación contra el virus del papiloma humano, infección de trasmisión sexual que puede provocar cáncer cervicouterino en las mujeres y neoplasia anorrectal.

“Por primera vez se aplicará en Cuba a las niñas de nueve años de edad y luego se extenderá a la población femenina de hasta 14 años para repercutir en la disminución de enfermedades malignas”, detalló Durán.

Difícil contexto epidemiológico

A inicios de septiembre, las provincias de Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Santi Spíritus  y el Municipio Especial Isla de la Juventud mostraron las mayores tasas de incidencia e incremento de casos sospechosos de fiebre del Oropouche.

Durante una conferencia de prensa, el pasado día 5, el director nacional de Higiene y Epidemiología dio a conocer que la transmisión del virus aumentó a 174 áreas de salud, dos más que la semana anterior.

Hasta el cierre de agosto se diagnosticaron 506 pacientes con la fiebre de Oropouche, cuyo primer caso confirmado en Cuba data de finales de mayo pasado, dijo Durán.

El epidemiólogo precisó que el virus, trasmitido por la picadura de jejenes y mosquitos, circula en las 15 provincias cubanas, pero sin causar cuadros graves ni fallecidos. Al respecto destacó: “El 80 % de las personas de las que se ha sospechado que contrajeron la enfermedad se ha recuperado en casa”.

Según consideró, la situación epidemiológica se complejiza porque en la isla circulan también los virus de la influenza y el dengue, este último con casos sospechosos en 41 municipios y 48 áreas de salud.

Insistió en la necesidad de realizar un diagnóstico adecuado por la incidencia de varias arbovirosis. “Específicamente, el dengue evoluciona a cuadros clínicos graves que pueden significar un peligro para la vida”, acotó.

De igual modo recordó el peligro de las coinfecciones tanto en la fiebre del Oropouche como en el dengue,  porque los síntomas se superponen y dificultan “el manejo clínico y la toma de decisiones en las medidas preventivas”.

Durán reiteró el llamado a realizar el saneamiento de espacios públicos y de viviendas, además de eliminar los criaderos de mosquitos como forma eficaz de prevenir y controlar al vector. (2024)