Cuba recupera la energía

Por primera vez, colapsó el sistema de industrias generadoras y las redes de electricidad, uno de los daños más severos del huracán Irma.

La reparación de casi la totalidad de la red eléctrica es una de las actividades más seguidas por la población y el gobierno, después de pasar Irma.

Foto: IPS_Cuba

Veinte días después de quedar totalmente paralizados por los daños del huracán Irma, los servicios eléctricos de Cuba lograron recuperarse y echaron a andar los generadores de la central termoeléctrica más maltratada, la Antonio Guiteras. El peor desastre natural del país en muchos años se ensañó con el sistema que ilumina a casi la totalidad de las poblaciones e inyecta energía a la economía para funcionar.

El cuarto huracán que entra al archipiélago cubano en la historia con la categoría 5 de la escala meteorológica Saffir-Simpson, el escalón más alto y agresivo, provocó el colapso completo del Sistema Electroenergético Nacional por primera vez, informaron autoridades del sector horas después de alejarse Irma de la costa norte cubana, tras recorrer prácticamente todo el territorio nacional de oriente a occidente.

La nación quedó a oscuras. Cinco de las siete termoeléctricas principales experimentaron algún daño por los azotes del ciclón y las inundaciones, debido a la ubicación mayoritaria de esas industrias en la costa norte, reportó de inmediato el director técnico de la Unión Eléctrica (UNE), Lázaro Guerra. Solo quedaron sin arañazos la Carlos Manuel de Céspedes, en la provincia de Cienfuegos, y la Antonio Maceo, en Santiago de Cuba.

La Antonio Guiteras, situada en la ciudad de Matanzas, unos 80 kilómetros al este de La Habana, experimentó las afectaciones más graves, al quedar anegada con las aguas del cercano mar, que arruinaron las instalaciones subterráneas del sistema de enfriamiento. La casa de circulación de agua de mar quedó destrozada por el oleaje, informó el ministro de Energía y Minas, Alfredo López Valdés. A buzos especializados, ingenieros y obreros les tomó semanas limpiar y restaurar esas áreas. A mediados de esta semana pudo arrancar la primera unidad generadora, de 280 megavatios de potencia.

Los daños a la central termoeléctrica de Matanzas, la Antonio Guiteras, es uno de los más sensibles por la complejidad de los trabajos de restauración, sus costos y las consecuencias para el resto de la economía.

La demora de la recuperación de la termoeléctrica matancera se vio agravada por la desconexión que provocó Irma entre los tres circuitos de electricidad del país: oriente, centro y occidente. La caída de torres y otros destrozos en líneas de transmisión principales, como la que enlaza las provincias de Matanzas a Cienfuegos, cortó prácticamente en dos al territorio e impidió la transferencia de electricidad entre esos circuitos. En total, 15 líneas de transmisión sufrieron averías: más de 3600 postes y 2039 kilómetros de líneas fueron afectados.

Por registrarse daños severos en nueve de las 16 provincias, el gobierno vio limitada la posibilidad de aplicar una estrategia habitual del país para la recuperación en caso de desastres naturales: concentrar las brigadas de linieros de los territorios menos afectados en las zonas más destruidas. Solo las provincias orientales y la más occidental, Pinar del Río, pudieron enviar esa ayuda.

La luz ha tardado en volver más tiempo sobre todo en la zona más asolada por el huracán. Veinte días luego del desastre, en Ciego de Ávila, al centro, un 96,5 por ciento de los habitantes y de los clientes públicos había recobrado los servicios de electricidad. En la vecina provincia de Sancti Spíritus había recuperado esa posibilidad el 99 por ciento de la población. Las otras provincias que completan el grupo de cinco más destruidas por Irma, Camagüey, Villa Clara y Matanzas, también habían repuesto casi la totalidad de esos servicios.

El colapso eléctrico, una de las afectaciones más sensibles del ciclón, tuvo consecuencias fatales para otras áreas de la economía. Al perder durante días, la alimentación del sistema electroenergético nacional, pequeñas y grandes empresas tuvieron que reducir sus posibilidades de producción. Cuando resolvieron los estragos de sus propias áreas, esas entidades acudieron a la electricidad servida desde plantas generadoras pequeñas y menos eficientes, con el consiguiente incremento de costos.

Daños como los causados por Irma en un sistema industrial básico de la economía, la red de generación y transmisión de electricidad, habitualmente repercuten durante meses en el desempeño económico de un país. (2017).

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