La Habana, 9 ene.- La libertad religiosa en Cuba, miradas a las rutas del legado africano en la cultura y la religión, las huellas de la esclavitud y la preservación del patrimonio, dentro de un amplio diapasón temático, abordó el XXVII Taller Científico de Antropología Social y Cultural Afroamericana, realizado en La Habana.

Al tema de la libertad religiosa en Cuba se le dedicó la primera conferencia del encuentro, desarrollado del 4 al 6 de enero, a cuya inauguración asistieron miembros del cuerpo diplomático africano –Nigeria, Egipto, Kenia, Argelia, Burkina Faso, entre otros–, radicado en el país.

“Venimos a tocarla en un momento muy difícil, pues Cuba está incluida en una lista de violación de los derechos de libertad religiosa, una lista espuria e injusta”, valoró Enrique Alemán, diputado al parlamento y director del proyecto cultural Quisicuaba.

Según destacó en una de las conferencias on line del taller, en la Carta Magna cubana se reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa.

“Se revitaliza el derecho de toda persona de creer en una religión, de cambiar, de creer en varias o de no creer en ninguna y eso es un derecho que forma parte de nuestra diversidad cultural y de la capacidad de resiliencia del pueblo de Cuba”, indicó.

Alemán mencionó los artículos de la Constitución que abordan la religión y las asociaciones, la admisión de creyentes en el Partido Comunista desde 1991, la declaración del Estado laico en 1992.

También esbozó la amplia gama religiosa existente en la nación caribeña, algunas denominaciones con una tradición de siglos, “cada una con sus características, pero a la vez con puntos comunes que tributan a la nacionalidad cubana”.

En ese sentido, aludió a las iglesias católica, evangélica, protestante, bautista, presbiteriana, metodista, luterana, episcopal y cuáqueros, entre otras. En Cuba coexisten más de 600 instituciones espiritistas, el judaísmo y hasta la iglesia ortodoxa rusa, consagrada en 2008 por Kiril, hoy patriarca de Moscú y de toda Rusia.

Igualmente, mencionó el budismo, el hinduismo, el islamismo con presencia de sunitas y chiítas, que a diferencia de otros países, viven en paz; los testigos de Jehová y la comunidad Bahá´i, entre otras; unidas a las religiones de matriz africana y las fraternidades, también parte del proceso histórico cubano.

Reconocimiento de la religiosidad

La oficialización en el registro de asociaciones del Ministerio de Justicia constituye hace años un motivo de quejas de las instituciones, organizaciones y fraternidades interesadas en adquirir estatus legal.

Al respecto, Alemán, reveló que están en proceso de inscripción más de 47 instituciones religiosas y 18 fraternidades.

“De qué libertad religiosa estamos hablando”, cuestionó y destacó que cuando se analice la religiosidad en Cuba debe considerarse una característica particular: “cubanas y cubanos bebemos de muchas fuentes, creemos en todo y no creemos en nada, creemos en algo que nos protege”.

Asimismo, resaltó: “Las religiosas y los religiosos vivimos en paz entre nosotros, no se cuidan las iglesias con policía, ni las sinagogas, ni las fraternidades, no se les da candela a las iglesias con personas dentro, defendió Alemán.

Ileana Hodge, investigadora del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) comentó que, según las investigaciones, incluso en medio de la gran diversidad religiosa del país, las personas no saben definir hasta hoy qué significa el término.

A su juicio, se requiere una conceptualización y sistematización de indicadores que permita mostrar cómo en Cuba se mide esa libertad religiosa.

Alertó que si bien no existe una guerra religiosa, corrientes fundamentalistas satanizan a las otras expresiones, sobre todo las de matriz africana, que “son nuestras y nacieron aquí, en comunión con todo lo que los negros y otras iglesias también aportaron y constantemente están tratando de desarrollar una guerra religiosa”.

Respecto a la frase “Cuba para Cristo”, la estudiosa estimó que “es de los cubanos, con todas sus creencias religiosas”.

En las diferentes sesiones, se recurrió una y otra vez a la religiosidad popular y la intolerancia religiosa, que emerge, algunas veces de forma pública y desafiante, según talleristas.

Solidez temática

Organizado por la Casa de África, en coordinación con el Museo Castillo de San Severino, en Matanzas, Quisicuaba y el Instituto Cubano de Antropología, el taller se dedicó al africanista Rogelio Martínez Furé ( 1937-2922)  y al historiador José Luciano Franco (1891-1989).

Para Félix Julio Alfonso, decano del Colegio Universitario de San Gerónimo de La Habana, “no hay otro evento de antropología cultural, ni social de la antropología en Cuba que tenga el nivel académico, la prestancia intelectual y que sea capaz de convocar a los más importantes científicos sociales cubanos”.

Los temas generales abordados fueron cultura, identidad y otredad; procesos de resistencia y cimarronaje; vertientes de religiosidad popular y confraternidades de origen africano; el museo en la salvaguarda del patrimonio cultural y antropología visual.

También se trataron la transculturación contemporánea, la influencia de corrientes africanas en la santería, el vudú en Cuba y el primer curso de práctica Ocha-Ifá.

El taller se integra al proyecto de cooperación internacional “Contribuyendo a mejorar el Entorno Urbano y Cultural de Ciudades Patrimoniales del Sur”, para el intercambio de experiencias entre La Habana y Saint-Louis de Senegal, en conjunto con la oenegé KCD ONGD (Kultura, Communication y Desarrollo)  y el financiamiento del Ayuntamiento de Bilbao. (2023)