Antecedentes de la actual crisis energética

Hace poco más de 20 años una rotura en la termoeléctrica Antonio Guiteras disparó las alarmas en Cuba sobre la fragilidad del sistema electroenergético nacional

En 2004 la “contingencia energética”, con apagones programados y otras medidas para reducir el consumo, se extendió por varios meses, incluyendo todo el período de verano.

Foto: Jorge Luis Baños/IPS

La Habana, 20 jul.- El déficit en la capacidad de generación eléctrica desencadenado en 2004 por una rotura en la termoeléctrica Antonio Guiteras, al norte de la provincia cubana de Matanzas, derivó en una fuerte crisis energética cuyas consecuencias se sintieron entonces en las interrupciones del servicio eléctrico a  la población y también en la economía.

Tras los llamados “alumbrones” de los momentos más duros del “período especial”, en los primeros años de la década de los años 90 del siglo XX, la salida de funcionamiento de la más importante termoeléctrica del país durante varios meses generó quizás la señal más clara de lo que está viviendo la población de la isla desde el colapso energético de 2024.

Archivo IPS Cuba rescata este domingo el número 21 de 2005 de la publicación Enfoques, publicada quincenalmente en formato impreso por la corresponsalía de IPS en La Habana. Con el título Energía eléctrica: Entre la crisis y la incertidumbre, esta monografía profundiza en las causas de lo que se llamó “la contingencia energética” y las estrategias de solución propuestas hace dos décadas.

Descargue aquí Enfoques No.21, noviembre de 2005

Para quienes vivieron la experiencia, todo comenzó en mayo de 2004 cuando, en medio de una reparación programada antes de los meses estivales, el rotor de la Guiteras sufrió daños de consideración imposibles de solucionar en la isla. La pieza fue desmontada y enviada a México para una larga corrección.

De regreso en el país, sucesivas fallas en la puesta en marcha impidieron cumplir las varias fechas previstas para su arranque. La reconexión de la termoeléctrica al Sistema Electroenergético Nacional demoró varios meses y costó el puesto al entonces ministro de la  Industria Básica, Marcos Portal.

Entre las medidas para “aguantar” el golpe se anunció el cierre temporal de 118 fábricas, la reducción de los circuitos protegidos (que nunca se apagaban) de 411 a 195, la prolongación del horario de verano para evitar así el aumento de la demanda de electricidad, y el aplazamiento en media hora del inicio de las clases escolares y de la jornada laboral.

El gobierno apostó, además, por la adquisición y montaje de miles de grupos electrógenos y la futura puesta en marcha de industrias, capaces de generar energía a partir del gas acompañante de los pozos de petróleo, como parte de un plan que preveía modernizar el sistema, reducir los costos de la generación y alcanzar la “invulnerabilidad energética”.

Acceda a información complementaria sobre la crisis energética de 2004 en el resumen anual económico de IPS Cuba: 2004: Un año de constantes tensiones. (2025)

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