Cuba, de apagones y ciclones a terremotos
La recuperación de territorios cubanos afectados por ciclones y terremotos agota las escasas reservas del país
La Habana, 12 nov.- En menos de un mes, varios colapsos del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), dos huracanes y dos terremotos, con severas consecuencias para la población de 10 millones de habitantes, agravaron la crisis económica en Cuba.
Cuando todavía se restañaban los destrozos de Oscar en los viales y la infraestructura eléctrica y habitacional de la provincia de Guantánamo, azotada por el huracán el pasado 20 de octubre, otro ciclón causó varios estragos en el occidente cubano.
El huracán Rafael, con categoría tres en la escala Saffir-Simpson (de cinco), entró al territorio nacional por playa Majana, al sur de Artemisa, y se mantuvo durante algo más de dos horas en esa provincia, hasta salir por la costa norte, el pasado 6 de noviembre.
Afectaciones en Artemisa
Entre los principales daños reportados de manera preliminar en Artemisa se incluyeron unas 4933 casas (la mayoría con derrumbes parciales de estructuras y totales de techo), casi todos los hospitales, algunos policlínicos y alrededor de 40 instituciones del sector educativo, con deterioro sobre todo en sus cubiertas.
Rafael también afectó 10 446 postes de telefonía y electricidad (621 caídos), 74 transformadores y kilómetros de líneas, dejando sin servicios a la totalidad de los clientes de estos servicios en la provincia.
Asimismo ocurrieron averías en 174 establecimientos de comercio (de ellos, 74 bodegas), instalaciones productivas y deportivas, entre ellas, el Estadio de Beisbol de Artemisa, que perdió una de sus torres.
En medio de una compleja situación de disponibilidad de alimentos y deterioro de los indicadores productivos de la agricultura, los reportes revelaron pérdidas en cultivos como plátano, yuca, frijol, arroz, tabaco y café (357 hectáreas); averías en la casi totalidad de las máquinas de riego y roturas en ocho casas de cultivos.
Algunas imágenes de contenedores desplazados y volcados y edificios con averías mostraron los daños considerables en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.
“Lo que pasó ahora fue más fuerte que el huracán Charley (que impactó a Cuba en agosto de 2004 y fue el mayor de esa temporada ciclónica). Oscar destruyó mucho de Artemisa y en La Habana hay mucho destrozo también”, dijo Lourdes Díaz, residente de Güira de Melena, en esa provincia.
Perjuicios en otras provincias occidentales
Los impactos del evento meteorológico se hicieron sentir con fuerza en La Habana y Mayabeque, sobre todo en las redes eléctricas. También hubo derrumbes parciales y totales de viviendas.
Pasados cinco días del impacto de Rafael, los partes de la Unión Eléctrica indicaron el restablecimiento del servicio al 95,6 % de los clientes de La Habana y al 89,7 % de Mayabeque.
En la capital cubana, los perjuicios en casi 100 postes de electricidad se debieron a la caída de árboles de gran porte que debieron ser podados antes del inicio de la actual temporada ciclónica.
Entre las consecuencias del paso de Rafael por Cuba estuvo una nueva desconexión total del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), atribuida a los fuertes vientos del huracán, según una nota de la Unión Eléctrica.
En el occidente cubano más de 10 torres de alta tensión que conducen la electricidad hacia Pinar del Río quedaron destruidas sin posibilidad de reparación. Aunque Pinar del Río no enfrentó daños en sus redes, hasta ahora permanece desconectada del SEN.
Alrededor de 1200 puntos de RadioCuba, que son retransmisores de las comunicaciones móviles y las ondas radiales, resultaron destrozados o seriamente dañados.
Como es habitual, la interrupción del servicio eléctrico impidió el bombeo del agua desde las fuentes de abasto hacia los diferentes municipios. Esto agudizó la escasez del vital líquido que persiste en varias provincias cubanas desde antes del huracán.
Terremotos en oriente
Cuando las personas comenzaban a tener servicio eléctrico y pasar el susto de la proximidad de un ciclón categoría tres, el 10 de noviembre, dos sismos sacudieron el oriente cubano y dejaron nuevos daños y cuatro lesionados.
La Red de Estaciones del Servicio Sismológico Nacional Cubano registró un primer terremoto perceptible a las 10:50 de la mañana, de magnitud 6,0. Su centro se localizó a 48 km al sureste de Pilón, en la provincia Granma.
Una réplica de 6,7 sucedió una hora después, a una profundidad de 10 km y con centro ubicado a 32 km al sureste de Pilón.
Según el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, este fue el sismo perceptible número 14 de 2024. Según algunos expertos, devino el mayor hasta ahora (el registro anterior dio cuenta de un sismo de 6,5).
De acuerdo con la prensa local, en siete de los municipios de Granma se dañaron instituciones de salud, educación, comercio, redes eléctricas y viviendas. Los temblores se sintieron con fuerza en Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín y Ciego de Ávila. (2024)
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