Especialistas analizan vínculos entre familia y trabajo en el agro cubano

Según un estudio subjetivo sobre el tema, las familias rurales desempeñan roles como empleadoras y formadoras de sus integrantes.

Algunos indicadores vinculados con las desventajas de las familias rurales tienen que ver con la ubicación en territorios de poco desarrollo.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

La Habana, 26 feb.- La aproximación a escenarios rurales de Cuba desde un abordaje subjetivo es la investigación de los profesores e investigadores Vilma Hidalgo López-Chávez y Ricardo León Hidalgo, dada a conocer en el primer número de este año de la revista de investigación científica Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina.

Esta publicación que edita la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) Cuba incluye el artículo Familia, trabajo y ruralidad en el contexto cubano: Configuraciones y realidades. El texto explica cómo el enfoque subjetivo y las dinámicas relacionales aplicadas al tema suelen estar invisibilizadas en los estudios sobre la familia rural.

De hecho, el autor y la autora coinciden en que el abordaje de la familia rural desde su vínculo con el trabajo deviene una arista con resultados limitados en el ámbito cubano. Por eso los investigadores dejan en segundo plano la dimensión económica, y se acercan, mediante entrevistas, a 14 familias de asentamientos rurales en los municipios de Caimito, en la provincia de Artemisa, y de Aguada de Pasajeros, en Cienfuegos.

Ambas localidades se encuentran a una distancia aproximada de 30 y 178 kilómetros de La Habana, respectivamente.

“Pareciera que la ciencia se convirtiera en cómplice del paradigma urbanocéntrico con el que se analizan las dinámicas y problemáticas que enfrentan las familias en la actualidad.

Sin embargo, en un contexto en el que se hace alusión a la diversidad familiar, difícilmente podría obviarse que esta diversidad también se encuentra atravesada por la influencia del entorno rural o urbano, su escenario histórico y la reproducción de una cultura que se hace distintiva para cada uno de estos contextos”, apuntan Hidalgo y León.

Dinámica interna

Los resultados del estudio de los investigadores revelan que las 14 familias analizadas cuentan con recursos, capital cultural y formas de organización que les permiten tributar al desarrollo de formas de empleo en sus territorios. Asimismo se comprobó la existencia de una diversidad socioestructural en el espacio rural en Cuba, la cual está estrechamente vinculada con las características de las familias como grupo social.

Para Hidalgo y León el papel de las familias en el ámbito de la producción en los contextos rurales adquiere una importancia crucial, y esta visión ha limitado la comprensión más profunda sobre cómo el trabajo se constituye en eje organizador de la dinámica interna de estos grupos, más allá de su principal fuente de ingresos.

“Las familias organizan sus roles y tareas, el uso del tiempo y espacios, sus estrategias de vida según criterios que definen para cumplir con las funciones que les son asignadas”, sostiene el estudio. También subraya que el papel de la familia suele mezclarse con el de empleador, formador, en tanto sus integrantes intercambian roles de trabajo dentro y fuera del hogar.

Por otra parte, Hidalgo y León se refieren a las funciones educativa, de resguardo y de disponibilidad afectiva, muchas veces disminuida ante la responsabilidad económica. No obstante, advierten que esas funciones adquieren total significación cuando se trata de adultos mayores, de niños y niñas, de personas con discapacidades y de quienes se encargan de brindar cuidados.

Resultados específicos que apuntan a la generalidad

Los expertos exponen cómo las familias muestran un cambio acorde con las transformaciones experimentadas en el espacio rural. Se apropian de nuevos conocimientos, saberes y experiencias.

Tales características revelan la resignificación actual del concepto rural, tomada en cuenta por Hidalgo y León. En la contextualización de su estudio, ellos la resaltan a partir de las relaciones de interdependencia y conexión rural-urbano, así como desde la revalorización del contexto rural hacia actividades menos tradicionales en este espacio antes, como la artesanía, el turismo, las pequeñas y medianas empresas, las actividades de servicio comercial y la educación.

Sin embargo, otros resultados se apegan más a comportamientos tradicionales y esperados en un contexto como este. Aunque las evoluciones son específicas, de acuerdo con los casos estudiados, existen situaciones que bien podrían caracterizar a otros asentamientos del campo cubano.

Además, los investigadores señalan que las actividades por cuenta propia no agrarias devenidas negocios familiares muestran mayor flexibilidad en el horario y relaciones de poder más simétricas entre empleadores y empleados.

Sin embargo, las actividades por cuenta propia desempeñadas en el sector agrario evidencian mayores posibilidades de ingresos, pero menos flexibilidad en la jornada laboral, relaciones de poder asimétricas empleado-empleador, que no son percibidas de manera negativa por ninguno de los miembros de las familias que laboran en dicho sector.

Fuentes de ingresos familiares

Resaltan Hidalgo y León que los ingresos percibidos por las familias son suficientes para la satisfacción de necesidades de supervivencia y necesitan otras entradas económicas para incrementar la calidad de vida y el confort. Este hecho no solo pertenece al ámbito rural, sino que se recrudece en lugares más desconectados con la zona urbana, agregan.

“Los ingresos en todos los casos se encuentran por encima del salario medio mensual identificado en Cuba para el 2018. Sin embargo, no son homogéneos para toda la muestra. Estos van a depender del tipo y la cantidad de actividades productivas que realicen, la tenencia y extensión de las fincas y la relación con el propietario”, acota el estudio.

Asimismo, tienen que ver con “la cantidad de miembros vinculados al trabajo, la estructura de propiedad, el desarrollo de actividades destinadas al autoconsumo, y otras fuentes como pensiones por jubilación o enfermedad, pensión alimenticia a hijas de padres divorciados, el recibo de remesas de familia emigrada”, acota el estudio.

A la vez, se revelan las condiciones que colocan a las familias en desventaja, por ejemplo, el tamaño de los hogares, el índice de dependencia, la presencia de personas enfermas y de adultos mayores que requieren cuidados especializados, la tenencia de niños y niñas en instituciones educativas internas, la vinculación con el sector informal de la economía, la relación entre indicadores demográficos como el color de la piel y la condición de migrantes del país.

Otros indicadores vinculados con las desventajas de las familias rurales tienen que ver con la ubicación en territorios de poco desarrollo y escasa diversificación de sus ofertas de empleos. También se citan los grupos productores familiares más vulnerables ante la emergencia de fenómenos climatológicos. (2021)

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