La Habana, 30 ago.- Concebido como un espacio amigable, por primera vez se celebró un encuentro presencial entre familias, personas gestoras de los proyectos Crecer saludables y Crianza respetuosa y representantes del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés).

Además de conocerse, integrantes de ambos grupos, que funcionan en las plataformas digitales Telegram y WhatsApp desde los tiempos de pandemia, agradecieron los intercambios en línea y la oportunidad de establecer nuevas relaciones, durante el evento presencial, en pos del crecimiento de los proyectos.

Con juegos, presentaciones de libros, charlas e intercambios transcurrió la jornada del 27 de agosto, una de las actividades por el cierre del verano en el Teatro ecológico de la Quinta de los Molinos, de la capital cubana.

La estudiante de cuarto año de sicología, Susana Díaz, señaló en el encuentro cuánto representa para ella este último año vinculada con el proyecto Crianza respetuosa, “por la interrelación que propicia con el núcleo de las más variadas familias, con disímiles conflictos y necesidades de ayuda, para enfrentar el tratamiento a sus niñas, niños y adolescentes”.

Para ella, constituye “una valiosa experiencia” que incluirá en su tesis de licenciatura y su posterior desarrollo profesional.

Apoyos necesarios

María Valle, madre de la niña Margarita Trujillo, de tres años, calificó su participación en Crianza respetuosa como “el bálsamo en más de un momento de desesperación”, debido a la lejanía temporal de su pareja por razones de estudio.

“Este tipo de separación es un fenómeno complejo, cada vez más frecuente; cuando se vive junto a un pequeño, más que consuelo, necesitas la ayuda objetiva que los expertos te ofrecen y las experiencias que otras familias comparten”, aseguró.

Para Rocío Garateix, mamá de Rodrigo Mompié, de tres años, y seguidora de ambos proyectos desde sus inicios, estos ofrecen “una ayuda precisa” a la hora de tomar decisiones.

“En mi caso, ha sido muy bueno cada consejo, sobre todo a la hora de encarar temas como el respeto de los horarios del niño y su nutrición, porque una a veces no tiene plena conciencia de cómo esto incide en la salud física y emocional. Llegué a los proyectos durante el aislamiento social por la covid y hoy atiendo cada tema con el mismo interés del primer día”, explicó.

Según la pareja integrada por la dermatóloga Pilar María Acuña y Javier Muñoz, especialista en Laboratorio Clínico, administradores del proyecto Crecer saludables, además del reto que conlleva adentrase en el rigor de las nuevas tecnologías, esta oportunidad “significa un extraordinario aprendizaje”.

Resaltan que los temas tratados responden “a las constantes necesidades de los seguidores, que exigen estar bien informados para gestionar los contenidos de interés, ofrecer los materiales adecuados, con los datos más actualizados posibles, y poner en manos de los especialistas problemas que pueden parecer muy específicos, pero en realidad responden a una gran mayoría”.

En tal sentido, agradecen la cooperación de un “amplio grupo de colegas del más alto nivel, sin esa entrega multidisciplinaria, el trabajo no sería posible”, sostienen.

Trabajar en favor de las familias

El distanciamiento social obligó a la doctora Gisela Álvarez, secretaria del Grupo Nacional de Pediatría, y a Roxanne Castellanos, profesora de la Facultad de Psicología y Directora del Centro de bienestar psicológico, a encontrar modos de brindar apoyo a las familias.

Álvarez se centró en aspectos vinculados con la prevención de salud; mientras Castellanos se enfocó en la colaboración y orientación al cuidador respecto al bienestar de niñas, niños y adolescentes en un contexto sano, aún en medio de una hostil situación global como la pandemia.

Ambas especialistas enfatizan que los proyectos Crecer saludables –antes llamado Infancia, adolescencia y salud – y Crianza respetuosa nacieron en las plataformas virtuales y llegaron para quedarse.

Apunta Álvarez que, a través del canal de Telegram creado por el Grupo Nacional de Puericultura de Cuba, con el apoyo de Unicef, cada 15 días se abordan temas como la hipertensión, la diabetes, el asma, la obesidad, los trastornos digestivos, entre otros.

“Compartimos materiales educativos y, los sábados alternos, a partir de los temas que nos van solicitando las familias, convocamos a expertos para exponer especificidades”.

Destaca que conocen por esa vía interrogantes y problemas de familias de todas las provincias del país, “lo cual nos satisface sobremanera, pues esto afirma el alcance e incidencia que tiene nuestro proyecto”.

Al comentar su experiencia, Castellanos, resalta el creciente interés de integrantes de Crianza respetuosa en temas relacionados con personas cuidadoras. Como uno de los logros de esa experiencia cita el impacto en el bienestar de la infancia y el “sutil desmontaje de estereotipos, prejuicios y códigos culturales-educacionales vinculados con el castigo, el golpe, el regaño a ultranza delante de los otros, que son manifestaciones de violencia”.

Labor cohesionada

En su acompañamiento a estas iniciativas, Unicef apoya el diseño y la producción de materiales educativos y comunicativos, el desarrollo de actividades educativas de prevención de sobrepeso y obesidad en el país, además de la realización de talleres sobre el bienestar psicológico de infantes, entre otras acciones.

Recientes estadísticas ofrecidas por esa organización indican que, hasta el cierre del pasado año, 5.085 personas fueron beneficiadas por el proyecto Crianza respetuosa. (2022)