Debate político en Cuba revisa el centrismo ideológico
Para algunos intelectuales existe en el país una corriente de pensamiento “centrista”, cuyo principal objetivo sería restaurar el capitalismo.
La Habana, 13 jul.- El centrismo político como corriente de pensamiento que se abre paso en Cuba y sus posibles repercusiones en la estabilidad y continuidad del actual sistema político socialista, aviva una inusual polémica y hasta es el tema de un libro digital.
La existencia de una tercera fuerza, también llamada moderada, de centro, reformista o socialdemócrata, es una discusión de larga data en la isla caribeña, que se remonta a las luchas de liberación nacional del siglo XIX, cuando se enfrentaron posturas como el independentismo, el reformismo y el anexionismo.
Desde los últimos meses, un debate al respecto cobra auge con artículos hasta en la prensa estatal, además de numerosos textos y comentarios en espacios digitales.
Incluso vio la luz el libro digital Centrismo en Cuba: Otra vuelta de tuerca hacia la derecha, que recopila 19 textos que describen “cómo se intenta sembrar en las mentes la opción centrista”, afirma en su prólogo el compilador y periodista Manuel Henríquez Lagarde.
Señala además que es un “libro en construcción”, un primer acercamiento al tema que bien pudiera aumentar sus páginas, publicarse también en papel o servir como fuente para la realización de un audiovisual.
De acuerdo con Henríquez, el centrismo es una “tendencia política que ha tomado un mayor protagonismo en el paisaje mediático cubano después de que, el 17 de diciembre de 2014, Cuba y Estados Unidos anunciaran de forma conjunta la normalización de sus relaciones”.
Describe como líneas fundamentales de este posicionamiento ideológico, que usa disímiles estilos, literarios, académicos o puramente informativos, están presentes en una línea editorial “no confrontacional” que apunta hacia “el modelo de un socialismo fracasado, que descuella por sus insuficiencias, especialmente en el área económica y que suelen comparar con las poderosas economías de países desarrollados”.
“A la par, ofrecen fórmulas para replantear el socialismo desde nuevos paradigmas políticos y filosóficos (multipartidismo, reformas constitucionales y democráticas, sistema electoral, papel de vanguardia del PCC (Partido Comunista de Cuba, único)”, enumera.
A continuación, la Redacción IPS Cuba resume algunas de las opiniones recogidas en el texto y de otras voces ciudadanas participantes en el debate:
-Elier Ramírez Cañedo: El centrismo político en su origen es un concepto de raíz geométrica: el punto equidistante de todos los extremos (…) Supuestamente sería una posición política que se colocaría entre la izquierda y la derecha, entre el socialismo y el capitalismo, una tercera vía que hace “conciliar las mejores ideas” de los extremos que le dan vida y donde se postula la moderación frente a cualquier tipo de radicalismo.
-Javier Gómez Sánchez: Los centristas tratan de aprovechar y corromper el pensamiento crítico de la intelectualidad que tradicionalmente ha apoyado al socialismo en Cuba. Divulgando lo más sesgadamente posible las insatisfacciones con la construcción y el funcionamiento del sistema. Metiendo los dedos en las viejas llagas de la política cultural y la homofobia de épocas pasadas. Convirtiéndolo todo en capital político.
-Ana Miranda: La posición en la tercera vía suele ser efímera, y generalmente termina, atraída como por un imán, hacia los lados derechos. Más que unir, en realidad, lo que logra es minar las sociedades, porque más que “conciliador”, su discurso le da más importancia a estar bien con dios y con el diablo, que a un posicionamiento ético sólido.
-Carlos Luque Zayas Bazán: Constantemente se lee en las propuestas que salen de allí que es necesario dar legitimidad a la pluralidad política, a la vez que quieren limitar el poder del Partido Comunista, lo que equivale a dar oportunidad al acceso al poder de esa “pluralidad”, lo cual no se dice claramente sino por alguno de sus miembros cuando
declara que estaría dispuesto a formar un partido, pero está en la base y la posibilidad de esa reivindicación.
-Enrique Ubieta: La llamada desideologización, o dicho de otra manera, el desgaste social de la ideología revolucionaria, que para existir tiene que hacerse consciente y reproducirse de manera continua –a diferencia del proceso de reideologización conservadora, que puede transcurrir sin que el sujeto lo perciba–, transforma la duda en escepticismo, en abandono. El individuo se acomoda en el centro, equidistante de los puntos emisores de contenidos: es el lugar aparentemente más cómodo, más seguro. La tesis es que todos tienen parte de razón (la razón libresca, de espaldas a la vida), y esa sola sentencia derriba el interés por la Revolución.
-Ileana González: El centrismo no es ambivalente, eso es falso, es el caballo de Troya del capitalismo, por eso necesita mostrarse “amigable”, para que lo dejemos entrar, ya dentro, será difícil de extirpar, son expertos en el camuflaje político y en la manipulación de situaciones, hechos históricos y conductas de personas, siempre describiéndolas de acuerdo a sus intereses.
-Jorge Ángel Hernández Pérez: Las tendencias de tercera vía que intentan deslizarse en Cuba se hallan asociadas a las tendencias de socialismo alternativo que planteó la contra revolución de Guerra Fría del siglo XX, es decir, a la subversión que se camufla de verdadera doctrina socialista para captar simpatía entre los propios revolucionarios. Su difusión pasa por el financiamiento que sale del departamento del Tesoro estadounidense para lo que llaman el programa de reinstauración de la democracia en la Isla.
-Raúl Antonio Capote: La nueva estrategia del Imperio (Estados Unidos) articuló un brazo mediático, formado por plataformas que promueven una tercera opción, plataformas a las que buscan sumar líderes intelectuales, periodistas y académicos de nuestras instituciones, atraer a un público cada vez mayor utilizando un lenguaje y códigos atractivos, contenidos que construyen una conexión sensitiva y emotiva con el público (…) Promueven la indefinición ideológica, el abandono de los principios, la falta de compromiso y la inacción política.
-Carlitos: Es un panorama que cada vez se muestra más ante nuestros ojos: la desconexión entre la vida privada de los ciudadanos y la vida política de la nación. ¿Cuán despolitizados estamos o cuánto nos estamos despolitizando? ¿Cuán dañino puede ser para una sociedad que quiere construir el socialismo la despolitización de la vida de los ciudadanos?
-Domingo Amuchástegui: Estos “vientos de fronda” (…) vienen soplando con fuerza desde hace más de dos años bajo diversas fórmulas como “socialdemocracia”, “tercera vía” y “centrismo”. Se aprestan las armas y arreos para una nueva “cacería”. Solo falta que empiecen a designar con nombres y apellidos gentes, instituciones y medios que serán tratados como “enemigos del pueblo” y llevados a la hoguera de la condena oficial y el ostracismo del silencio, pésima manera de adentrarnos en el 2018 y el ya tardío relevo generacional. Lo que tiene que prevalecer es el debate serio, riguroso, a carta cabal, cara a cara y sin maniobras sucias ni lenguaje tramposo, y con la debida reciprocidad mediática, aspecto este de muchísima importancia, a fin de lograr el equilibrio justo en la difusión de las ideas y del debate.
-Julio Antonio Fernández Estrada: No sabemos quiénes son el centro. Nunca los hemos escuchado hablar desde la radio o desde una mesa de la televisión por lo tanto pensamos que tal vez no existan o que sean el resultado de la obsesión de los que cazan enemigos en las horas sagradas en que deberían trabajar para el pueblo (…) No sabemos quiénes defienden el anexionismo como opción para Cuba pero estamos seguros que si existen, el pueblo de Cuba tiene derecho a saber quiénes son y qué argumentos tienen y así podremos cruzar los dedos, o mejor, hacer política al fin, para evitar que esas propuestas convenzan a la gente (…) La primera vía (la defensa del socialismo) es la única que nos interesa, con democracia, derechos humanos, estado de derecho, legalidad, paz, concordia nacional y justicia sin dobleces, para que los que no han sido beneficiados por la obra de la revolución, al fin puedan ser rescatados. (2017)
2 comentarios
Manolo
El asunto no es tan sencillo ni tampoco depende solo de los que los cubanos que vivimos es Cuba creamos ó no.
Creer es un concepto que pone lo que opino por encima de todo, CREO QUE es sencillamente un escudo ideologico-religioso, no se discute si creo en Dios o no, ahi no hay entendimiento que valga.
Nuestro problema viene desde la fundación de los Estados Unidos, desde sus fundadores que han visto en nuestro país un pedazo del suyo, o de no serlo tiene que ser un gentilicio dependiente y subordinado, no importa el sistema económico-social que aquí impere, sencillamente tienes que obedecerme porque soy el MAYOR y PODEROSO estado, llamado a dirigir los destinos del mundo.
En Cuba, desde que nació en sentido de nacionalidad (cubanidad), identificarnos como diferentes de España, se presentan claramente dos opciones, la independentista y la dependentista sin IN.
Para nosotros ser independientes y soberanos significa tener que enfrentarnos al Imperio que Marti tan clarísimo vió, por eso estamos pagando tan caro lo que nuestros mambises intentaron ganar con el filo del machete y nuestra generación del centenario con Fidel al frente logró en 1959.
Invasiones, intervenciones (varias), agresiones, bloqueos, persecución política, económica y cultural…. O es mentira lo que digo ??
Errores aparte hemos logrado construir una sociedad mucho menos desigual e injusta que las anteriores desde 1902.
El tema es ahora CAMBIAR TODO LO QUE DEBA SER CAMBIADO, no solo conceptos y programs, sino incluso a todos aquellos que disfrazados de revolucionarios impiden que este pais marche adelante, sencillamente ellos tienen sus problemas resueltos, son peores que el peor capitalista.
Ahora que ya se ven los rasgos del egoísmo capitalista con las manifestaciones de trabajo «por cuenta propia» que no es otra cosa que PRIVATIZAR determinadas actividades, se puede ver claramente diferencias de clases, desigualdad e iniquidad.
Muchos viven medrando de las necesidades de la población, se enriquecen a costa de todos nosotros los que vivimos de nuestro trabajo honesto y asalariado.
Los que menos aportan son los que mejor viven y acaparan riquezas, los especuladores y delincuentes de cuello blanco que «escapan» de la Contralora General de la República (o no los quieren capturar, tal vez por problemas de ADN).
Pero estos mismos corruptos y seudorevolucionarios son los que mañana nos van a vender al Imperio en cajita de regalo con lacito y todo, al estilo de Macri, Temer, PPK, Santos, Bachelet (que triste historia!!!), y otros tantos que siempre estan mirando para el norte a ver que orden nueva hay, porque no les interesan sus pueblos sino sus riquezas!!
ACABAR CON LA CORRUPCIÓN, LOS CORRUPTOS Y AQUELLOS QUE SE LO PERMITEN !! ESO ES LO QUE HAY QUE CAMBIAR PARA QUE FIDEL NO MUERA y MARTI SIGA SIENDO NUESTRO FARO.
Ariel Hidalgo
¿Quiénes son los verdaderos centristas? Para mí los «anticentristas» son los verdaderos centristas, porque en Cuba se estatizaron los medios de producción pero nunca se socializaron. Esos medios fueron entregados a una burocracia corrupta. Los trabajadores nunca fueron empoderados. A los que quieren que se dé el paso de la socialización ahora se les llama «centristas». Y a los que defienden el primer paso (la estatización de las empresas intervenidas), pero no quieren que de dé el segundo (el empoderamiento de los trabajadores mediante la autogestión, el cooperativismo o la propiedad individual o familiar) se les llama «radicales» cuando en realidad fueron los que se quedaron a medio camino, en la mediocridad del centro.