Declaraciones y mensajes ciudadanos relacionados con caso Bécquer

Publicaciones de trovador cubano sancionado por varios delitos de abusos lascivos genera rechazo ciudadano en redes sociales.

Una declaración del Tribunal Provincial Popular de La Habana, del 12 de enero, anunció que a partir de ese momento el ciudadano Fernando Bécquer cumplirá su sanción en un establecimiento penitenciario.

Foto: Ilustración tomada de la página en FB de Ania Terrero

La Habana, 14 ene.- La Redacción IPS Cuba recopila una selección de los mensajes de denuncia que se sucedieron en las redes sociales ante la publicación por el ciudadano cubano Fernando Bécquer de la letra de una canción y un post en Facebook ofensivos para el movimiento feminista y, en general, para las mujeres.

Las reacciones se publican por orden de aparición en la red social Facebook.

Marilyn Solaya (9/01/23,14:51)

Este depredador sexual…

Ha hecho una canción para las feministas.

Tiene tan poca vergüenza que no le importa ni se arrepiente de todo el daño que ha causado.

Recordemos que el espécimen fue condenado por agresión sexual a varias mujeres hace unos meses, al ser hallado culpable de cometer abuso sexual contra ellas y condenado a cinco años de trabajo correccional sin internamiento, una medida que, según el Código Penal, lo obliga a mantener una buena actitud en el centro de trabajo en el que se le ubique.

El juicio se efectuó en octubre y duró más de 12 horas, y en él testificaron unas 30 víctimas que lo acusaron de cometer acciones violentas de índole sexual sin su consentimiento. Pero, como le pareció poco y se siente ileso, protegido y vencedor, no escarmienta, se venga…

¿Por qué lo hace? Porque lo dejan.

Aquí la letra:

Yo quiero una feminista, pa calentarle la pista.
Pa revolcarme en su monte, pa’que me grite machista.
Yo quiero una feminista pa que me de cariñito, pa refrescarle el juanete, pa saborearle el piquito.
Yo quiero una feminista, pero eso si femenina, una mujer sin barreras, abierta como la biblia.
Yo quiero una feminista, que le descargue a mi canto, que me refresque la línea,
Que no me grite
Hasta cuándo.
Yo quiero una feminista, que no le guste el chanchullo, que sepa hacer un potaje, que me diga que soy suyo.
Yo quiero una feminista, un poquitín pervertida,
una pitcher ambidiestra, una diosa que me quiera.

Estribillo y guía:

Yo quiero una feminista, que se desnude a la vista.
Una flor que nunca se marchite, ilusión que revuelva el alpiste.
Yo quiero una feminista, que se desnude a la vista.
Que no sea tan universitaria y le cuadre la canción agraria.

Yo quiero una feminista, que se desnude a la vista.
Que no coma tanta cativía y no escriba más letra vacía.
Yo quiero una feminista que se desnude a la vista
Que se desnude a lo loco y así me bese todito poquito a poco.

(Montuno)

Yo quiero una feminista,
alguien sin complejo y sin resentimiento.
Yo quiero una feminista
Pa guarachar y vivir el momento.

Yo quiero una feminista
Que no me forme lio y no me forme corte.
Yo quiero una feminista
Y que para nada parezca un consorte.

Yo quiero una feminista
Para el amor y no para la guerra.
Yo quiero una feminista
Así el llano como en la Sierra.

Yo quiero una feminista que llame a la unión y no a la división.
Yo quiero una feminista y que un día me aplauda con el corazón.
Yo quiero una feminista, pa calentarle la pista pa revolcarme en su monte, pa que me grite machista».

(El espécimen es el trovador cubano Fernando Daniel Bécquer Cifuentes)

Moník Molinet (09/01/23, 20:17)

Fernando no quiere una feminista. Fernando Bécquer quiere a una mujer obediente, silenciada, complaciente, “que no se marchite”, que no tenga derecho a expresar su identidad individual a través de su apariencia, quiere una mujer que le reafirme constantemente la idea en su mente de lo espectacular, divertido y buen cantante que es, una mujer que “le aplauda mucho, con el corazón” que sea muy buena cocinera y por supuesto le cocine a él, que sea una bomba sexual, importante, “ambidiestra”, “pervertida”, “diosa” y que además lo ame y desee solo a él.

Fernando quiere una mujer que no sea universitaria, que no se atreva a pensar, a desear o a decir por sí misma, porque justo ahí ya “hablaría cativía, y sus palabras estarían “vacías” para él.

Fernando Bécquer quiere a una mujer que supedite su voluntad y su deseo a los de él, que no le “forme lío” que no disienta, que no tenga memoria del abuso, injusticia u opresión, que no tenga voz propia, pero que “lo bese todito poco a poco”.

Eso sí muy importante y merecedor del repetitivo estribillo: “que se desnude a la vista”…, que se desnude y que se deje consumir por él claro, porque las mujeres en el Imaginario patriarcal somos cuerpos sexualizados que consumir y explotar, nunca sujetos con deseo y voluntad propia.

Fernando Bécquer no quiere una feminista, que no meta más cuento, Fernando quiere la misma mujer oprimida y cosificada de siempre para su beneficio y explotación particular.

Oye, qué cool! Tremenda letra, qué artistazo, qué divertido es Fernando!

Fernando Bécquer fue declarado culpable en tribunales por el delito de “abuso lascivo” después de que varias mujeres levantaran la voz y declararan abuso y agresión sex*al en su contra, Fernando fue condenado a una sentencia de 5 años subsidiada con limitación de libertad.

Qué desfachatez la de este abusador que pretende a estas alturas, continuar naturalizando un discurso machista e irrespetuoso hacia las mujeres.

#NoOlvidamos #yosílescreo

Mario Luis Reyes (09/01/23, 21:36)

Estas son las letras de las últimas canciones de Fernando Bécquer, un hombre declarado culpable por abusos sexuales hace dos meses, sobre el que hay más de una veintena de denuncias, y que tiene la desvergüenza de celebrar su culpabilidad con acciones como esta, por una cuestión sencilla, y es que goza de impunidad.

La impunidad está dada por la normalización del machismo y por su postura política (véase el guiño de “en la sierra como en el llano”), pues el sistema de justicia del régimen cubano decidió que podía cumplir su sentencia como abusador sexual en libertad.

La misma libertad con la que abusó de decenas de mujeres durante más de 20 años.

Cuba (y el mundo) no puede seguir siendo un lugar seguro para maltratadores y abusadores sexuales, y sabemos que lo es.

El comportamiento de este hombre y la protección que ha recibido desde el Ministerio de Cultura y otras instituciones estatales son el peor de los precedentes.

Y no es solo él, son muchos los impunes.

Federación de Mujeres Cubanas (9/01/23, 23:04)

Declaración de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) ante las recientes publicaciones de Fernando Becker en sus redes sociales.

La Federación de Mujeres Cubanas repudia las publicaciones que recientemente realizó Fernando Becker en sus redes sociales por considerarlas irrespetuosas, altamente violentas contra las mujeres cubanas.

Las publicaciones antes mencionadas son, ante todo, evidencia del machismo que aún persiste y una forma de violencia simbólica que no debe prosperar en nuestra sociedad.

Son una burla a la justicia por parte de una persona que ha sido declarada culpable por violencia sexual, y al trabajo que desde el año 1959 se hace en pos de la verdadera emancipación de las cubanas.

Acciones y publicaciones como estas son intolerables y deben ser denunciadas y castigadas por constituir mensajes de odio.

Bécquer insiste en utilizar las redes para de manera indirecta violentar, acosar, disminuir a sus víctimas y también hacerlo extensivo a las mujeres y feministas, a la Federación de Mujeres Cubanas.

En sus textos hay una profunda expresión de misoginia que muestra su desprecio por las mujeres, y la ignorancia sobre lo que es el feminismo. Lejos de mostrar respeto y arrepentimiento ante la justicia, actúa con total impunidad.

Consideramos estos hechos graves pues los casos de violencia de género y de violencia sexual laceran profundamente a las víctimas y a la sociedad.

La justicia busca ubicar en el sentido común el respeto a la integridad y a la dignidad de las mujeres en su diversidad, pero precisa, también, de una respuesta en lo social y cultural, de toda la población, de tolerancia cero a estas expresiones.

#ToleranciaCero #FMC #juntasporlanoviolenciadegénero
Federación de Mujeres Cubanas
Teresa Amarelle Boué

Magela Romero (10/01/23, 4:48)

Mi guaracha feminista

Yo quiero un gran feminista que arremeta contra “el macho” y no aumente más su lista de canciones extremistas, que denotan la vigencia de un pensamiento (acción) machista;

Yo quiero un gran feminista, cuya trova sea el pretexto pa sacudir los entuertos de un sistema de injusticias;

Yo quiero un gran feminista cuyo canto sea bandera e incentive mi intelecto en cada una de sus letras;

Yo quiero un gran feminista que me quiera amar completa, ¿sólo el monte, el piquito, el juanete o mis tetas?; somos mucho más que eso atrevido busca guerras;

Yo quiero un gran feminista que respete a las mujeres y no las toque ni en versos con líneas que les laceren, mucho menos con sus manos, con su boca o con su pene;

Yo quiero un gran feminista que apueste por causas justas y se indigne con condenas que sufrimos, nos insultan;

Yo quiero un gran feminista que esté contra el patriarcado y se alegre como nunca cuando haya una conquista;

Yo quiero un gran feminista que le descargue a mis luchas y se sume codo a codo en causas que nos motivan, a no bajar nuestros brazos porque en ellos va la vida, esa vida que soñamos regalar a nuestras niñas;

Yo quiero un gran feminista que acompañe nuestros pasos con guarachas feministas, pa que entienda toda Cuba lo que es ser buen artista.

Detrás de la guaracha está la sería denuncia a Bécquer y al patriarcado en toda su dimensión y expresión

No más víctimas

No más impunidad

Rita del Prado (10/01/23, 4:54)

La pesadilla inconclusa

Mientras un caso de las dimensiones sociales del sentenciado Fernando Bécquer siga teniendo este desconcertante tratamiento institucional y esta invisibilidad en medios de prensa oficial, cuya resultante es el envalentonamiento y arrogancia del procesado, tanto su treintena de víctimas, como sus respectivas familias, como toda la sociedad tendremos la sensación de una gran burla y se volverá más difícil pasar la página de semejante pesadilla inconclusa.

Ahora en consecuencia con esa arrogancia apuntalada, publica en sus redes una canción abiertamente provocadora, machista, de paso con algún tinte homófobo, ofensiva hacia el movimiento feminista -sin entrar a comentar sus incoherencias- que circula como prueba de su desvergüenza y eso ya es una clara evidencia- sin tener que investigar nada- de que en realidad nadie le ha puesto freno ni siquiera a sus tóxicas expresiones y que en él la sanción aplicada no ha generado ningún efecto de contención, ni ha modificado en nada sus profundos vacíos éticos.

Ayer fue una cosa, hoy la otra y mañana se atreverá a mucho más, si continúa la impunidad.
Es un insulto a la inteligencia colectiva tener que aceptar que alguien en esa suerte de prisión domiciliaria que parece tener puertas abiertas, con pleno derecho al ciberespacio para usarlo de manera nociva e irresponsable, esté realmente cumpliendo una sentencia.

Muchos, incluido él, piensan que es una opción válida mirar para otro lado y no prestarle más atención.

Hay quienes aconsejan ignorarlo y restarle importancia a sus provocaciones.

En cambio otras personas, intuyo que en mayoría, incluso con distintas tendencias ideológicas, coincidimos al pensar que esa suerte de salvoconducto invisible que permite a Bécquer hacer alarde público de la protección inexplicable de la que disfruta, y le da fuerza y luz verde para burlarse y ofender a sus víctimas y a quienes las apoyamos, termina siendo un mensaje de tolerancia, anticívico, peligroso e inaceptable.

Si en diciembre de 2021 me pronuncié sobre el tema en este muro de fb, más que todo como ciudadana, hoy lo hago desde mi condición de miembro de la UNEAC y de artista unida por sólidos lazos a las instituciones culturales de este país, a muchos artistas en activo y al público.

Lo hago porque esta triste y repudiable historia tiene efectos colaterales en la esfera profesional artística y no se queda en la «básica» gravedad de la conducta de un abusador. Va mucho más allá.

A lo largo de este año transcurrido desde diciembre 2021, he tenido la paciencia de esperar el proceso legal y estar pendiente de los «efectos educativos» de la sanción y las medidas institucionales, para volver o no a pronunciarme.

A lo largo de este año, he tenido la mesura de no entrar en controversias con él, cuando he sido parte de los excolegas que Fernando Bécquer ha provocado e intentado de algún modo intimidar a través del ciberespacio, porque esto no se trata de ganarle una discusión a él. Se trata de cuidar a nuestra sociedad de sujetos como él.

A lo largo de este año he estado con las alertas activadas al actuar en espacios públicos con acceso libre, por la posibilidad de que aparezca Fernando Bécquer como he sabido que ha hecho con actitud desafiante en varios eventos culturales, creando malestar entre sus ex colegas y personas del público.

Entonces, como resulta imposible pasar página y mirar a otra parte, porque esa pesadilla inconclusa cambia y se reinventa con nuevas modalidades de acoso y sigue invadiendo nuestros espacios reales y virtuales, ante el rumbo que han tomado las cosas, me vuelvo a pronunciar haciendo explícito lo que pensaba que todo el mundo tenía muy claro, y ahora dudo que así sea:

Recordemos que Fernando Bécquer usó el estatus de trovador para engañar y acosar a mujeres vulnerables.

Abusó de muchachas que eran parte de su público, o que en gran medida llegaron a él por referencias de ese entorno y convirtió muchos puntos de encuentros del acontecer trovadoresco en antesala de sus fechorías.

También ultrajó a mujeres ligadas a su carrera, mancilló la amistad, acosando a amigas de su círculo cercano y su tóxico proceder alcanzó a mujeres de otros países, usando la siempre luminosa » etiqueta» de trovador cubano, respaldada por la historia musical que nos antecede.

Para quienes nos dedicamos a esta profesión, el público de cualquier edad es algo sagrado. Es lo que da sentido a nuestro trabajo y cuando de ese público habitual nacen lazos personales de cualquier tipo con los artistas, tiene que ser bajo premisas de transparencia, respeto y mutuo acuerdo.

El público confía en los artistas promovidos por los medios y espacios culturales y usarlo como fuente de canalladas es doblemente inmoral.

No conozco las decisiones ni las medidas que se están manejando desde el punto de vista profesional con Fernando Bécquer ni cómo se articulan las soluciones laborales al cumplimiento de una prisión domiciliaria, ni cuál es el contenido de trabajo correccional, ni el plan institucional de desactivación de su condición como artista.

Puedo comprender que las instituciones y organizaciones de cultura durante el proceso de investigación, previo al juicio, mantuvieran su rol de protección y acompañamiento al acusado. Era su deber.

Ahora que está reconocido legalmente como culpable, y que se ha dictado sentencia, así sea una sentencia más simbólica que otra cosa, queda claro por lógica aplastante que Fernando Bécquer también usó del modo más cínico a las entidades que han sostenido su carrera por muchos años y que han sido puente para acercarlo al público.

En la página de Facebook del Instituto Cubano de la Música hay una breve publicación condenando el texto de la mencionada canción.

Imagino que también por la salud y el prestigio institucional de todas las entidades implicadas y por respeto a los artistas que hemos sido o somos parte de ellas, no siga demorando ese pronunciamiento público necesario informando que ha cesado todo respaldo oficial a su desempeño artístico y expresando en medios oficiales con energía y contundencia que un individuo con semejante expediente de violencia de género no puede estar ligado a la cultura cubana.

Aclaro con todo respeto: No le estoy pidiendo entre líneas a ningún colega ni funcionario que me llame para contarme confidencialmente cuáles decisiones se han tomado con este caso.

Lo espero como un mensaje claro, abierto, oficial y colectivo, pues colectivas son la indignación y la expectativa de que alguna autoridad interrumpa la impunidad y desfachatez de Bécquer.

En este sentido agradezco públicamente al entrañable Centro Cultural Pablo de la Torriente Centro Pablo Cuba haberme pedido en diciembre de 2021, autorización para replicar con inmediatez mi post titulado «Catarsis y oportunidades» dejando clara su postura ante este caso y no se trata solo de un agradecimiento personal.

Soy testigo de las tantas oportunidades profesionales y caminos que abrió el Centro Pablo en sus programas y proyectos de promoción a los comienzos de la carrera de Fernando Bécquer y tiene mucho valor la valentía de una institución al reconocer que como tantos en su entorno, nos equivocamos por falta de información sobre el comportamiento real de un individuo.

Tiene muchísimo valor el acompañamiento de una institución cercana en cualquier causa justa que se defienda.

Por lo demás, me sumerjo en las utopías y quedo a la espera del día en que independientemente de la sentencia y las medidas profesionales que se tomen, Fernando Bécquer le pida a sus incondicionales defensores que hagan silencio definitivo y reconozca públicamente su culpabilidad…

A la espera del día en que sin patetismos, ni poses lastimeras, ni tampoco actitudes desafiantes Fernando Bécquer se arrepienta públicamente de todo el daño causado con honestidad y valentía…

A la espera del día en que Fernando Bécquer pida perdón a cada una de sus víctimas y a sus familias…

pida perdón a los movimientos feministas por toda la revictimización…

pida perdón al que fue su público, por haberlo ofendido de esa manera.

a las instituciones que lo han respaldado,

a funcionarios que lo apoyaron,

a gestores culturales que lo programaron y lo incluyeron en catálogos artísticos,

a periodistas y medios que difundieron y legitimaron su trabajo,

a la comunidad religiosa, a la cual desacralizó una y otra vez,

a los colegas que compartimos espacios profesionales con él, sin conocer de sus
turbias andanzas,

a todas las personas que decepcionó…

A la espera del día en que Fernando Bécquer con real humildad le pida perdón públicamente a la sociedad cubana y sepamos que se dedica a cualquier trabajo anónimo que lo dignifique un poco y le permita alcanzar algo de la altura moral que tienen las personas más sencillas, honestas, sacrificadas y desconocidas de este país…

A la espera de ese día, en que todo eso suceda y tal vez entonces Fernando Bécquer se gane un honroso y discreto lugar en el público de los conciertos y pueda cruzar una calle de este país, sin que nadie sienta su presencia como una invasión inquietante, amarga e inaceptable…

A las mujeres que alguna vez fueron ultrajadas por este individuo, les deseo toda la paz, armonía, progreso y felicidad que merecen.

Rita del Prado
La Habana, enero de 2023.

Unión de Escritores y Artistas de Cuba – UNEAC (10/01/23, 9:05)

La #UNEAC siempre en defensa de los derechos de las mujeres condena a quienes como Fernando Bécker violentan su dignidad. El vejamen y la discriminación son contrarios a la naturaleza del arte.

Nuestra comisión permanente Cultura, género y equidad trabaja con sistematicidad en contra de la violencia, el machismo y toda forma de discriminación de la mujer.

#ToleranciaCero Federación de Mujeres Cubanas Ministerio de Cultura de Cuba

Ailynn Torres Santana (10/01/23, 11:08)

Sobre #Cuba, no sobre el #casobecquer

Los «casos» específicos pueden servir para amplificar la política más general y de fondo sobre problemas que nos importan. Si ese «caso» genera consensos amplios sobre el problema, mejor. Si sirve para mostrar la complejidad de ese problema, si convoca voces diversas -institucionales y no institucionales, feministas y no feministas, etc.-, pues mejor aún. Si contribuye a poner en la agenda pública otros «casos» que sólo son tales para las familias y personas cercanas porque no calan en la sensibilidad colectiva, estamos hablando de otra cosa, mejor.

Evitar la política del espasmo… de espasmo en espasmo, de aparente sorpresa en aparente sorpresa y de indignación de corto plazo en indignación de corto plazo, es uno de los caminos.

El «caso Bécquer» es ejemplo de cuánto se puede hacer en trama colectiva, porque las mujeres agredidas por él nos lo mostraron, trenzándose.

Pero el «caso Bécquer» puede ser una indignación más, un espasmo más, que se agote en la esfera pública (no así en las fibras de a quienes violentó) dentro de demasiado poco. Si se revoca la pena subsidiaria, quizás dé una cierta sensación de victoria, aunque bien se sabe que las penas carcelarias poco hacen para resolver el problema en general.

Pero el «caso Bécquer» podría ser algo más, si lo hacemos posible.

Si además de la indignación más o menos creativa, y el tono de voz más o menos alto, traducimos esa rabia política en demanda de fondo, damos un paso más.

Si sirve para recordar que más de tres años después del pedido formal y su negativa, aún no tenemos ley integral contra la violencia de género.

Si es la base para volver a exigir que se hagan reales los anuncios de la Federación de Mujeres Cubanas de un Observatorio de Femicidios que no existe, años después.

Si nos recuerda que no hay información sobre procedimientos, garantías ni resultados de la línea telefónica de denuncias por violencia de género, más allá de la magra cifra que dieron oficialmente en 2020.

Si nos vuelve la vista sobre el eje de violencia de género del decreto presidencial 198/2021, del cual no ha habido noticia.

Si nos permite exigir que para este y todos los casos se aplique la «Estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género y la violencia en el escenario familiar», de la cual tampoco sabemos nada.

Si nos recuerda que, a pesar de las 165 consejerías que se dice que abrieron para atender a mujeres en situación de violencia, el escenario no parecería mejorar.

Si nos permite tomar conciencia de lo pírrica que es la cifra de 1200 personas atendidas en las Casas de la Mujer y la Familia en 2020.

Si nos permite pedir todo lo anterior sin que el pedido sea respondido con un «se hacen muchas cosas pero no se publicitan», porque es deber de las instituciones rendir cuentas y, de ese modo, estar abiertas al escrutinio y a la colaboración pública.

Si nos recuerda que en situaciones de crisis, las violencias basadas en género y sexualidad aumentan, y que en Cuba hay muchas crisis cruzadas en este instante.

Si nos activa la misma indignación para Yeniset Rojas, desaparecida. O para Damari Rodríguez Domínguez, a quien asesinaron hace cinco días en acto feminicida.

Si el «caso Bécquer» trasciende al «caso Bécquer», sin desconocerlo, estaremos más en el camino de que ni a las violentadas por Bécquer ni a ninguna otra, nos vuelva a pasar.

Katia Pérez  (10/01/23, 12:26)

Por supuesto que desde ayer no hago otra cosa que darle vueltas al mismo asunto, y mientras más vueltas le doy más furia, tristeza e impotencia me da.

Afortunadamente ya puedo decir que fui víctima de ese señor sin sentir culpabilidad, pero no sin sufrir. Mientras nosotras, las víctimas, tenemos estrés postraumático, algunas, problemas para tener relaciones sexuales y otras bajo tratamiento con ansiolíticos, él disfruta su «condena» en la comodidad de su hogar sin ningún tipo de remordimiento ni arrepentimiento.

Me parece oportuna la declaración de la Federación de Mujeres Cubanas, pero me parece insuficiente, como mismo fue insuficiente la condena impuesta por el Tribunal. Muestra de esto último son las acciones del imputado, quien claramente no siente castigo alguno y se siente libre de toda culpa para hacer y deshacer a su antojo.

Federación de Mujeres Cubanas que «repudies las publicaciones» del imputado me resulta insuficiente. Hacer un post en Facebook es muy fácil. Es necesario tomar cartas en el asunto y «hacer», no solo «decir».

En efecto, como ustedes plantean las publicaciones del imputado son una burla a la justicia y a la propia #FMC. Según el Código Penal Vigente:

«Quien públicamente difame, denigre o menosprecie a las instituciones de la República de Cuba, a las organizaciones políticas, de masas o sociales del país, o a los héroes y mártires de la Patria, incurre en sanción de privación de libertad de uno a tres años o multa de trescientas a mil cuotas o ambas.» (Artículo 270. CAPÍTULO IV DIFAMACIÓN DE LAS INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES Y DE LOS HÉROES Y MÁRTIRES).

Además, según el inciso a) del artículo 37.2, Sección Quinta, Capítulo III SANCIONES PRINCIPALES APLICABLES A LAS PERSONAS NATURALES:

«Al aplicar la sanción de trabajo correccional sin internamiento, el tribunal le impondrá
al sancionado las obligaciones siguientes:

a) Poner de manifiesto, con una buena actitud en el centro o actividad de trabajo donde
se ubique, que ha comprendido los fines que se persiguen con la sanción;»

Me pregunto… ¿una persona culpable de abuso lascivo que haga semejantes «canciones» y ofrezca semejante «disculpa», demuestra que ha comprendido los fines que se persiguen con su sanción?
¿cuál será entonces el castigo por acciones y publicaciones como las de este ciudadano?
¿Una simple disculpa es suficiente para reparar el daño al trabajo que «desde el año 1959 se hace en pos de la verdad emancipación de las cubanas»?

Creo que con ganas de hacer, se puede hacer muchísimo más que una publicación de repudio.

Las víctimas seguimos sin saber si la sentencia ya es firme, y por lo tanto, sin saber los detalles y las obligaciones específicas que debe cumplir el imputado.

Las víctimas (#feministas todas) seguimos sin reparación de daños, tratando de sanar como podemos desde nuestras individualidades.

Si de verdad dicen (las instituciones estatales) que hay #ToleranciaCero, demuéstrenlo con acciones.

#YoSíTeCreo #Justicia #BastaDeViolenciaPatriarcal #BastaFernandoBecquer

Diane Lyx (10/01/23, 11:41)

El abusador sexual de más de 30 mujeres -que se sepan- Fernando Bécquer, ha vuelto a hacer de las suyas. No bastándole con esa tibia sentencia de 5 años por abuso lascivo de reclusión domiciliaria por haber abusado sexualmente durante 20 años (y que no cumple, pues múltiples son los testigos que lo han visto moverse libremente por La Habana y él mismo así lo confiesa y no pasa nada), ayer publicó unas “canciones” que son más unas declaraciones de su desfachatez y una burla a sus víctimas, a las cuales acosó durante el proceso, y a la mujer cubana. Y que son sinónimo de lo protegido que se siente por nuestro sistema y nuestro gobierno.

Es preocupante la tímida respuesta gubernamental –sólo ha respondido la FMC-a un delincuente no tan común que intentó, con éxito, cubrirse con la bandera de la Revolución cubana para minimizar su pena para delitos tan graves, y politizar acusaciones: y me pregunto si la panacea en la que lo han dejado vivir se deberá además a que- darle una sentencia de verdadera privación de libertad- podría abrir la puerta a muchos otras acusaciones contra otros que como él, amparados en un cargo, un carnet, poder, o la supuesta defensa de una ideología la utilizan en cambio para abusar de las mujeres, y enviar así un claro mensaje a nosotras de que no importa cuánto protestes o si lo haces porque aún en los casos más graves no le pasará casi nada al agresor, como es el caso de Bécquer: Convicto pero libre.

También sería bueno saber si sus declaraciones y sus “disculpas”, agresivas y lesivas hacia sus víctimas y hacia las mujeres en general, pudieran considerarse como causa de reincidencia para un aumento de su pena o una condena real dentro del Artículo 31.1 punto 4, inciso c y el Artículo 82.1 y 3 inciso a del nuevo Código penal vigente.

#Toleranciacero

Yanetsy Pino Reina (10/01/23, 15:09)

Yo no entiendo nada. En Cuba existe un decreto ley 349 que sanciona los contenidos artísticos lesivos a la dignidad y que promuevan discriminación. Fernando Bécquer compone temas donde incurre en lo que sanciona esa ley y se muestra en redes sociales más impune que antes.

Acaben de aplicar las leyes con la debida justicia o las mujeres seguiremos vulnerables hasta el fin de nuestros días.

Cenesex (10/01/23, 20:43)

Cenesex suscribe la declaración de repudio de la Federación de Mujeres Cubanas como respuesta a las recientes publicaciones de Fernando Becker en sus redes sociales.

La organización revolucionaria las califica como “irrespetuosas, altamente violentas contra las mujeres cubanas” y “evidencia del machismo que aún persiste y una forma de violencia simbólica que no debe prosperar en nuestra sociedad”, al tiempo que las considera “una burla a la justicia por parte de una persona que ha sido declarada culpable por violencia sexual, y al trabajo que desde el año 1959 se hace en pos de la verdadera emancipación de las cubanas.”

Nuestra institución también llama la atención sobre la necesidad de que personas, instituciones y organizaciones de la sociedad civil que comparten una visión emancipadora sobre el respeto a los derechos sexuales, la identidad de género y contra la violencia en cualquiera de sus manifestaciones, nos unamos en la construcción de proyectos, saberes y acciones de transformación social.

La eticidad de la Revolución siempre ha estado alejada de quienes cometen actos lesivos a la dignidad humana y así lo ha reflejado en la letra de su sistema de impartición de justicia.

Llamamos también al uso responsable y respetuoso de las redes digitales como otro espacio de interacción humana.

#ToleranciaCero #juntosporlanoviolenciadegénero

YoSíTeCreo en Cuba (11/01/23, 9:35)

Esta semana han sido denunciadas por parte de medios de prensa, organizaciones y voces ciudadanas en redes sociales, las letras de las últimas canciones de Fernando Bécquer (condenado por agresión sexual a 5 años de privación de libertad subsidiados a 5 años de limitación de libertad). Las letras compartidas por el propio trovador en sus perfiles personales rebozan misoginia, mostrando que no existe, por su parte, ni reconocimiento del delito ni arrepentimiento.

Utiliza, además, términos peyorativos como “feminazi” para referirse a la lucha feminista y enumerar las “cualidades” que debería tener una feminista, principalmente en el plano sexual. En resumen, hace gala de una impunidad lacerante ante sus sobrevivientes y quienes han luchado por la justicia.

La impunidad con que obra Fernando Bécquer es el resultado del respaldo que ha recibido en múltiples ocasiones por parte de instituciones, artistas y el sistema de impartición de justicia cubano, que antepone ideologías a los derechos humanos y mucho más a los de las mujeres y las niñas.

Ratificamos nuestro apoyo a las sobrevivientes de Fernando Bécquer y les mandamos nuestro abrazo, que sabemos no alcanza para reparar la revictimización que les provoca cada nuevo escándalo.

Ania Terrero (11/01/23,11:17)

Feminismo «disidente»

El feminismo es disidente, por supuesto. Nació para disentir, para desmontar un status quo sostenido durante siglos, para enfrentar al patriarcado y a las expresiones machistas sobre las que se sostiene -múltiples, diversas, a veces “insignificantes”, a veces inmensas, pero todas destinadas a subordinar a las mujeres, limitarlas, agredirlas.

El feminismo es incómodo, nunca le faltaron enemigos. No es broma aquello de que las primeras feministas fueron brujas quemadas en las hogueras. El feminismo es incómodo porque surgió para arrebatar privilegios. Y seamos honestos, a los privilegiados nunca les gustó perder sus ventajas.

El feminismo es político, por aquello de que lo personal es político. Porque las luchas de género no pueden ser «cosas de mujeres»: hay que sacarlas del ámbito privado y acompañarlas con políticas públicas. Porque necesariamente están marcadas por el ecosistema en el que se desarrollan.

Y sí, existieron en la historia muchas olas y muchas formas de entender el feminismo. Algunas lo defendieron desde el privilegio de la riqueza y la blanquitud. Pero ahí están los textos de Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin para proponer otros enfoques al conflicto; comunistas ambas por cierto.

El feminismo no es un ente único y absoluto. Incluso hoy, existen muchos tipos; no todos están de acuerdo en todo. Algunas, por ejemplo, creemos que debe ser anticapitalista, porque la subordinación de las mujeres se refuerza en la subordinación de clases; porque una mirada interseccional al fenómeno confirma que no va solo de mujeres oprimidas, sino de muchisímas discriminaciones configurándose de la forma más intensa en aquellos que menos encajan. Ese es otro punto de análisis sobre las mesas de debates violetas.

En Cuba, no sin polémicas, la Federación de Mujeres Cubanas se ha reconocido a sí misma como feminista. Pero más importante aún, durante los últimos años ha acompañado la construcción de políticas de género y contra la violencia machista. Por supuesto, queda mucho por hacer: aterrizar esos programas y estrategias, avanzar hacia un sistema legislativo más completo que necesita una ley integral, desmontar de forma efectiva todos esos micromachismos que aún se respiran en el país; pero al menos hay una vocación institucional definida de acortar brechas.

Precisamente por eso da tanto miedo esta nueva ola de hombres machistas que se catalogan a sí mismos como «rojos», «revolucionarios», «súper comunistas» e intentan mostrar el feminismo floreciente en Cuba únicamente como “una patraña del imperialismo”, “una estrategia para hacer contrarrevolución”.

Ellos, que muchas veces acosan, abusan y agreden, deciden botar el sofá. Meten todo en un mismo saco e intentan lanzarlo a la basura con un discurso mansplaining que va desde el “son unas disidentes con intenciones súper secretas” a el “pobrecitas, las están manipulando”. Así, en blanco y negro.

A ver, tampoco es una estrategia nueva. ¿Les suena lo de feminazi? Hace un par de décadas, la lucha contra las feministas las pintaba como las más fieles servidoras de Hitler y antes, como las brujas secuaces del diablo. El patriarcado -y los retrógrados que lo sostienen- utilizan siempre los mismos recursos para desacreditar un movimiento que básicamente lucha por la igualdad.

Y es verdad que muchas veces se usaron las causas feministas -y otras- para construir discursos manipuladores en torno al Gobierno cubano, en torno a tantas otras cosas. Pero tampoco faltan los agresores que se escudan en la Revolución para esconder sus violencias. Las manipulaciones, los oportunismos, todos, hacen el mismo daño, da igual en la esquina del tablero del ajedrez que te pares; porque desmontan las esencias de las cosas y las ponen en riesgo.

Entonces, esta nueva versión del machismo, este mismo problema de siempre con otros perfiles -a veces falsos- como fachada, confirma que el feminismo es, sobre todo, urgente.

Si lo entendemos como “la idea radical que sostiene que las mujeres somos personas” -gracias Angela Davis por una síntesis tan clara; si asumimos que defiende para una mitad de la población mundial, oportunidades y derechos históricamente reservados para los hombres; si comprendemos que no busca supremacía; habrá que ser muy ciego para obviar que hace más falta que nunca.

Porque en esta isla, donde tantos pasos se han dado para la construcción de una igualdad institucional, pública; sobreviven aún muchos prejuicios, discriminaciones y violencias. Nos toca por tanto construir otras maneras de vivir que pasan por desmontar una estructura patriarcal que ha ubicado a los varones en lugares privilegiados y ha naturalizado una cultura de dominación y exclusión.

Mientras ese seudotrovador innombrable pasee su machismo en letras de canciones y se sienta por encima del bien y el mal; mientras haya oportunistas ocultando tras supuestas posiciones políticas batallas contra iniciativas que buscan un futuro más equitativo; mientras haya fundamentalistas resentidos posicionándose contra la aplicación práctica de un Código de las Familias verdaderamente revolucionario; mientras exista discriminación contra orientaciones sexuales e identidades de género diversas; mientras sean ellas las que lleven sobre sus hombros las sobrecargas domésticas y de cuidados; mientras no se entiendan que mujer no es sinónimo de sensibilidad, belleza y maternidad; mientras hablemos de «crímenes pasionales» y no llamemos a las cosas por su nombre; mientras existan violencias; mientras mueran mujeres por el hecho de serlo; hará falta el feminismo. Y sí, seguirá siendo disidente.

Cubacine ICAIC (11/01/23, 19:18)

El Comité de Género del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) se une a las manifestaciones de repudio contra la reciente publicación de Fernando Bécquer. La violencia hacia las mujeres es inadmisible, exigimos romper cualquier estructura de impunidad que la alimente.

La justicia revolucionaria en su responsabilidad de colocar en el centro la vida deberá garantizar no solo condena al agresor sexual sino condiciones para que los derechos de sus víctimas no sean nuevamente vulnerados.

El caso de Bécquer es una señal de alerta de la misoginia y el machismo que persiste en Cuba, los caminos que asumamos en su resolución serán expresión de nuestro compromiso real para eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres.

Un país con mayor justicia social, igualdad e inclusión para las mujeres es un proceso colectivo que involucra a la sociedad toda, por ello es urgente implementar la actualización del programa de Educación Integral en la Sexualidad (EIS) que fortalezca la cultura jurídica, la perspectiva feminista y provea de herramientas para identificar el patriarcado y quebrar sus modos de reproducción.

Este 2023 continuaremos tejiendo redes de tolerancia cero a la violencia de género, creando espacios seguros, acompañando, soñando y construyendo ese mundo libre de machismo para las mujeres y diversidades sexuales. (2023)

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