Reivindican legado africano en cultura e identidad cubanas
El grupo organizador del espacio Lo que tenemos en común espera repetir la experiencia al menos una vez al mes, en La Habana.
La Habana, 12 ago.- Charla sobre el legado y la contribución de costumbres y religiones que acompañaron desde África subsahariana a las personas esclavizadas y sobre la sociedad Abakuá, poesía, rumba, trova y rap resultaron propuestas del encuentro organizado por el grupo de hip hop Obsesión y la Casa de Artistas y Creadores.
El espacio «Lo que tenemos en común: Un encuentro desde la otredad», se concibió para intercambiar experiencias y estimular un discurso descolonizador, de la mano de estudiosos y creadores, al tener como eje el rostro mestizo de la nacionalidad cubana.
Con la investigadora Bárbara Danzie, como conductora, participaron en el panel el estudioso Ramón Torres y artistas como Carmen González (poeta), Isnavi Cardoso (bailarina), Iyaima Martínez (actriz) y Magia López y Alexei Rodríguez, de Obsesión.
“Se trata de un espacio que estamos abriendo, ya lo hicimos el mes pasado, con un cine debate a partir de la película Sankofa (1993) y, en esta ocasión, escogimos debatir sobre la contribución del África subsahariana en la cultura nuestra”, explicó López.
En proceso de producción del más reciente disco de Obsesión, titulado Luciérnaga, dijo la artista, “hemos estado un poquito retirados, ahora recomenzamos los espacios presenciales y es en la Casa de Artistas y Creadores, que nos ha acogido muchas veces con muchos proyectos, no solo culturales, sino también sociales”.
De acuerdo con López, la idea es tenerlo como espacio permanente, “hacer música, pero también activismo social, como estuvimos haciendo durante cinco años con el Club del Espendrú”.
“Desde nuestras letras y también desde nuestro activismo”, aseguró, Obsesión continuará los talleres de hip hop y de rap como espacios educativos, además de colaborar en audiovisuales.
Legado a la luz
Por su parte, Danzie destacó la posibilidad de compartir, dialogar y pensar “sobre todo lo que tenemos en común” y “repensar sobre el inmenso aporte africano a la transformación de nuestra identidad nacional” desde una perspectiva histórica, “en momentos que necesitamos hacer más extensivos nuestros discursos”.
A su juicio, “en espacios como estos, no podemos dejar de mencionar la tragedia que significó la trata de africanos y su esclavización. Estos procesos horrendos son siempre el primer referente para contextualizar y entender la dimensión” del asunto.
Se refirió a la esclavitud, la economía de plantaciones y sus secuelas sociales e ideológicas que “sentaban las bases para deformaciones profundas en los niveles de desarrollo social en la sociedad”, la desigualdad, la marginación y el racismo, así como a la Conferencia de Durban y su llamado, “que jamás alcanzará para reparar los daños”.
También destacó el cimarronaje como catalizador antiesclavista libertario, la cultura de resistencia “que viene de un pasado histórico, rebelde, aún presente, de resistencia y que pone en un plano visible los mejores legados culturales que nos fueron entregados para enfrentar las adversidades. Es una cosmogonía de resistencia”, valoró.
También consideró que la santería, la rumba o la religión Abakuá constituyen las mejores expresiones de esa calidad renovada de las culturas de matriz africana y que trascienden en el tiempo al formar parte de nuestro acervo cultural identitario cubano, no solo africano.
Historia Abakuá
El investigador Ramón Torres, del Instituto de Antropología, reflexionó sobre la historia Abakuá, una congregación religiosa masculina, “que ha sido la historia de su marginación, de su naturalización” y que apareció como expresión de rebeldía contra el discurso colonial y perdura pese a prejuicios y estigmas.
Según dijo, surgió en las primeras décadas del siglo XIX entre personas traídas desde el Calabar, actual Nigeria, como expresión de identidad nacional, es más antigua que el Himno Nacional cubano (1867) y en 1857 ya integraban a las primeras personas de piel blanca, por tanto, podría considerarse la primera organización integracionista de Cuba.
En intercambio, Torres se refirió a la cultura de resistencia y la capacidad de adaptación al medio, que le permitió a la sociedad mantenerse en periferias, espacios excluidos y marginados, y cuya presencia crece con el incremento de los juegos –forma de organización– en La Habana, donde en la actualidad superan los 200, con lo que también aumenta la membresía.
El investigador también analizó a la representación de la sociedad Abakuá en la cultura cubana, desde las pinturas de Wifredo Lam, René Portocarrero, Mario Carreño y Belkis Ayón, hasta la literatura, en libros como Habana Babilonia, de Amir Valle; Príapos, de Daniel Chavarría, entre otros.
En el encuentro se dialogó acerca de la práctica Abakuá entre profesionales, obreros y también delincuentes. Hubo consenso al resaltar que el problema de las personas negras en Cuba no solo les atañe a ellas, sino también a quienes estén dispuestos a luchar contra la discriminación y a toda la sociedad. (2023)
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