La Habana, 26 nov.- El colectivo de Food of War, de Colombia, realizó ayer una intervención en la sede del proyecto sociocultural Akokán, en una de las comunidades vulnerables de esta capital, como parte de las actividades de la XV Bienal de La Habana, del 15 de noviembre de 2024 al 28 de febrero de 2025.

Residentes en las orillas del río Quibú, del municipio Marianao, al norte de La Habana tuvieron la oportunidad de conocer la iniciativa liderada por Omar Castañeda, invitado a participar en la Bienal de La Habana con un proyecto de investigación y exploración artística relacionado con las tres líneas centrales del evento: mediación, colaboración y transdisciplinariedad.

Fundado hace 14 años en el Medio Oriente, Food of War es un colectivo multidisciplinario que dirigen Castañeda y Hernán Barros, con el propósito de investigar la relación entre alimentos y conflictos, “dos aspectos que en la práctica están más interconectados de lo que comúnmente se cree”, explicó Castañeda.

También puntualizó que, al ser abierto y flexible, la composición del colectivo varía según la propuesta en curso.

En la propuesta realizada en la tarde del sábado 23, en la sede del proyecto Akokán, participaron los líderes de Food of War, un experto en temas gastronómicos de Colombia y un curador del Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, con amplia experiencia en el grafiti. También se sumaron artistas de Cuba, apuntó.

Acerca de su vínculo con Akokán, comentó que surgió hace un año, cuando un representante de la Bienal de La Habana invitó al colectivo a crear un grafiti comestible, en colaboración con un proyecto sociocultural cubano.

“Desde agosto, hemos visitado la comunidad Los Pocitos para comprender sus necesidades y realidades”, agregó.

Grafiti para degustar y pensar

El proyecto de Food of War se emplazó en la zona de La Escalera, el primer asentamiento informal del barrio Los Pocitos. La iniciativa consistió en un  comestible, lo que permitió una interacción directa del público con la obra. Al ser una experiencia participativa, las personas disfrutaron y consumieron algunas partes del grafiti.

Para la ocasión, los chefs prepararon galletas y merengues, con sabores locales, a partir de frutas y verduras que cosechan integrantes de la Red de Patios Solidarios. En la dinámica del proyecto  se aludió a  un refrán popular cubano: “Duró menos que un merengue en la puerta de un colegio”.

Al referirse a su primera participación en la Bienal de La Habana, Castañeda señaló: “Estoy muy emocionado de tener la oportunidad de presentar el trabajo de nuestro colectivo en Cuba, un lugar que consideramos crucial para mostrar proyectos de esta índole”.

Por su parte, Deborah Vazquez, coordinadora de Akokán declaró a la televisión nacional: traer arte a este barrio (Los Pocitos) responde a uno de los objetivos que tenemos: crear espacios que contribuyan al desarrollo integral de sus habitantes. Que los participantes en la Bienal se hayan interesado en venir aquí nos parece súper interesante”.

Más de la Bienal en Los Pocitos

En el perfil de Facebook del Proyecto Akokán se anunciaron otras propuestas en Los Pocitos durante los días de la Bienal de La Habana. Según la publicación, con un enfoque de conexión con proyectos socioculturales, educación artística y desarrollo comunitario, se realizará el rediseño participativo del mobiliario urbano.

Asimismo se indicó que, con el objetivo de desarrollar habilidades prácticas en el diseño arquitectónico sostenible, valorar los saberes tradicionales y la riqueza cultural local, se prepara el taller Diseño y Construcción Arquitectónica.

En la propia red social, el Laboratorio Yukali, un proyecto comunitario de creación colaborativa surgido en Akokán, que tiene como facilitadores a Maite Van Der Marel y Jo Wills, divulgó que este año será un espacio para el aprendizaje conjunto, la colaboración artística, así como la transformación de realidades sociales a través del arte, la educación y la solidaridad.

Desde su aprobación, en 2018, el proyecto sociocultural Akokán, priorizó entre sus acciones la capacitación a las mujeres de la comunidad para fomentar la producción agrícola local, el procesamiento de los productos cosechados en la Red de Patios Solidarios, además de impulsar el liderazgo femenino. (2024)