CACA, un club que reanima el cartel cubano

Este soporte comunicativo que tuvo una época dorada en la isla caribeña afronta desafíos en la era de las redes sociales en Internet.

La exposición anual del club estuvo abierta al público de abril a junio.

Foto: Tomada de www.elestudiografico.com

La Habana, 6 ago.- El Club de Amigos del Cartel (CACA) reivindica las potencialidades comunicativas de este tipo de anuncio con toques artísticos en Cuba, cuando pierde protagonismo en la promoción de actividades por el creciente influjo de las redes sociales en Internet.

El diseñador gráfico e ilustrador Nelson Ponce dijo a la Redacción IPS Cuba que el proyecto nació en diciembre de 2007, “y se le puso ese nombre medio en broma, tratando desde un principio de imprimirle un espíritu desenfadado al proyecto”.

Ponce, de 42 años, defiende además la pertinencia de este espacio porque “es muy importante que vengan los estudiantes, la gente joven, motivarlos para que trabajen este soporte tan importante en la cultura nacional. Es además un pretexto para vernos, intercambiar obras e ideas”.

¿Cómo va el cartel?

Preguntados sobre la salud de la cartelística en Cuba, las y los entrevistados ofrecieron varios puntos de vista que apuntan a un criterio compartido: esta manifestación de las artes visuales ha ido mermando en los últimos años.

En el taller de serigrafía René Portocarrero de la Habana Vieja fueron expuestas las obras de un conjunto de diseñadores bajo el título de “CACA en el taller”.

“En la última reunión del club nos preocupó ver menos carteles que en ediciones anteriores. Se hacen actividades culturales, pero se promocionan por otros medios ya que debido a razones de presupuesto, las instituciones culturales están dejando de encargarlos”, analizó Yenela Miranda, la curadora de la exposición anual del proyecto.

Miranda, de 32 años, acotó que “también influye que los medios tradicionales de promoción han cambiado, son más audiovisuales, con una apuesta mayor por las redes sociales, y eso ha afectado”.

Por su parte, Ponce opinó que, aunque el cartel “goza de prestigio dentro de quienes aman las artes visuales, se respeta y reconoce a los diseñadores, existe el encargo de piezas, no hemos logrado que el cartel recupere su estado natural, que es estar en la calle, informando, convidando a la gente”.

Lamentó que resulta difícil transitar por la ciudad y encontrar un cartel bien diseñado, además de que se ha convertido en casi una pieza de arte debido a las tiradas cortas y reservado fundamentalmente a galerías y exposiciones.

Miguel Alejandro Castro, quien responde al seudónimo artístico de Monk, calificó de pobre el estado de la cartelística cubana, a pesar de su larga tradición e impacto en la historia cultural y política del país, sobre todo en el siglo XX.

Cartel del joven artista Miguel Alejandro Castro, Monk, ganador del primer premio de un concurso por los 80 años del bombardeo del pueblo español Guernica.

Reconoció que producir serigrafía, hacer un cartel o serie de carteles, resulta muy caro y que muchos clientes prefieren usar el, a veces, escaso presupuesto para la promoción mediante impresiones digitales, que son más numerosas y baratas.

Exposición anual

A inicios de cada año, CACA convoca a una reunión que aglutina a cartelistas, diseñadores, curadores, especialistas y críticos de arte, con el objetivo de preparar una muestra de las mejores obras producidas el año precedente.

“Los diseñadores van con un conjunto de sus obras durante el año anterior y todos los presentes votan por el mejor cartelista y cartel del año, mientras se selecciona quienes deben integrar la exposición anual”, detalló Miranda.

La muestra se titula “CACA en el taller” porque suele reunir obras de integrantes del club expuestos en el taller de serigrafía René Portocarrero, sito en La Habana Vieja.

Aclaró que “no todos los carteles son impresos en serigrafía —la técnica más socorrida—, e incluso puede haber algunos elaborados en otros talleres o lugares”.

Para la también historiadora de arte, se trata de “un momento de intercambio significativo, pues revela un segmento de la producción hecha en un año. Nos ayuda a ver cómo se va enrumbando el cartel, cuáles son los temas, los diseñadores más importantes, los nuevos que se incorporan”.

Miranda reconoció que en la muestra predominan diseñadores de La Habana, debido a las dificultades de acceso desde otras provincias, si bien en anteriores ediciones han tenido obras de artistas que viven fuera de la capital.

La última edición de la muestra, que fue la VIII, reunió 39 carteles producidos en 2017 y estuvo expuesta de abril a junio en la sede del taller. (2018)

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