Mujeres dan voz y cuerpo a poemas de artista cubana

En la dramatización audiovisual de los poemas participan importantes actrices cubanas de diferentes generaciones.

El poemario Desnuda en proscenio, de Patricia Rodda, tuvo su presentación en la 31 Feria Internacional del Libro de La Habana, junto con un video-libro

Foto: Tomada de Facebook

La Habana, 3 jun.- Los versos del libro Desnuda en proscenio, de la joven Patricia Rodda, junto a las ilustraciones del artista visual Eduardo Abela, no se conformaron con el papel y la letra impresa y saltaron al audiovisual en las voces y los cuerpos de actrices cubanas.

Publicado por Aurelia Ediciones en 2022 y presentado este año en la Feria Internacional del Libro, se trata de la primera incursión en la literatura, de Patricia Rodda, poeta, actriz de la compañía El Misterio, perteneciente al Centro de Teatro de La Habana, productora y promotora cultural.

Según la autora, Aurelia Ediciones la apoyó desde el inicio. “Para una persona, cuando está empezando y más en el mundo de la literatura, puede ser quizás un poco complicado, ahí estuvieron el fotógrafo Carlos Cairo, la editora de este libro, Claudia Acevedo,  y su grupo editorial La errata”.

“Patricia es actriz, como muchos saben. Su libro está dividido como si fuera una obra de teatro en una especie de juego con el lector: aquí están mis poemas, parece querernos decir Patricia, pero yo soy un personaje más, soy yo y soy muchas otras”, dijo la crítica Josefina de Diego.

En estas páginas, agregó, encontramos intensidades muy diversas, acercamientos a la realidad desde ángulos y evocaciones insospechados y sorprendentes, siempre desde la franqueza y el respeto por el otro, el lector.

Acompañan al libro de Patricia Rodda 54 cápsulas donde grandes actrices de la escena cubana hacen lecturas dramatizadas de los poemas.

Según de Diego, “hay poemas que son muy íntimos, otros explosivos, irreverentes sexuales, provocadores, Patricia no tiene miedo, se presenta desnuda en proceso como nos anuncia desde el mismo título de su cuaderno. Esa es su voz y quiere compartir estas sensaciones, porque sintió esa necesidad, ese impulso”.

Para Rodda, quien desde niña, albergaba el sueño de ser escritora, cuando sus profesoras le decían que escribía bien, es un libro que nació bendecido porque, desde sus comienzos, cuando aún lo estaba gestando, ya tenía el regalo de la imagen, que se la dio Eduardo Abela.

Es un lujo, dijo, “porque no solo se disfruta la literatura. Abela, desde su imagen, también supo tener esa sensibilidad y, de alguna manera, reinterpretar esta poesía”.

Saltar desde las páginas

Durante una de las presentaciones, en noviembre pasado, se presentó una exposición de Abela, quien recreó en lienzo 15 de las ilustraciones.

“En un principio pensé que era un ejercicio bastante ligero, pensaba que era un poemario que quería hacer y quería que lo ilustrara, pero de  pronto se convirtió en libro, se convirtió en proyecto y fue creciendo”, admitió.

Ilustrar un libro, opinó, “es siempre un reto para los artistas visuales porque generalmente trabajamos con nuestro mundo, con nuestros demonios y trabajar con otra persona es un poco como los actores, ser histriónicos, entrar en su mundo, confabularnos con sus demonios, con sus vivencias”.

“En el caso de Patricia, que es una poetisa que hace una obra tan de ella, es difícil”, dijo.

Según escribió Pedro E. Rizo, analista de mercado de arte, “este poemario es un banquete para los sentidos, desde la portada, pasando por cada una de las páginas interiores, hasta llegar a la contraportada”.

En su opinión, los dibujos y pinturas de Abela “acompañan candorosamente a la poesía de Rodda, proponiéndonos un juego emocionante que complementa significados, significantes, imágenes, metáforas, versos, tonos, música, silencio y signos, que se van tejiendo en cada uno de los tres actos del libro o de la obra”.

De acuerdo con el especialista, “Abela, con ese fino humor e ironía en los trazos y formatos, va dando vida a las figuraciones de la autora, visualizando esos pequeños detalles de los escenarios y construcciones literarias de cada poema”.

Sin embargo, ese ejercicio creativo fue solo parte del camino de otras charlas y encuentros para desnudar el libro ante el público y luego, no solo soñar, sino hacer posibles los sueños, comentó.

Al respecto, valoró la autora, “estamos viviendo ya otros tiempos, estamos conscientes que tenemos que remover todo eso, remover conceptos y nos hemos arriesgado desde el libro en sí, desde que habían demasiadas ilustraciones quizás, pero siempre era buscando eso, sacar al libro, darle un poco más de visualidad”.

“Estamos intentando hacer un videolibro o, por lo menos, lo más cercano a este término”, agregó la también cofundadora del proyecto sociocultural urbano Sinfiltro, dedicado a formar en adolescentes y jóvenes una ciudadanía responsable, conocedora y orgullosa de ciudad desde el teatro, la historia y la arquitectura, junto a la actriz Doreen Granados y el arquitecto Orlando Inclán.

Cuerpos y voces de mujeres

Renombradas actrices cubanas dieron voz y cuerpo a los poemas de Rodda, entre ellas,  Mirtha Ibarra, Daisy Granados, Verónica Díaz, Jacqueline Arenal, Daisy Quintana, Tahimí Alvariño, Coralita Veloz, Kiriam Gutiérrez, Laura Rodda, Yessie Guridi y Granados.

En la lectura dramatizada de los 54 poemas participaron también Yasbell Rodríguez, Yordanka Airoso, Isla Ochoa, Elbita Pérez, Yeni Soria, Ileana Chávez y la propia Rodda. (2023)

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