La Habana, 23 mar.- La firma de cinco acuerdos entre entidades biotecnológicas de ambos países y la posible ampliación de las inversiones en la nación caribeña sobresalen entre los resultados de la XXI Sesión de la Comisión Intergubernamental Cubano-Rusa para la Colaboración Económico-Comercial y Científico-Técnica.

Así lo resaltaron representantes de la Duma Estatal rusa y de la delegación cubana, presidida por Ricardo Cabrisas, viceprimer ministro y ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, durante los encuentros sostenidos a mediados de marzo en Moscú para impulsar las relaciones económicas, comerciales, financieras y de cooperación bilaterales.

Según manifestaron el canciller Serguei Lavrov y el viceprimer ministro cubano, estos nuevos intercambios afianzan la implementación de los acuerdos adoptados desde 2023, durante la visita a La Habana del Asesor del Presidente ruso, Maxim Oreshkin, con el fin de  impulsar las relaciones bilaterales.

El acercamiento comercial y político entre Cuba y Rusia volvió a profundizarse desde octubre de 2019. Entonces, el exprimer ministro ruso, Dmitri Mendvédev, se encontró en La Habana con el mandatario Miguel Díaz-Canel. En ese momento, también se firmaron acuerdos entre gobiernos y empresas de ambas naciones.

En el diálogo que sostuvieron Viacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal rusa, y Cabrisas, el pasado 20 de marzo, reconocieron los avances en las relaciones bilaterales y las catalogaron como “estratégicas y de aliados”, indicó un reporte de prensa.

Cooperación científico-técnica

Autoridades del gobierno cubano, el personal de la misión diplomática de la nación caribeña en Moscú y directivos de empresas rusas y cubanas participaron el 18 de marzo, en la firma de cinco memorandos de entendimiento para el empleo de productos registrados por el Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica, BioCubaFarma, en el territorio ruso y de la Unión Euroasiática.

La empresa BKF y el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) acordaron colaborar en el desarrollo clínico y el registro del producto Jusvinza (creado en Cuba para atender a pacientes con covid y estados de hiperinflamación).

Esa misma empresa rusa y el Centro de Inmunología Molecular, con sede en La Habana, pactaron completar el desarrollo clínico y la vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón avanzado, Cimavax, también de origen cubano.

Directivos de dicho centro y de la empresa rusa Alfanil suscribieron un acuerdo para el desarrollo clínico y registro del producto Muteinas IL-2 en el territorio de Rusia y otros países. La Casa Comercial Kupiechesky y el CIGB rubricaron el contrato de representación para la obtención de los registros sanitarios de los fármacos cubanos GAVAC y Hebernem en la nación euroasiática.

Otro documento selló la cooperación científico-técnica entre Phitovit y el CIGB para el desarrollo de la vacuna contra la peste porcina africana, así como la asociación entre las partes con vistas a realizar proyectos de investigación y la búsqueda de financiamiento.

Respecto a la colaboración bilateral en la biotecnología, Cabrisas resaltó: “esta acción marca un camino a recorrer a partir del consenso alcanzado entre las partes, en un sector de la economía cubana que resalta por el valor desde el punto de vista científico y económico y por aportar a la salud pública”.

Horizontes

En otro encuentro, la presidenta del Consejo de la Federación de Rusia, Valentina Matvienko, y el viceprimer ministro cubano destacaron la suscripción en 2023 de varios documentos que viabilizan la participación efectiva del país euroasiático en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social de Cuba hasta 2030.

Coincidieron en identificar los principales sectores de interés en los vínculos bilaterales y los resultados concretos en la industria médico-farmacéutica y el turismo, con perspectivas de nuevas inversiones y de incrementar el creciente número de visitantes rusos a Cuba.

De igual manera, se refirieron a las potencialidades de otras áreas de la economía que también pudieran resultar atractivos para inversores rusos, como la agroindustria azucarera y las fuentes renovables de energía. (2024)