Rusia retorna a caminos de Cuba

Rusia amplía los lazos comerciales con la nación caribeña  en las áreas energéticas y de transporte, entre otros sectores donde EEUU ha concentrado las sanciones del bloqueo económico.

Una vieja alianza política y comercial recupera fuerzas con la firma de nuevos acuerdos comerciales entre empresas y gobiernos de ambos países, a los que asistieron Medvedev y Díaz-Canel.

Foto: Jorge Luis Baños_IPS

En una renovación de tiempos que parecían relegados, el acercamiento comercial entre Cuba y Rusia tiende a profundizarse, con cálculos que no son solo económicos. La visita el 3 y 4 de octubre del Primer Ministro ruso Dmitri Medvedev a La Habana y los acuerdos comerciales firmados recientemente entre gobiernos y empresas de ambos países confirman también la matriz política de la aproximación comercial y financiera.

Además de los correspondientes encuentros protocolares, Medvedev compartió con el Presidente cubano de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel, y otros dirigentes cubanos, la firma de convenios de cooperación en áreas fundamentales de la economía e inauguró negocios conjuntos. La recepción coincidente en estos días de importaciones muy esperadas confirmó el rumbo compartido.

La ola de noticias de acento ruso en Cuba ha dado continuidad al despegue de los nexos comerciales en años recientes. De acuerdo con datos del Anuario Estadístico de Cuba de 2019, el comercio bilateral entre La Habana y Moscú se mantuvo en torno a 200 millones de dólares anualmente de 2013 al 2016, pero casi se duplicó al año siguiente. Y al cierre de 2018 alcanzó más de 451 millones de dólares.

Rusia ocupa el séptimo lugar entre los socios externos de Cuba, distante de las magnitudes y el predominio casi absoluto alcanzados antes de los años 90. Pero es el comercio de crecimiento más dinámico en el intercambio externo cubano actualmente. Ocurre además en proporción con el agravamiento de sanciones y obstáculos de Estados Unidos a los nexos comerciales de Cuba con el mundo, en particular, las trabas del actual año a la importación de combustibles desde Venezuela.

Aunque tanto el gobierno cubano como el ruso han declarado interés por una diversificación de los negocios –en septiembre organizaron una feria cubana en Moscú con tal propósito-, los lazos comerciales y de inversiones son más acentuados en el sector energético y del transporte, justamente las actividades de la economía donde más se han ensañado las medidas recientes del bloqueo económico de EEUU a Cuba.

Un día antes de arribar Medvedev, en el puerto habanero desembarcaron ocho locomotoras de mediano porte marca TGM-8, fabricadas por la compañía rusa Sinara, destinadas fundamentalmente al traslado de carga de la industria azucarera, en las provincias de Cienfuegos, Holguín, Ciego de Ávila, Camagüey y Granma. Con este lote suman 51 las locomotoras compradas a Rusia, según confirmó a la prensa el director adjunto de la Unión de Ferrocarril de Cuba (UFC), Rolando Navarro.

El Puerto de La Habana recibió ocho locomotoras más, de 51 que ya ha importado Cuba de Rusia.

A la recepción de las locomotoras siguió la firma de un proyecto de desarrollo ferroviario, con participación de grupos empresariales de ambos países. Valorado en 1.880 millones de euros, el proyecto tiene como objetivo la reparación y modernización de más de 1.000 kilómetros de líneas y puentes ferroviarios de Cuba con materiales, tecnología y equipamiento de producción rusa. También incluye la creación de un centro único para el control computarizado de la circulación de trenes y formar personal en los centros educativos de transporte de Rusia.

Después de asistir con Díaz-Canel a la firma de convenios para la cooperación en los sectores científico-técnico, transporte automotor y ferroviario, industrial y aduanero, infraestructura, biotecnología, agricultura, energía y tecnología digital, Medvedev cerró su visita con la asistencia a la perforación de un pozo horizontal de petróleo entre la petrolera rusa Zarubezhneft y la Unión Cuba Petróleo (CUPET).

Otro proyecto vital para la sostenibilidad energética cubana, tirante en extremo desde septiembre por las dificultades para importar combustibles venezolanos, corre a cargo del grupo ruso Inter Rao Export y la empresa cubana Energoimport, para el mantenimiento capital y recuperación de 10 unidades generadoras en tres de las principales termoeléctricas cubanas. El proyecto está valorado en unos 700 millones de euros.

Medvedev y otros altos funcionarios rusos declararon la voluntad de ayudar a Cuba a desarrollar el sector energético y otras actividades de la economía, frente al bloqueo económico estadounidense, mientras el gobierno de Vladimir Putin negocia a todo tren también con las autoridades de Venezuela para estrechar otra alianza política, comercial, tecnológica y energética, fundamental en la región. (2019)

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