Cuando hablamos de Humberto Solás (1941-2008) es inevitable ver cómo las pupilas de muchos oyentes se iluminan en los círculos de cine. Solás es un referente de rigor y su prestigio permanece incuestionable entre los grandes cineastas latinoamericanos de todos los tiempos. Esta percepción puede llevar a suponer que su obra cinematográfica goza de una protección integral y varios de sus filmes podrían estar en buen estado de conservación o incluso restaurados.

Sin embargo, la realidad es que, aparte de Lucía (1968), con su impecable restauración, muchas de sus obras se encuentran en peligro de conservación. La preservación del patrimonio cultural en Cuba enfrenta retos enormes debido a la falta de financiamiento, las condiciones climáticas y a una infraestructura deteriorada, lo que ha llevado a que muchas obras se encuentren en un irreversible estado de deterioro.

La situación actual exige una respuesta coordinada y efectiva para proteger este invaluable legado cinematográfico, asegurando que las futuras generaciones puedan acceder a una parte fundamental de su historia cultural. La colaboración entre instituciones nacionales e internacionales será clave para abordar estos desafíos y preservar el patrimonio audiovisual cubano para el futuro.

Necesidad de una estrategia de restauración patrimonial

La restauración patrimonial integral representa un desafío monumental para las cinematografías del Tercer Mundo. En este contexto, el cine cubano, reconocido como uno de los movimientos cinematográficos más destacados del continente, enfrenta un período de alto riesgo.

La escasez de recursos para la conservación, junto con la inestabilidad de las temperaturas y la humedad, han colocado en una situación delicada a un porcentaje importante del patrimonio cinematográfico y audiovisual cubano.

Por ello, es fundamental otorgar la debida importancia a la catalogación y declaración como patrimonio cultural de cada material conservado en cinematecas, archivos y colecciones, ya sean privadas o públicas, en todo el mundo. La implementación de políticas constantes y modelos de desarrollo que respeten la diversidad y singularidad del cine cubano es crucial para su salvaguarda.

En este sentido, es vital que se reconozca el valor histórico y cultural de las obras no clasificadas que aún permanecen en los archivos, ya que su conservación es esencial para mantener viva la memoria colectiva del país. Urge la elaboración de un sistema unificado de catalogación de los materiales que existen en el país y, de manera pionera, iniciar este proceso con los archivos del Instituto Cubano de Arte e Industria cinematográficos.

Se hace necesario establecer una estrategia que combine diferentes acciones: clasificación exhaustiva, difusión del valor archivado y el establecimiento de alianzas con terceros para la declaración como material patrimonial del material audiovisual cubano que se custodia en entidades tanto privadas como públicas en numerosos países.

También urge abarcar y unificar la información que procede de los diferentes archivos nacionales y, especialmente, iniciar la búsqueda exhaustiva y clasificación del material audiovisual que se conserva en aquellos países que cuentan con mejores condiciones y estrategias de conservación.

Oportunidades con la Inteligencia Artificial

La preservación del patrimonio cultural y la restauración de obras mediante inteligencia artificial (IA) se encuentran en un punto crucial, especialmente considerando la enorme cantidad de obras no clasificadas que existen en archivos y museos. Estas obras representan un desafío y una oportunidad para la conservación.

La IA puede ser una herramienta innovadora para abordar esta problemática, permitiendo la identificación y clasificación de los materiales audiovisuales, así como facilitando su restauración. A pesar de las limitaciones en la digitalización de materiales como el celuloide —que no permiten realizar procesos a 4K o 6K en tiempo real debido a su elevado costo— se han logrado avances significativos con digitalizaciones a 2K.

La restauración patrimonial integral representa un desafío monumental para las cinematografías del Tercer Mundo. En este contexto, el cine cubano, reconocido como uno de los movimientos cinematográficos más destacados del continente, enfrenta un período de alto riesgo.

Esta calidad es apta para la exhibición en muchas salas de cine y plataformas digitales; pero lo ideal es que de esta manera se puedan salvar esas miles de obras que, de otro modo, se podrían perder definitivamente en esta lucha contra el tiempo. Es fundamental reconocer que muchas obras no clasificadas requieren atención urgente para evitar su desaparición definitiva.

La inteligencia artificial también abre un debate ético sobre su uso en la restauración. No obstante, es esencial aprovechar estas tecnologías para revitalizar el patrimonio inmaterial integrando testimonios y descripciones técnicas. El tiempo limitado que estos profesionales vivos y lúcidos tienen para compartir su memoria plantea un desafío adicional.

Será crucial fomentar el diálogo sobre las mejores prácticas en el uso de IA para preservar el patrimonio y para acceder y procesar muchísima información que aportará a este proceso de reconstrucción de la obra y a la comprensión de su contexto. Habrá que asegurar que se respeten tanto los aspectos técnicos como los éticos involucrados, mientras se trabaja activamente en la clasificación y conservación.

Protección del legado de Solás

Proteger la obra cinematográfica de Humberto Solás exige una estrategia integral que contemple tanto la conservación física de sus filmes como la promoción de su valor cultural. Es preciso establecer un sistema unificado de catalogación, que no solo abarque las películas, sino también materiales complementarios como guiones inéditos, textos críticos, premios y diseños de vestuario.

Esta catalogación debe contar con el respaldo de políticas oficiales y la colaboración con instituciones internacionales que reconozcan al cine cubano como patrimonio cultural. Un proceso de esta magnitud no solo contribuiría a la protección del legado de Solás, sino que también ofrecería una oportunidad única para revitalizar el interés por el patrimonio audiovisual cubano.

Tal iniciativa podría convertirse en un modelo para la preservación del cine cubano; permitiendo, durante todo el proceso, la recopilación de información valiosa sobre el material audiovisual cubano disperso en diversas partes del mundo y ofreciendo oportunidades a la protección y restauración de obras fílmicas de otros autores.

Implementar estas acciones sería una forma efectiva de apropiarnos de la prestigiosa figura de Humberto Solás para un macro proyecto que contribuya a contrarrestar el abandono en el que se encuentra su obra. Al mismo tiempo, sería la punta de lanza para desencadenar un proceso que contribuya definitivamente a mitigar los riesgos que amenazan al resto del patrimonio audiovisual de la nación (2025).