Año chino en Cuba

El reajuste de acuerdos financieros y de cooperación bilateral reanima las inversiones de China en la mayor de las Antillas, con presencia priorizada en energía, turismo, transporte e industria biotecnológica.

Después de visitar el Presidente cubano a China a fines del 2022 han tenido lugar un grupo de intercambios de figuras de alto nivel entre ambos gobiernos.

Foto: Tomada de Cubadebate

Los astros de la política se han alineado entre Beijing y La Habana, a juzgar por la reiteración de visitas mutuas de alto nivel y la presencia creciente de negocios chinos en la mayor de las Antillas. Tras una amenaza de distanciamiento comercial entre ambos países por fallas en los nexos financieros bilaterales, las relaciones vuelven a fluir en sectores económicos y tecnológicos disímiles.

El año actual transcurre con repercusión mediática constante de acuerdos y visitas entre ambos gobiernos. Los convenios en marcha apuntan a la energía, el transporte y el turismo, entre otros sectores seguidos en la prensa y en las redes sociales. También privilegian la producción de medicamentos mediante la biotecnología.

A las visitas de representaciones gubernamentales desde el año pasado  y la firma de nuevos memorandos y acuerdos le ha seguido un intercambio que se había enfriado antes por incumplimiento de compromisos comerciales de La Habana con Beijing,  La nación antillana había asumido mejor el pago de la deuda gubernamental.

Para reexaminar estos vínculos, China consideró la crisis económica que afronta Cuba en medio de un desgastante bloqueo económico al que la somete Estados Unidos, rival geopolítico y económico de Beijing.

El proyecto de montar 92 parques fotovoltaicos con participación china antes de 2028 daría un respiro importante a la limitada capacidad de generación de electriciad de Cuba.

Con energía

Cuba emprendió este año una aceleración del programa de transformación de su matriz energética, implementado lentamente desde que se concibió hace una década.

Como primer paso, el gobierno inauguró en junio tres parques fotovoltaicos donados por la Agencia China de Cooperación y Desarrollo Internacional. Estas instalaciones, ubicadas en las provincias de Villa Clara, Ciego de Ávila y Holguín, agregan al Sistema Eléctrico Nacional una capacidad de generación de 12 megaWatts (MW).

Este regalo chino iguala a la cantidad de parques fotovoltaicos que instaló Cuba en todo 2023 y es apenas un pequeño anticipo del fuerte programa de inversiones para crear 92 nuevos parques solares hasta 2028, con capacidad de generación total de 2 000 MW.

A juzgar por declaraciones del ministro de Energía y Minas, Vicente de La O Levy, reiteradas en la prensa, ya comenzó el movimiento de tierra para instalar los primeros 46 parques solares, con capacidad de generación de 1 000 megaWatts (MW). El montaje concluiría en mayo de 2025.

Con 92 instalaciones, Cuba se ahorraría unas 750 000 toneladas de combustibles –fuel y diésel, los más caros, informó el ministro-, la sexta parte del petróleo que importa Cuba hoy, suficiente para financiar inversiones en parques fotovoltaicos.

Acerca del financiamiento del programa, De La O Levy informó que “son contratos pagados con recursos del país, no con líneas de crédito”. Pero prefirió no revelar más datos. En el programa “Desde la Presidencia”, con el Presidente Miguel Díaz-Canel, el ministro de Energía dijo que Cuba evitará detalles bancarios de las operaciones para impedir la “persecución financiera de Estados Unidos” a Cuba . Es previsible, sin embargo, que China mantenga protagonismo en las inversiones cubanas en fuentes renovables de energía, igual que ha participado en la búsqueda y refinación de petróleo en este archipiélago del Caribe.

A partir del 17 de mayo, Air China estableció dos viajes de Beijing a La Habana.

Turismo y transporte

Más visibles que la tecnología energética china pueden llegar a ser las huestes de turistas asiáticos. La reciente edición de la Feria Internacional de Turismo concluyó con el anuncio de que China será la invitada de honor en 2025, tras lo cual siguieron pasos importantes para facilitar los viajes entre ambos países.

El 17 de mayo la aerolínea Air China volvió a emprender dos viajes semanales entre Beijing y La Habana, pero quizás tenga más impacto la decisión cubana de eximir de visado a los ciudadanos chinos que viajen a Cuba con pasaporte ordinario por menos de 90 días. A juicio del experto José Luis Perelló, representa una magnífica oportunidad para estrechar las relaciones turísticas entre ambos países.

En las primeras jornadas después de la exensión de visa, el número de internautas chinos que buscaba hoteles y pasajes aéreos a Cuba como palabras claves en plataformas de viajes en línea creció más de un 40 por ciento El obstáculo natural que representa la lejanía geográfica puede compensarse, si la industria cubana del turismo logra construir alianzas multidestino con otras naciones del área como México.

Con el incremento del turismo chino, Cuba no solo sentiría el beneficio en las cuentas de los hoteles, sino por el acercamiento de los suministradores comerciales del gigante asiático.

Las inversiones y compras a China se perciben ya en otras áreas de interés para el consumo cubano medio, como el transporte, severamente deprimido en los servicios públicos. En las calles habaneras y de otras ciudades, las bicicletas y motos eléctricas de marcas chinas se han convertido en vehículos cotidianos del tráfico, como transporte privado, de empresas o de taxis, junto con autos de combustión también de marcas chinas.

La industria cubana se ha ocupado del ensamblaje de parte de esos vehículos. La firma Tianjin Dongxing Grupo Industrial y Comercial se alió hace varios años con la empresa cubana Minerva para producir en La Habana los Vehículos Eléctricos del Caribe VEDCA. En 2024 se propone ampliar la producción de 10 000 motos e igual número de triciclos de tracción eléctrica que logró en 2023, así como varios centenares de cuadriciclos.

Comercio activo

Las compañías del gigante asiático suman a las bicicletas eléctricas otros bienes y tecnologías de gran demanda en Cuba, incluidos mobiliario para escuelas e instalaciones de salud, y los demandados alimentos. Muestra de la voluntad de acercamiento son los donativos de arroz que ha hecho el gobierno chino a su aliado del Caribe

Las asociaciones económicas con empresas chinas tienen espacio en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel y en varias provincias. De los socios externos que se arriesgan a enfrentar las debilidades de Cuba como aliado comercial y las presiones simultáneas desde Estados Unidos, China parece la más dispuesta a arriesgar capital en sectores diversos y estratégicos. (2024).

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