Ir a La Habana con Leonardo Padura
Se trata del nuevo libro del escritor cubano, quizá el más personal y revelador de su íntima relación con la ciudad donde nació y aún vive.
Así se puso de manifiesto durante el recorrido promocional organizado para su presentación en España y que se extendió a diversos lugares de la geografía ibérica durante el mes de octubre.
No se trata del primer y único libro de Padura dedicado por entero a la capital cubana. Lo anteceden La Habana nuestra de cada día y La ciudad y el escritor, ambos publicados por Aurelia Ediciones y solo distribuidos en la isla. El primer caso es un compendio de ensayos, crónicas y artículos escritos a lo largo de varios años, acompañado por fotos del artista cubano de la plástica Carlos Torres Cairo. El segundo parte de una entrevista para la radio realizada al narrador por el arquitecto cubano Orlando Inclán, donde se abordan diversos aspectos relacionados con el tema y se reflexiona sobre el destino de la ciudad.
Sin embargo esta nueva indagación es como un hijo no buscado aunque largamente deseado sin apenas consciencia de esa búsqueda incesante. Hasta que se hizo evidente la necesidad de abordar su particular percepción de la ciudad, no sólo como escritor, sino también desde un punto de vista más íntimo y sentimental, porque Padura es -como su personaje Mario Conde- un «cabrón recordador» con un visceral sentido de pertenencia a su lugar de origen.
De este modo, Ir a La Habana comienza evocando sus memorias más tempranas sobre ese mundo que empezó a descubrir desde su humilde barrio de la periferia, Mantilla, y que en un proceso de conocimiento y «apropiación» -en palabras del autor-, se va extendiendo hacia el resto de la urbe capitalina.
Así que no estamos ante una novela, aunque la Literatura está presente, ni de un reportaje periodístico, que también se incluyen, y mucho menos una guía turística para recorrer la ciudad, pero no estaría nada mal lanzarse a tal aventura de la mano del escritor que, desde sus primeros trabajos y sin proponérselo de manera deliberada, comenzó a reflejar el entorno donde se movían sus personajes y a indagar en la historia de la urbe y de su gente a lo largo del tiempo, hasta lograr que ella nos fuera revelando su alma y también su dolor, víctima de la desidia de las autoridades, e incluso de sus habitantes, como resultado de un estado de cosas que se ha ido agravando con el paso del tiempo por las dificultades económicas que afronta el país. Solo así se explica que este habanero raigal y militante, termine confesando que cada vez más, al igual que el ex detective de su creación, siente crecer hacia su entorno un sentimiento de «ajenitud» como resultado de los cambios ocurridos a su alrededor, y no siempre para bien.
Se trata entonces de un ensayo con mucho de autobiografía y de reflexión sobre La Habana y la coyuntura histórica que le ha tocado vivir al autor. A lo largo del texto además se intercalan fragmentos de algunas de sus novelas donde, una tras otra, ha ido dibujando esa imagen literaria de la urbe real y, al mismo tiempo, el efecto contrario, su «deconstrucción» física y espiritual, vivida y narrada a través de la ficción. Para cerrar el círculo al final del libro se incluyen algunos de los reportajes periodísticos con el tema de la ciudad más conocidos del escritor y que en más de un caso le han servido incluso de punto de partida para su trabajo de ficción. Por último hay que señalar el acierto de incluir una veintena de fotos de Carlos T. Cairo, autor también de la imagen de portada, y cuya mirada se integra al discurso como su complemento gráfico.
El intenso recorrido promocional del escritor cubano comenzó en el País Vasco durante el Festival Internacional de Novela Negra y policial de Vitoria-Gasteiz, Vitoria-NeGrasteiz, un evento celebrado del 26 de septiembre al 6 de octubre y organizado por KRELIA, la Asociación de Creadores Literarios de Álava. Además de promover la lectura y facilitar la asistencia de importantes escritores como César Pérez Gellida, Premio Nadal 2024, durante el Festival también se realizaron talleres de escritura e interesantes «Mesas técnicas», como la impartida en esta ocasión por David Garriga Guitart (analista experto en terrorismo yihadista), y Luis Santamaría del Río (exsacerdote católico experto en sectas nacionales e internacionales), quienes disertaron sobre «Sectas, yihadismo e investigación», acompañados de Alberto Gredilla, comisario del Festival y experto en criminología e investigación judicial.
La presentación de Padura se realizó el día 5 a sala llena en el Palacio de los Congresos Europa. Con la introducción de la escritora vazca Fátima Frutos, el cubano habló de sus novelas policiales y su personaje Mario Conde. Asimismo se refirió a la reciente reedición de El hombre que amaba a los perros, para conmemorar los quince años de su publicación y que incluye un prólogo del autor y un epílogo de Rafael Acosta de Arriba, donde el poeta y crítico cubano asegura que se trata de «una de las grandes obras de la Literatura Universal en la últimas décadas».
El novelista se reunió al día siguiente con un grupo de escritores de Vitoria, miembros de KRELIA, con los cuales compartió sus experiencias. En Álava visitó el Conjunto Palaciego Conventual de Quejana, antigua casa solariega de la familia Ayala, construido en la segunda mitad del siglo XIV y declarado Bien Cultural en 2002. Posteriormente fue invitado a visitar el pueblo de Amurrio, en el Valle de Ayala, uno de los posibles sitios de origen del apellido Padura aunque no se ha podido determinar cúal fue y de dónde partió el primer emigrante que llevó el patronímico a la isla. Allí fue recibido por el alcalde de Amurrio, Txerra Molinuevo Laña, quien le hizo entrega de una reproducción de la escultura Guk (Nosotros en euskera), ubicada en el parque Juan Urrutia y que ha devenido símbolo del municipio.
En Barcelona la visita del escritor obtuvo amplia cobertura de los medios con entrevistas para la prensa y Televisión Española, además de una comida de trabajo con más de diez periodistas. La presentación del libro se realizó el día 10 en la librería +Bernat, en diálogo con el comunicador Víctor Amela. Posteriormente se trasladó a Madrid donde también respondió entrevistas para la radio y la prensa. Allí se efectuó otro encuentro con los lectores en la sede del Instituto Cervantes de Madrid, con capacidad limitada, y al que asistieron 170 personas. Sin dudas una ocasión muy especial que contó con dos anfitriones de lujo: Luis García Montero, poeta y director del Instituto, y Felipe Hernández Cava, escritor y guionista.
Padura también fue invitado por el Centro Andaluz de las Letras a participar en el ciclo Encuentros en el Centro, un programa dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte y gestionado a través de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, creado con el objetivo de fomentar los hábitos de lectura así como contribuir a la difusión de las obras más relevantes del patrimonio intelectual. Por eso las siguientes presentaciones se realizaron en las ciudades de Córdoba y Málaga. En Córdoba tuvo por escenario la Biblioteca Pública Grupo Cántico el 15 de octubre, en compañía del escritor Diego Marín. Al día siguiente la cita tuvo por sede el Museo de Málaga, con la introducción del traductor y profesor Giovanni Caprara.
Esta etapa del recorrido promocional de otoño culminó en Oviedo, donde la Fundación Princesa de Asturias organizó la Semana de los Premios que por primera vez invitó a cinco de los autores ya galardonados con el Premio Príncipe o Princesa de Asturias de las Letras, y que protagonizaron diversas encuentros con el público durante su estancia. Para comenzar fueron convocados los miembros de clubes de lectura vinculados a bibliotecas públicas de Asturias y otras comunidades de España a participar en el encuentro «Doble trayectoria», una iniciativa para incentivar el conocimiento de creadores como John Banville y Padura, quienes recibieron el prestigioso galardón en 2014 y 2015 respectivamente.
La cita, efectuada el 18 de octubre, tuvo como escenario el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, con la asistencia de 1.300 miembros de 72 clubes de lectura de varias comunidades autónomas. Tras la bienvenida de la directora de la Fundación, Teresa Sanjurjo, los invitados expusieron sus experiencias en un diálogo moderado por Socorro S. Lafuente. Tanto el cubano como el irlandés tienen en común que han desarrollado parte de su obra dentro de la llamada novela negra, y aunque bajo su propio nombre Banville ha publicado varias obras de éxito, ha creado además el seudónimo de Benjamin Black para firmar la serie protagonizada por su conocido personaje, el forense Quirke. Ambos escritores también coinciden en la reciente publicación de dos títulos que abordan su personal relación con dos ciudades que han sido el principal escenario de su literatura, La Habana y Dublín, ciudad literaria si las hay.
En este contexto la librería Cervantes de Oviedo, con más de 100 años de antigüedad, abrió sus puertas al novelista con gran asistencia de público, al igual que en ocasiones anteriores en este mismo espacio y donde esta vez estuvo acompañado por Fernando Menéndez en su introducción y comentarios de Ir a La Habana.
En la Universidad de Oviedo, que acogió seis actividades culturales durante la Semana de los Premios, Padura fue recibido el día 21 en la Facultad de Filosofía y Letras, también a sala llena. Aunque el tema central de la conversación dirigida a los estudiantes y moderada por Virginia Gil Amate fue su libro más reciente, también se refirió a diversos aspectos de su obra.
Para terminar sus actividades en la ciudad asturiana, el novelista asistió a un encuentro con alumnos del Instituto de Enseñanza Secundaria Alfonso II. Bajo la orientación de la profesora Delia García, que también dirigió el debate, los educandos prepararon un cuestionario sobre los aspectos que les resultaron más interesantes durante el estudio de algunas de las obras del cubano.
Las presentaciones de Ir a La Habana en España continuarán en el mes de noviembre tras un breve paréntesis en el que Padura realizará un recorrido por varias ciudades de Suiza y Alemania para promocionar la edición germana de su novela Personas decentes. (2024)
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