Inversión extranjera aporta a Cuba nueva marca de cerveza
Para la Zona Especial de Desarrollo (ZED) Mariel se han aprobado 63 negocios de 22 países.
En medio de una avalancha de las más diversas cervezas, importadas tanto por empresas estatales para su comercialización en divisas, como por el sector privado, irrumpe en el mercado cubano una nueva marca cubana, Parranda.
Fruto de una empresa mixta integrada por la sociedad mercantil cubana Cubaron y Swinkels Family Brewers Spain S.L., filial española del grupo Swinkels Family Brewers, esta cerveza con nombre de una fiesta, tradición de la nación y patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, marca diferencias respecto a la competencia.
Una de ellas es que se produce en una moderna industria, radicada en la Zona Especial de Desarrollo (ZED) Mariel, resultado de una inversión extranjera estimada en unos 100 millones de dólares.
“Tiene una capacidad de 1.5 millones de hectolitros al año, lo cual equivale aproximadamente a 800 000 botellas diarias que estarán disponibles en varios canales de ventas”, dijo Sophie Jacobs, miembro del equipo de marketing de Parranda.
De acuerdo con Juan Carlos González, director comercial de Cervecería Cubana S.A. que produce la Parranda, la industria es la más moderna en América y la más moderna del grupo holandés Swinkels Family Brewers, que comercializa en el mercado cubano desde hace años las cervezas Bavaria y Hollandia.
El objetivo de esta industria, la primera de su tipo en la ZED, es complementar la oferta de cervezas cubanas, actualmente insuficiente, lo que lleva a importar marcas de diferentes países –hasta unas 10 según sondeos-, práctica que se ha extendido en la última etapa, con el surgimiento de micro, pequeñas y medianas empresas.
Además de la cerveza Parranda, que ya se comercializa en un mercado en moneda convertible mediante tarjetas magnéticas de La Habana, la industria fabricará bebidas alcohólicas y no alcohólicas a base de malta y otras energizantes.
Tiempos de Parranda
Producirse en el Mariel no es la única singularidad de esta bebida de un grado de alcohol de 4.8%, de tipo lager moderna, color dorado, bajo cuerpo y carbonatación media alta y que se comercializa en formatos de 500 mililitros y 1.5 mililitros.
Parranda está envasada en pomos plásticos reciclables, por lo que el gasto energético y la emisión de contaminantes al medio ambiente son inferiores a las latas de aluminio y las botellas de cristal. Las botellas tienen tapas de rosca, lo que permite abrirlas y cerrarlas, sin perder sus características.
Durante la presentación en Remedios, sede de las más famosas parrandas de Cuba, Ricardo Luis Hernández, especialista principal de marketing de la empresa mixta, explicó que el gasto de energía y la contaminación por este tipo de envase reciclable representa solo tres por ciento de lo que demandan sus similares de cristal.
Se trata, dijo, de envases que emplean plástico reciclado -polietileno tereftalato, es plástico PET reciclado-, de tres capas.
La primera, contenedora, evita se escurra el líquido; la segunda, es un filtro de gases -impide el ingreso de O2 y la perdida de CO2 para mantener la carbonatación-, y la tercera, la ámbar, le da el color marrón a la botella, que protege “esta mezcla tan sensible que es la cerveza de la luz y de los rayos ultravioleta (UVA)”, señaló.
El tipo de plástico utilizado para el envase de la cerveza Parranda garantiza y cumple con los estándares de calidad y conservación del producto, agrega.
Según se dio a conocer, todos los envases que cumplan con los requisitos podrán entregarse en la red de casas de recogida o en centros de recolección (para más de 5.000 unidades. El pago de 10 centavos en mlc se realizará a través de la aplicación Transfermóvil.
Mercado incierto
En Cuba, el de la cerveza es un mercado en constante movimiento, con predominio de marcas importadas desde España, Alemania, Holanda, República Dominicana, Canadá y hasta China.
A lo largo de la historia, la industria cubana fabricó varias marcas: Tropical, Polar, Hatuey, Tínima, Mayabe, Cacique, Manacas, Cristal y Bucanero, que en años recientes se redujeron a apenas las dos últimas, que producía una empresa mixta, en Holguín.
Sin mucha información pública sobre las razones de su casi total ausencia en el mercado, algunos surtidos aparecen en ofertas on line, que se comercializan con pagos en el exterior, en euros o dólares, y en países como México.
La proliferación de cervezas importadas ha contribuido a disminuir los precios en el mercado privado, donde se llegaron a cotizar hasta a 300 pesos y hoy pueden encontrarse hasta el 130 o menos.
Acción y reacción
Como era de esperar, el lanzamiento de la cerveza provocó reacciones diversas en las redes sociales. La forista Zoe se quejó: “otro producto más que no resuelve el problema del cubano de a pie, y que no tiene MLC. Así avanzamos”.
Al respecto, la empresa respondió que “inicialmente, se ha distribuido en las tiendas MLC, pero el objetivo es expandir su presencia a establecimientos que acepten el pago en CUP, como mipymes, bares y restaurantes, para que el público cubano pueda disfrutarla en cualquier momento y lugar”.
El internauta Mario Reinoso llamó a no olvidar “que producir un litro de cerveza solo cuesta centavos, por tanto el precio en cup no debe ser especulativo y el margen de ganancia exagerado”.
Otro forista señaló: “¿una cerveza más que se suma a todas las que se comercializan ya en el país? Necesario es que se produzcan alimentos y medicinas, que haya transporte y tantas otras cosas de las que carecemos”.
(2023)
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