Virgilio López Lemus: La poesía es el eje de mi vida

A uno de los más constantes y acuciosos escritores cubanos se dedica en este 2025 la Feria Internacional del Libro en Cuba.

Virgilio López Lemus, un poeta notable y un ensayista de altos quilates

Al poeta, ensayista, investigador y crítico literario Virgilio López Lemus (Fomento, Santi Spíritus, Cuba, 1946), junto a la historiadora Francisca López Civeira estará dedicada la edición 33 de la Feria Internacional del Libro cubana.

López Lemus cuyo trabajo constante y silencioso no ha sido suficientemente reconocido en el mundo intelectual cubano es, sin embargo, un poeta notable y un ensayista de altos quilates siempre preocupado por la literatura nacional desde su nacimiento hasta la actualidad.

Como si fuera poco esta dedicatoria se anunció recientemente que obtuvo el Premio Alejo Carpentier de ensayo correspondiente también a este año por su libro El archipiélago Lezama.

Razones sobran para esta entrevista que él respondió con rapidez y con deferencia especial para los lectores de este espacio. Que sirva para conocerlo mejor a pocos días de que sus libros empiecen a ser editados y reeditados en ocasión de esta dedicatoria de la Feria.

Marilyn Bobes (MB): ¿Cómo has recibido la dedicatoria a tu persona y labor de la 33 Feria Internacional del Libro de La Habana?

Virgilio López Lemus (VLL): Gracias por tus preguntas, querida Marilyn Bobes, no es la primera vez que me sometes a ellas, gratísimas, con lo que me das de nuevo la oportunidad de manifestarte mi siempre afecto y respecto por tu labor creativa. Gracias por ello. Me quedé muy sorprendido cuando el presidente del Instituto Cubano del Libro me comunicó que sería uno de los dos autores homenajeados en la Feria Internacional del Libro de La Habana de 2025, junto a mi querida amiga Francisca López Civeira, célebre historiadora. Luego de la sorpresa, sentí una honda responsabilidad por tratar de estar a la altura de ese honor. No puedo negar que me place, porque es una ocasión incambiable para poder ver editados algunos libros míos sobre papel y otros en forma digital. Y, en cierto modo, creo recibir reconocimiento por tantos años de esfuerzo callado inclinado sobre el papel de escritura.

La décima no es más que una estrofa dentro de la métrica tradicional hispánica, una estrofa que conquistó el corazón popular y ha seguido siendo canal expresivo privilegiado de una parte notable de la población cubana”. Virgilio López Lemus


(MB): Acabas de ganar el 3 de febrero el Premio Alejo Carpentier de Ensayo, el más alto en Cuba para ese género, con el libro El archipiélago Lezama. El ensayo dionisíaco de José Lezama Lima. ¿Qué nos puedes comentar sobre este libro?

(VLL): Se trata de un volumen cuyo título enuncia exactamente su cometido. Si bien la obra narrativa (sobre todo Paradiso) de Lezama está profusamente estudiada, y en menor medida la poesía, sobre el ensayo y el artículo lezamianos ha habido muy poca dedicación filológica. He querido remontar libro por libro la obra del maestro y anotar mi lectura, sin dudas fervorosa, sobre un orbe esencial de la literatura de Cuba. En verdad es el segundo tomo de una labor investigativa mayor, que ya vio publicada su primera parte en Obertura para Oppiano. La narrativa y la poesía de José Lezama Lima, Premio Uneac de Ensayo de 2020 y Premio de la Crítica de 2023.

Virgilio López Lemus. Poeta, ensayista, crítico, traductor, profesor e investigador literario; Doctor en Ciencias Filológicas, investigador titular y profesor titular de la Universidad de La Habana. Académico de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba. Posee la Distinción por la Cultura Nacional (1995). Recibió en 2004 el Premio Internacional de Ensayo de Investigación de Humanidades «Millares Car­lo» y en 2018 el Premio Rafael Alberti del Festival Internacional de Poesía de La Habana. Ha sido profesor invitado en las universidades de Rouen y Caen, Francia, y profesor visitante en la Católica de Chile. Ha publicado doce volúmenes de antologías de la poesía cubana, entre ellas, Doscientos años de poesía cubana (1999); además, trece poemarios, como El pan de Aser (1987); La sola edad (1990); Cadernos de Otredade (Brasil, 1994); Cuerpo del día (2000); Un leve golpe de aldaba (2006); Cauteloso vera­no (España, 2007); Hipno (2018). Entre 2008 y 2009 salieron sus libros El siglo entero. El discurso poético de la nación cubana en el siglo xx y Métrica, verso libre y poesía experimental de la lengua española, sendos Premio Anual de la Academia de Ciencias de Cuba.

(MB): Entre la poesía y el ensayo, ¿qué eliges?

(VLL): Si soy ensayista, es porque soy poeta. La poesía es el eje de mi vida. Creo haberle servido desde la escritura poemática hasta la crítica de obras de otros autores, traducciones, compilaciones, antologías, valoraciones de libros, labor de edición, jurado del género, talleres literarios, docencia, investigación y como lector enamorado, lo que con el tiempo me ha convertido más en un catador que en un crítico. Mi relación con la poesía es algo de “destino”, o sea, algo más que una vocación incontenible.

(MB):¿Qué opinas sobre la poesía que se escribe hoy en Cuba?

(VLL): Atento al panorama de la poesía cubana, advierto que ella es parte de un movimiento rotundo de la lengua española, y en ese contexto, en el hispanoamericano, la poesía que hoy se escribe en Cuba, tributaria y profunda, goza de belleza y de valor identitario. Estamos más en una época cuantitativa, en que aparecen decenas de poetas, sí, decenas, que uno ve concurrir esperanzados a los varios concursos literarios del género de Cuba y del exterior. A veces cantidad es calidad, o al menos un paso hacia ella, y entre nosotros los cubanos residentes o no en Cuba, hay poetas de mucha fortaleza expresiva, sobresalientes. Sería feo nominar algunos y obviar otros nombres de poetas decidores. La variedad de voces, estilos, temas y problemas denota un buen estado creciente de la poesía cubana. El conjunto manifiesta la indeclinable altura creativa que Cuba conquistó desde finales del siglo xviii y mantuvo en los siglos subsiguientes. No cabe dudas: la llave del golfo de México es tierra de poetas y de poesía.

(MB): Algunos piensan que la décima es un género menor, ¿qué puedes decir al respecto?

(VLL): Cierto, aunque han pasado años de esplendor creativo y hasta de estudios sobre esta estrofa (sobre todo su variante espinela) sobrexiste una subvaloración palmaria de su papel en la vida cultura cubana y, en especial, en su identidad nacional. Ni es “menor”, ni tampoco es un “género”, tanto dentro de su gran proyección oral como en la escritura. La décima no es más que una estrofa dentro de la métrica tradicional hispánica, una estrofa que conquistó el corazón popular y ha seguido siendo canal expresivo privilegiado de una parte notable de la población cubana. Existen preciosos libros compuestos total o parcialmente mediante ella. Es la base del complejo cultural de la oralidad que incluye al llamado “punto cubano”. Como poesía del campo, de las ciudades y pueblos, en la oralidad y en la escritura, merece la mejor atención de nuestros altos centros de estudio e investigación y de los concursos que se especialicen en ella.

El autor considera Las aguas y el espejo (Ediciones Aldabón, Matanzas, 2019), un libro fundamental en su creación

(MB): Entre todos tus libros, ¿cuáles prefieres y por qué?

(VLL): Si te dijera que todos mis “hijos literarios” tienen mi cariño paternal, no mentiría. Pero entre mis libros hay uno que escribí con una pasión desbordada: Narciso, las aguas y el espejo. Una especulación sobre la poesía. Con él gané en 2003 el Premio Internacional de Ensayo de Investigación en Humanidades Miyares Carlo, del gobierno canario y de la Universidad Nacional Española a Distancia (Uned). Luego tuvo una segunda edición cubana y, más recientemente, lo incorporé completo a un libro mío  fundamental para mi labor: Las aguas y el espejo (Ediciones Aldabón, Matanzas, 2019). Me parece que en él logré fundir en un solo cometido mis trabajos como poeta y como ensayista, con una prosa que quizás remonte vuelo lírico sin dejar de ser funcional como ensayo de ideas.

¿Cómo definirías a Virgilio López Lemus?

(VLL): Tras una sonrisa, haría la boutade de decir que “Virgilio es indefinible”. Todo ser humano lo es. Nos componen tres elementales del cosmos: materia, energía e inteligencia. Esta última ¿qué es? ¿Cómo lo que comes se convierte en energía, pasa al cerebro y allí se transforma, salto cualitativo, en lo que llamamos espíritu, alma, personalidad, pensamiento? Pero llegado al caso, usaría un verso de José Z. Tallet para tal definición: “Yo soy un comemierda que hasta un chicuelo engaña”. Y hasta mejor, como Martí: “Yo soy un hombre sincero / de donde crece la palma”. (2025)

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