Proyecto cubano reivindica roles femeninos en salas de cine

La iniciativa de Palomas incluye encuentros y un documental para visibilizar a mujeres proyeccionistas, auxiliares de sala y de limpieza, entre otras.

Mujeres que laboran en el cine Yara, el más conocido de La Habana, participaron en el encuentro coordinado por el Proyecto Palomas, como parte de la iniciativa Todos los días son 8 de marzo.

Foto: Archivo IPS Cuba

La Habana, 8 feb.- Están, pero muchas veces, es como si no existieran. Reciben a personalidades nacionales e internacionales que apenas notan su presencia. El personal de los cines, mayoritariamente mujeres, desarrolla una labor de mucha entrega sin el reconocimiento que merece.

Saldar esa vieja deuda fue uno de los propósitos de un conversatorio organizado por el Proyecto Palomas, casa de audiovisuales para el activismo social, con proyeccionistas, auxiliares de sala y de limpieza, administradoras y personal de oficinas, como parte de una iniciativa para visibilizar y dar voz a mujeres.

Se trata de “uno de los dos encuentros del proyecto Todos los días son 8 de marzo, que incluye también el documental homónimo”, explicó Lizette Vila, directora de Palomas.

“Creo que es una deuda hacia estas mujeres –quienes históricamente han asumido ese trabajo–, desde la propia institución a la que pertenecen, el Instituto de Arte de Industria Cinematográficos (Icaic)”, consideró Vila.

A su juicio, ellas “enfrentan sacrificios y riesgos, dejando a un lado proyectos personales, la atención a sus familias desde los afectos, por una sobrecarga de trabajo impresionante”.

Según valoró, son “valiosas, necesarias, responsables, sensibles y muy profesionales en su trabajo y con muchos deseos de desarrollarse”.

Encuentro en el cine Yara

En el cine más conocido de La Habana, Yara, con facilitación de la profesora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Danay Díaz, hablaron con orgullo de lo logrado. En su mayoría, entraron como auxiliares de limpieza y hoy administran salas. Se refirieron a la guía de la directora, a vulneraciones y dolores.

“Esta comunión es ejemplo para muchos grupos de mujeres que realizan similar labor,

con salarios ínfimos, con situaciones que están ahí tensando las cuerdas de la sobrevivencia. Para eso era el encuentro: que ellas pudieran decir, por primera vez abiertamente, lo que sentían”, destacó la realizadora.

“Como mujer, tenía una deuda personal con ellas. No solo deben mostrarse mujeres que con mucho sacrificio han logrado éxito en sus espacios, sino que hay muchísimos grupos cuyos rostros todavía no hemos mostrado, y menos, sus vidas”.

Estas son acciones concretas del acompañamiento de Palomas al proyecto social cubano y tres de sus pilares: el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, la Estrategia Integral de Prevención y Atención a la Violencia de Género y en el Escenario Familiar y el nuevo Código de las Familias, dijo.

Lo que esconde la sala oscura

Por el horario, “salimos tarde en la noche a esperar una guagua (ómnibus, transporte público), a veces llegamos a la casa, abrimos el frío y nos percatamos de que no tuvimos el tiempo para hacer los mandados (compras normadas en tiendas comunitarias de abastecimiento), que en ocasiones perdemos”, expresó una.

Otra comenta sobre sus divorcios “porque los esposos no entienden que una tenga que llegar casi todas las noches tarde a la casas y no estés dispuesta para ellos”.

Luisa, con más de 20 años en el sector, recibió accidentalmente una bala en la cabeza, sanó y nunca dejó su labor, para la cual debe salir antes del amanecer, por la lejanía.

“Somos empoderadas, ponemos el trabajo siempre por delante y no le damos a la familia el calor que lleva”, expresó otra de las empleadas en el circuito de cines.

“El trabajo de auxiliar de sala es de los más sacrificados. Hay que tratar con personas de todo tipo, incluso, los masturbadores… lidiar con ellos es terrible”, confesó una de las participantes en el encuentro, en el ejercicio de esa función por 17 años.

Realidades y retos

Para Sergio Cabrera, coordinador general de Palomas, entre los desafíos está lograr que estas mujeres, con un sentido de pertenencia especial por el mundo de las salas de  cine, puedan realizar su función, tanto con una infraestructura adecuada como con el reconocimiento de los públicos, social e institucional.

A su juicio, esto le falta al Icaic, “como le puede faltar a los trabajos menos visibles en otras instituciones y ese es uno de los grandes desafíos, el reconocimiento, al esfuerzo, la consagración, incluso, pese a que no son los trabajos mejor remunerados”.

Otro reto sería profundizar en si la realización profesional se corresponde con la realización en los espacios privados, pues la primera podría estar actuando en detrimento de la segunda, según testimonios expuestos en el encuentro, dijo.

El documental Todos los días son 8 de marzo, adelantó, incluye a 23 mujeres que hablan de diferentes temas, sobre todo se refieren a las deudas para poder celebrar dignamente la fecha.

“A las sociedades, no solo la cubana, les falta muchísimo para poder celebrar el 8 de marzo e incluso, el día que podamos hacerlo, tendremos que seguir defendiéndolo como reivindicación por las mujeres que nunca lograron celebrarlo”.

Mientras tanto, destacó, debe seguir siendo un día de exigencia de los derechos para esa igualdad y que esta deje de ser discurso para convertirse en obras y acción.

Según dijo, el documental cuenta con el apoyo del Centro Félix Varela; Care Internacional, la embajada de Canadá en Cuba, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude), el Icaic y el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa). (2023)

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