Aumenta la tensión por renovadas sanciones de EE.UU. a Cuba

Las nuevas sanciones del gobierno de Donald Trump se dirigen sobre todo a afectar la economía cubana.

Conductores permanecen junto a un grupo de vehículos cerca de un punto de venta de combustible, La Habana,

Mientras el gobierno estadounidense anuncia nuevas medidas restrictivas, Cuba atraviesa una dura crisis con frecuentes y prolongados cortes eléctricos, escasez de alimentos, medicinas y combustible, inflación galopante y una creciente dolarización de la economía.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS Cuba

La Habana, 11 feb.-La reanudación de sanciones de Estados Unidos a Cuba aviva la confrontación entre los gobiernos de ambos países y alejan una salida a la crisis económica y social de la isla caribeña, afectada hace seis décadas por el embargo norteamericano.

Tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, en su segundo mandato presidencial, cobra nuevos bríos la dura retórica del viejo conflicto entre Washington y La Habana, al retomarse varias medidas restrictivas a la actividad económica, comercial y financiera de la nación caribeña, reinsertada en la lista de países patrocinadores del terrorismo.

Acusaciones, réplicas y contrarréplicas del Secretario de Estado estadounidense Marco Rubio, el presidente Miguel Díaz-Canel y el canciller Bruno Rodríguez matizan la profundización del diferendo Cuba-Estados Unidos.

Lista de prohibiciones

“En las primeras dos semanas del mandato del presidente Trump, el Departamento de Estado adoptó medidas decisivas para revocar los cambios de política con respecto a Cuba que anunció a último momento la administración anterior”, resalta Rubio en un comunicado de prensa.

Según refiere, el 31 de enero, aprobó “que se creara nuevamente la Lista Restringida de Cuba, que prohíbe determinadas transacciones con compañías que están bajo el control, o que actúan para o en nombre del personal o los servicios represivos militares, de inteligencia o de seguridad cubanos”.

Al listado se agrega el principal canal de envío de remesas a la isla, Orbit S.A., que Washington considera como “una empresa dedicada a procesar remesas que actúa para o en nombre de las fuerzas militares cubanas”.

También anuncia que se revoca la suspensión de la posibilidad de recibir demandas judiciales en tribunales de Estados Unidos, a tenor del título III de la Ley Helms-Burton, vigente desde 1996, que permite reclamaciones de empresas extranjeras confiscadas.

Respuesta cubana

De acuerdo con el mandatario cubano, tales medidas son “criminales” y constituyen “otro abuso, envuelto en la mentira, para justificar el cerco criminal del gobierno de Estados Unidos contra nuestro pueblo”.

Por su parte, Rodríguez señala que Rubio es “un cubano-americano de reconocida hostilidad” hacia el gobierno de la isla y califica su comunicado como “nuevo acto provocador”.

En una declaración, la cancillería cubana indica que el objetivo de las sanciones es intimidar a inversionistas extranjeros y evitar que contribuyan al desarrollo económico de Cuba y el bienestar de la población.

Asimismo, genera polémica entre voces del gobierno y la ciudadanía la decisión de Trump de enviar migrantes capturados en su país a la base militar de Guantánamo, en el extremo oriental de Cuba, un territorio que La Habana considera ocupado ilegalmente por Estados Unidos.

Población preocupada

Las redes sociales recogen preocupaciones sobre cómo afecta a la población cubana el incremento de la tensión en las relaciones bilaterales, en un contexto de reforzamiento de la crisis económica y energética en la isla.

La mayoría de los comentarios en los medios oficiales presentan fuertes críticas a la política de Washington, pero también señalan los problemas agudizados por la ineficiente gestión del gobierno cubano.

En opinión de Leonardo Carbonell, “muchos han visto en el bloqueo la excusa perfecta para la corrupción, el burocratismo y el enriquecimiento. El bloqueo no va a desaparecer, depende de nosotros crear los mecanismos para sobreponernos a él”.

Diego Hernández, un barbero de 52 años, advierte que cubanas y cubanos “estamos obligados a lograr mejores resultados en la industria, aumentar la producción y los servicios y bajar los precios de los alimentos”.

Economistas coinciden en que el embargo no explica en su totalidad la situación económica de la Mayor de las Antillas y citan, entre otras causas, la ausencia de profundas reformas, la baja producción agrícola e industrial y el fracaso del “ordenamiento” monetario. (2025)

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