Leonardo Padura en la Feria Internacional del Libro 2016
Una curiosa antología de cuentos que incluye al laureado escritor se presenta en la 25 Feria Internacional del Libro de La Habana.

A pesar de ser uno (sino el más) demandado de los autores cubanos vivos por el público lector de su país y de otras partes del mundo, Leonardo Padura solo está presente en la Vigésimoquinta Feria Internacional del Libro de La Habana 2016 con dos cuentos.
Estos relatos, entre los que median treinta años de distancia, pertenecen a la antología Hacer y deshacer el amor, seleccionada y prologada por Alex Fleites y publicada por el sello editorial Unión, de cuyo catálogo el autor de El Hombre que amaba a los perros forma afortunadamente parte.
Esta curiosa compilación reúne a siete narradores contemporáneos cubanos que en la década del ochenta aparecieron en una colección que, bajo el título de Hacer el amor vio la luz en Cuba como uno de los primeros títulos de la entonces recién creada editorial Abril.
Su compilador fue también Alex Fleites quien, treinta años después, entregó a la Universidad Veracruzana una nueva selección que, llamada Deshacer el amor, reunía a los mismos narradores que su predecesora, solo que esta vez decidió que los cuentos serían sobre el “desamor”.
Me interesaba, dice Fleites, explorar cómo se había ensanchado su universo temático(es decir, el de aquellos escritores), más apegado a la experiencia inmediata en el primer título y también exponer el crecimiento de cada uno en el manejo de su oficio, lo que los ha llevado a convertirse en nombres de referencia obligada dentro del panorama de nuestra literatura.
Los escritores en cuestión son Francisco López Sacha, Arturo Arango, Reinaldo Montero, Leonardo Padura, Miguel Mejides, Luis Manuel García Méndez y Senel Paz.
Todos están presentes en el libro conformado por textos de los ochenta y los actuales, resultado de la fusión de las dos antologías que ahora se convierten en una.
En su prólogo, Fleites aclara que ha respetado el orden original, de modo que el primer relato de cada autor corresponde a Hacer el amor, y el segundo a Deshacer el amor.
También se incluyen, añade, las anárquicas respuestas que cada uno dio a un cuestionario único al que le pareció pertinente someterlos.
Además de estas respuestas los relatos vienen precedidos por una ficha y una foto actual de cada uno de los escritores mientras que en la contracubierta está el retrato de todo el grupo realizado en la década de los ochenta por el fotógrafo Ramón Estupiñán.
En el caso específico de Leonardo Padura el lector encontrará los cuentos “Sin emoción” y “Nueve noches con Amada Luna”, escrito este último en julio de 2001.
Dando respuesta al cuestionario de Fleites, Padura confiesa que lo que más recuerda del año en que se publicó la primera antología, es que el 30 de septiembre monté en un avión de Cubana de Aviación e hice mi primer viaje al extranjero. El primero de octubre desembarqué en Luanda y del aeropuerto me (nos) llevaron directo a un campamento para hacer veintiún días de preparación militar”.
Más adelante recuerda que “en Cuba había quedado Lucía, mi novia desde hacía siete años (¡éramos tan jóvenes!, ahora llevamos treinta y seis años juntos) y una de las cosas más terribles que me podían ocurrir era que despertara en la mañana de Luanda y no pudiera recordar su rostro”.
Al evaluar los treinta años transcurridos desde que escribió “Sin emoción” hasta hoy, declara: “Creo que en mi vida personal, tanto en lo profesional como en lo amoroso, he sido un hombre afortunado. Sigo enamorado de la misma mujer que amaba en 1985, y ella sigue soportándome”.
Confiesa que el amor y su vida con Lucía han sido una de las claves de que haya podido disfrutar lo que ha tenido, pues no solo es la compañera sosegada en lo íntimo, sino la gran compañera en el trabajo intelectual y en lo material.
“Ha sido la estabilidad que me ha permitido hacer muchas cosas y vencer muchos miedos”, dice.
Para el lector de Padura resultará de gran interés ver el salto extraordinario que dio este escritor entre sus primeros relatos y los últimos.
Aunque “Sin emoción” es un cuento decoroso que ya esbozaba las preocupaciones sociales y las contradicciones con el entorno que caracterizarían en los noventa toda la obra de este autor, es innegable que en “Nueve noches con Amanda” la prosa y la dramaturgia se perfeccionan de manera notable.
El cuento del 2001 nos muestra a un narrador absolutamente dueño de sus recursos, con una precisión de lenguaje y una sorpresiva y eficaz utilización de los adjetivos que son un poco vacilantes en “Sin emoción”.
Lo mismo sucede con los seis restantes narradores antologados en Hacer y Deshacer el amor. Sirva pues este libro como testimonio de la lealtad entre Padura y los demás autores que comparten con él estas páginas: testimonios de la madurez alcanzada y del camino recorrido y tal vez el que les falta aún por recorrer (2016)
Su dirección email no será publicada. Los campos marcados * son obligatorios.
Normas para comentar:
- Los comentarios deben estar relacionados con el tema propuesto en el artículo.
- Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
- No se admitirán ofensas, frases vulgares ni palabras obscenas.
- Nos reservamos el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas de este sitio.