La crisis eléctrica en Cuba no muestra solución a corto plazo

En los meses de julio y agosto, los cortes diarios tuvieron una duración promedio entre 15 y 16 horas, según datos de la Une.

Una empleada de una cafetería privada en La Habana usa la lámpara de un teléfono móvil para iluminar precariamente el lugar mientras atiende a sus clientes durante el corte eléctrico general del 10 de septiembre de 2025. La ausencia de electricidad perjudica la cocción de alimentos en los hogares y hasta el bombeo del agua.

Foto: Jorge Luis Baños/IPS

La Habana, 18 sep- La inestabilidad y el déficit en la generación de electricidad en Cuba, deja a oscuras a una gran parte de la población cubana, y también en vilo de otro imprevisto corte eléctrico general como el ocurrido el miércoles 10 de septiembre, el quinto de esa envergadura en menos de un año.

Según la estatal Unión Eléctrica (Une), el déficit eléctrico superó la mitad de la demanda –que suele oscilar entre 3000 y 3500 megavatios (MW)– en la jornada del martes 16, una tendencia que ha sido similar durante los días anteriores, desde la reconexión del sistema el jueves 11.

“Esto es el cuento de nunca acabar. Yo pensaba que ya me habría acostumbrado, pero siempre es una molestia cuando de repente te quitan la luz fuera de horario. Y siempre me entra la duda de si el apagón fue en mi zona o en todo el país. No es fácil”, dijo a IPS Roxana Blanco, una tendera de 47 años residente en La Habana.

Un corte general genera problemas a las familias cubanas no solo en la capacidad de iluminación, sino también en la cocción de alimentos –las instalaciones de gas natural son limitadas– y el bombeo de agua.

Desde hace unos años, Cuba enfrenta apagones diarios, que el gobierno programa e informa semanalmente, pero la distribución es asimétrica, sobre todo entre La Habana y el resto de las 15 provincias que integran esta nación insular caribeña, donde situación es mucho peor, a veces con unas pocas horas de suministro eléctrico a diario.

“Esto es el cuento de nunca acabar. Yo pensaba que ya me habría acostumbrado, pero siempre es una molestia cuando de repente te quitan la luz fuera de horario. Y siempre me entra la duda de si el apagón fue en mi zona o en todo el país. No es fácil”: Roxana Blanco.

En Gibara, una pequeña ciudad de unos 70 000 habitantes, en la provincia de Holguín, en el este de la isla, los pobladores salieron a protestar en la noche del sábado 13 contra los apagones, lo cual se viralizó en las redes sociales y fue confirmado por las propias autoridades de esa localidad.

El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levi, dijo el 11 de septiembre en el programa televisivo Mesa Redonda, que el sistema eléctrico nacional aún se encontraba en condiciones débiles, aun después de su reconexión tras el corte general que dejó sin luz a los 9,7 millones de habitantes de esta nación insular caribeña.

Aquella debilidad todavía prevalece hoy, con siete de las veinte unidades de producción termoeléctrica –la principal fuente de generación eléctrica del país– fuera de servicio por averías o mantenimientos.

Tras décadas de explotación y un déficit crónico de inversión y mantenimiento, las centrales térmicas cubanas están mayormente obsoletas.

No hay grandes expectativas de que la crisis eléctrica mejore a corto plazo, sobre todo cuando se anunció, a raíz del último corte nacional, una reparación capital de lo que Alfredo López Valdés, director de la UNE, describió como la “piedra angular de nuestro sistema eléctrico”, la planta termoeléctrica Antonio Guiteras, en la occidental provincia de Matanzas.

Esa intervención, que empezará a finales de este año, dejará la central inoperante durante seis meses.

“No entiendo cómo se sustituirá durante seis meses la generación eléctrica que aporta la Guiteras. Me imagino que habrá que aguantarse el cinturón”, dijo a IPS Vanesa Pérez, una maestra de enseñanza primaria de 58 años, residente en La Habana.

Las autoridades esperan que, para entonces, otras termoeléctricas terminen su mantenimiento y suplan la ausencia de la Guiteras.

Un generador eléctrico funciona en el exterior de un mercado privado en La Habana mientras un cliente sale del establecimiento durante el corte eléctrico general, ocurrido el 10 de septiembre de 2025. El último largo apagón nacional es el quinto de su tipo en menos de un año.

Un sistema debilitado

A las 9:00 de la mañana del miércoles 10, cuando se desconectó el sistema eléctrico nacional, el fluido se encontraba vulnerable por las reparaciones de otra importante termoeléctrica en el este del país.

Entonces la Guiteras cayó repentinamente porque se dispararon en falso sus alarmas por avería, según el director de la  termoeléctrica, Rubén Campos.

Sin embargo, el titular de Energía y Minas afirmó en televisión, un día después, que aún no podía decirse con total certeza qué provocó la “salida imprevista” de la central, que restó de golpe alrededor de 200 MW al sistema.

La investigación de lo sucedido “es un proceso que lleva tiempo” y que, si bien ya existía una “información preliminar”, se seguían evaluando todos los registros de la planta matancera para llegar “un veredicto mucho más preciso”. “Sobre eso se informará”, dijo, aunque todavía no se ha divulgado.

Hacía apenas unos días, en el anochecer del domingo 7, otra avería en una línea de alta tensión había desconectado la región oriental, un enlace que pudo restablecerse en unas horas.

La estrategia de recuperación seguida con el colapso eléctrico del día 10 fue similar a los de ocasiones anteriores: los trabajadores de la Une armaron microsistemas en distintas provincias, a partir de la generación con diésel y fuel, principalmente.

Luego, cuando se fortalecieron sus sistemas y se energizaron las termoeléctricas disponibles, las provincias se conectaron a nivel regional, hasta que finalmente se realizó el enlace total.

Después de las 13:00 horas locales del día 11, ya se tenía electricidad en todo el país (descontando las zonas que les tocaba cortes programados), dijeron las autoridades. En total, duró poco más de un día el restablecimiento. En el último apagón general, ocurrido en marzo, demoró unas 48 horas, y en ocasiones anteriores, todavía más.

En los meses de julio y agosto, los cortes diarios tuvieron una duración promedio entre 15 y 16 horas, según datos de la Une.

Cuba sufre una severa crisis económica desde la paralización provocada por la covid y el incremento de las sanciones financieras de Estados Unidos, las cuales dificultan a la nación caribeña de importar piezas con las que reparar las viejas centrales termoeléctricas o comprar combustible.

Trabajadores de la empresa eléctrica de Cuba laboran en la instalación de paneles solares, en La Habana. El gobierno ha apostado por acelerar la transición energética con la instalación de parques fotovoltaicos en múltiples territorios del país.

Expectativas de una solución

De acuerdo a De la O Levi, el ministro de Energía y Minas, se está trabajando en  restablecer la producción de petróleo nacional, que se había reducido en los últimos años, de generar más de tres millones de toneladas anuales a poco más de dos, por la falta de recursos financieros para el mantenimiento y los insumos necesarios en los pozos.

La producción nacional ayuda a sustituir importaciones del crudo que se emplea en las plantas termoeléctricas.

“Cuba requiere cinco millones de toneladas anuales de combustible para la generación eléctrica, dijo López, el director de la Une.

Por otra parte, ya existen 30 parques solares activados, que proporcionan un promedio de 600 MW.

“Es verdad que trabaja solo por el día, pero si no tuviéramos esos 600 MW, la situación fuera peor”, acotó López.

Durante el horario diurno del martes 16, por ejemplo, estos parques generaron una potencia máxima de 462 MW.

Una próxima inversión consiste en la incorporación de sistemas de acumulación de energía. La ausencia de estos ha sido la causa de más de 500 interrupciones en el sistema eléctrico nacional durante 2024 por falta de regulación.

“Aun cuando no se instalaran los sistemas solares fotovoltaicos, a nuestro sistema le hacían falta las baterías para estabilizarlo. Una de las tecnologías más eficientes para regular es la acumulación de energía”, afirmó López.

El gobierno ha apostado por acelerar la transición energética con la instalación de parques fotovoltaicos en múltiples territorios del país, con 55 de estos durante 2025, –cuya capacidad total será de 1115 megavatios–, de 92 previstos hasta 2028 –que aportarían una potencia de más de 2000 megavatios al sistema.

La meta es que, para 2030, 24 % de la generación eléctrica proceda de fuentes renovables de energía.

ED: EG

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