La Quinta SURL: mipyme inclusiva de personas con discapacidad
Además de emplear a personas con discapacidad intelectual, la mipyme estatal La Quinta SURL realiza actividades con enfoque inclusivo.

Pionera en la gestión inclusiva del empleo en los nuevos actores económicos de Cuba, la mipyme estatal La Quinta SURL, de La Habana, cuenta entre sus trabajadores a 16 personas con discapacidad, cuyas edades oscilan entre los 20 y los 40 años.
Foto: Jorge Luis Baños/ IPS
Este producto periodístico forma parte de la cobertura especial Nuevos actores económicos y desarrollo local en Cuba (2023-2025). #DesarrolloLocalParaCrecer |
La Habana, 28 oct.- Andy Frank Martínez, quien ansiaba de pequeño trabajar en la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), hoy ve su sueño hecho realidad al ser una de las 16 personas con discapacidad empleadas en la mipyme estatal La Quinta SURL, que se asocia a esta oficina.
“Ese era mi mayor deseo, me gusta todo de este lugar y aquí seguiré por los siglos de los siglos”, dice el joven, de 24 años, que se desempeña como auxiliar de informática, luego de formarse en cursos de los Joven Club de Computación en la capital cubana.
Actividades económicas únicas de La Quinta SURL La mediana empresa estatal La Quinta SURL es la única en Cuba que gestiona un jardín botánico. También brinda servicios de jardinería y paisajismo a los museos e instalaciones de La Habana Vieja, incluidos el Capitolio de La Habana, así como a actores privados y personas naturales. Sus actividades abarcan las asesorías técnicas en temas ambientales, la ejecución de mapas para áreas protegidas, los análisis ambientales para proyectos y los levantamientos de flora, entre otras no permitidas al sector privado. |
En La Quinta SURL, Andy se encarga de actualizar antivirus, llevar el inventario de los equipos informáticos y participar en actividades que requieran sus servicios.
Aunque fue aprobada en octubre de 2022, la empresa funciona desde el primero de abril de 2023 en áreas del Jardín Botánico La Quinta de los Molinos, en el municipio Plaza de la Revolución.
Se incluye entre las 202 mipymes estatales creadas en Cuba como parte del universo de nuevos actores económicos, en su mayoría negocios privados: 11 023, según datos del Ministerio de Economía y Planificación hasta junio de 2024.
La Quinta
De acuerdo con Alejandro Palmarola, presidente del consejo administrativo de La Quinta SURL, que tiene como socio único a la OHCH, la idea de crear una empresa la propuso Leonardo Pascual, exdirector del Jardín Botánico Quinta de los Molinos cuando era una unidad presupuestada, al ver su potencialidad para generar fondos propios.
“Éramos una entidad cultural que pertenecía a la Dirección de Patrimonio de la OHCH, con un presupuesto anual de cuatro millones de pesos que el Estado destinaba para mantener este sitio y pagar los salarios a sus trabajadores”, explica Palmarola.
También destaca que cuando se consultó con el personal sobre el paso a mipyme estatal, “el reclamo fue mantener los proyectos sociales que desarrollaban entonces, incluido el de las personas en situación de discapacidad intelectual”.
Al respecto, señala la existencia de muy pocos proyectos que contribuyan a preservar y ampliar “habilidades sociales adquiridas en la escuela, la lectoescritura, la interacción, el autovalidismo, para cuando ya no estén los padres. Eso hay que entrenarlo permanentemente”, advierte.
En Cuba, al llegar a los 18 años, las personas en situación de discapacidad culminan su formación dentro del sistema de la educación especial y deben volver a sus casas, pues son escasas las fuentes de empleo y atención para ellas. En La Quinta encuentran oportunidades.
“No ven La Quinta solamente como un lugar de trabajo, sino como una familia, un sitio seguro, que los protege de muchas circunstancias. Las familias se sienten agradecidas y están siempre que necesitamos apoyo en un trabajo voluntario o una actividad”, apunta Marisol Reyes, especialista principal del Departamento Educativo y Programas Sociales de la mipyme.

Una mirada diferente
Para las personas con discapacidad intelectual –síndrome de Down, trastorno del espectro autista y otros–, cuyas edades oscilan entre 20 y 40 años, los beneficios de trabajar en La Quinta SURL son multidimensionales.
Lisette Abadie, vicepresidenta ejecutiva de la mipyme, considera que estas personas tienen “una oportunidad de seguir desarrollándose, adquirir habilidades y conocimientos y ponerlos en práctica. Aprenden a relacionarse y expresarse. Al estar en un colectivo grande, hacen nuevos amigos”.
Sostiene la también psicóloga, a cargo de los programas y proyectos educativos de la empresa, que “se sienten queridos y protegidos y eso aumenta su autoestima, mejora sus habilidades comunicativas y sociales y adquieren mayor independencia y autonomía”.
No menos importantes son los beneficios económicos, pues al recibir un salario por su labor, “logran sentirse realizados, importantes, reconocidos y que pueden desempeñarse como personas dignas, con los mismos derechos que el resto, en un ambiente seguro, confiable, donde las exigencias están acorde a sus capacidades”.
De acuerdo con Abadie, el personal “siente orgullo de que personas en situación de discapacidad sean parte de la empresa, pionera en este sentido, donde obtienen resultados de trabajo satisfactorios, logran avances y realizan tareas más complejas”.

Contribución social y ambiental
Asegura Palmarola que La Quinta es una mipyme diferente: “en Cuba no existe la categoría de contribución social, pero esta mipyme funciona como tal, por acuerdo de la junta general de socios, en su creación se determinó que todos sus ingresos se destinen a proyectos sociales y ambientales”.
Asimismo especifica: “No distribuimos dividendos con el dueño, la OHCH, sino que financiamos sus proyectos sociales y los de la propia mipyme”, entre ellos, los dedicados a la infancia, la tercera edad, las personas en situación de discapacidad y estudiantes de escuelas cercanas.
En las 4,7 hectáreas de la Quinta de los Molinos, donde se encuentran un jardín botánico y un museo (la segunda mansión más importante de Cuba del siglo XIX), la mediana empresa organiza recorridos guiados para públicos diversos, de jueves a domingo.
Su objeto social permite también brindar servicios científico-técnicos: asesorías técnicas en temas ambientales, ejecución de mapas para áreas protegidas, análisis ambientales para proyectos y levantamientos de flora, entre otros.

“Esa es una actividad no permitida para el sector privado, pero al ser La Quinta SURL una mipyme estatal, sí podemos hacerlo, al igual que las actividades educativas complementarias, que no entran en el currículum oficial de los ministerios de Educación o de Educación Superior: capacitaciones, mentorías, cursos, talleres y acampadas”, señala Palmarola.
A su vez, como resultado de un proyecto de colaboración internacional financiado por la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo, de España, la empresa cubana genera energía fotovoltaica, se abastece y cobra por el excedente.
“El Centro Demostrativo de Energía Renovable tiene 72 paneles solares en funcionamiento y una cifra similar debe operar antes que finalice 2024. La Quinta SURL es totalmente sostenible desde el punto de vista energético: consumimos de la red eléctrica, pero durante el tiempo de sol, le devolvemos el 120 % del consumo mensual”, especifica.
Para Palmarola, “el reto mayor ha sido cambiar la forma de gestionar la mipyme, crear un equipo comercial que aprendiera a vender el espacio de diferente forma, generar productos y servicios que puedan financiar su funcionamiento y aportar a la OHCH”. (2024)
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