La Habana, 22 ago.- Fomentar “una espiritualidad de comunión” y “potenciar, desde la comunidad cristiana, experiencias concretas de servicio a los más pobres, colaborando así en la construcción de una sociedad más justa y fraterna” destacan entre las líneas de acción del Plan Pastoral de la Iglesia en Cuba 2023-2030.
El documento, publicado el pasado 18 de agosto en el sitio web y las redes sociales de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), también aboga por “crear espacios seguros y respetuosos, que acompañen la integridad de todas las personas, especialmente de los más vulnerables”.

Sin pretender “hacer un análisis sociológico o teológico exhaustivo de la realidad cubana”, aunque reconocen “el valor de ambos estudios”, se busca con el nuevo plan “inspirar acciones evangelizadoras, generar sueños y dinamismos” que permitan avanzar hacia “un horizonte común”, en concordancia con las realidades de personas y comunidades.

Esta propuesta, explica el texto, se basa en experiencias y reflexiones compartidas entre representantes de la iglesia y agentes pastorales participantes de encuentros como el realizado en Ciego de Ávila, el 19 de julio.

Según un comunicado de prensa de la COCC, en el Encuentro de la Provincia Eclesiástica del Centro para la elaboración del nuevo Plan Pastoral, trascendió que los “agentes pastorales deben estar dispuestos a servir y caminar junto al pueblo, afrontar con tenacidad sus realidades cotidianas y estar disponibles a la escucha y al diálogo”.

Contexto

Respecto a la situación socioeconómica nacional los obispos plantean: “Las carencias de alimentos y medicinas han alcanzado niveles nunca antes vistos entre nosotros. Hay una inflación y un malestar crecientes con una carga significativa de agobio, desesperanza y desidia”.

A la par, señalan que “un sector importante del pueblo, sobre todo jóvenes y personas capacitadas, la salida que vislumbran es la emigración”.

No obstante mencionar el “aumento de la inseguridad ciudadana” y el “deterioro de los valores morales”, consideran que “una cierta apertura en el emprendimiento privado, con el consiguiente cambio de mentalidad sobre el valor de estas iniciativas, sea el elemento más significativo de una transformación que se gesta, tan anhelada en otros ámbitos por muchos cubanos”.

Otras partes del texto contrastan “la fragilidad de la Iglesia en la carencia de agentes pastorales y medios de evangelización” y la creatividad de las catequesis y los centros de formación, las labores de misioneros de otros países, “las iniciativas pastorales de servicio y caridad como comedores para ancianos, red de distribución de medicinas, acompañamiento a los presos y sus familiares, entre otros”.

Misión y desafíos

Al exponer la misión actual de la iglesia, el texto identifica como dimensión importante “el servicio de la reconciliación para superar las barreras que nos dividen entre cubanos. Necesitamos también familias reconciliadas, hogares donde se viva en armonía, ámbitos donde todos podamos escucharnos con respeto, comunidades cristianas que sean instrumentos de paz”.

Asimismo, propone “salir al encuentro de los que se han alejado de nuestras comunidades, los marginados y los que viven en las periferias existenciales de la sociedad”, así como promover la colaboración entre las denominaciones cristianas.

Previo a la presentación del Plan Pastoral, del 14 al 18 de agosto, comisiones del occidente y centro del país (desde Pinar del Río hasta Ciego de Ávila) se reunieron en La Habana “para recibir el primer momento de formación para el trabajo de prevención y atención a los casos de abusos sexuales, de conciencia y de poder a personas vulnerables”, reseñó el sitio web Iglesia Cubana.

Representantes de la COCC y especialistas de diversos sectores analizaron el Manual de Procedimiento, las Líneas Guías y el Código de Conducta para actuar ante estas situaciones. Además, se anunció un encuentro similar con participantes de la región oriental. (2023)