La Habana, 9 mar.- Desde la toma de posesión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó a oficializar las sanciones contra entidades cubanas, prometidas durante su campaña electoral. Como resultado de estas acciones, la empresa Western Union, una de las principales vías para el envío de remesas, suspendió indefinidamente sus actividades a inicios de febrero, según informó en un comunicado.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba expresó que esta era una medida esperada, pues Orbit S.A, encargada de la nación caribeña del procesamiento de remesas desde 2022, fue anunciada dentro de la Lista de Entidades Restringidas. Como fundamento para esta decisión, el secretario de estado del país norteño, Marco Rubio, aludió que la organización “actúa para o en nombre de las fuerzas militares cubanas”, cuestión sobre la que no se han pronunciado las autoridades insulares.

Durante el primer mandato del presidente republicano, las transferencias de dinero entre ambos países fueron primero limitadas y luego, en 2020, suspendidas, por sanciones a la financiera FINCIMEX, bajo argumentos similares. El servicio fue reestablecido por la administración de Joe Biden en 2022, aunque el envío de divisas y materiales nunca se detuvo.

El primer ministro, Manuel Marrero, en las proyecciones “para corregir distorsiones y reimpulsar la economía” durante 2024, afirmó que con dicha prohibición “las remesas”, recibidas mediante el banco en forma de moneda libremente convertible, “tomaron otros caminos y se han convertido en subterfugios e inventos entre diferentes empresas extranjeras y formas de gestión no estatal”.

Esto indica que, aunque vías oficiales como la de Western Union ya no eran populares entre la población, entre otros motivos por el alto costo de las transacciones, aún eran fundamentales para la economía cubana, en medio del proceso de dolarización parcial.

“Prefiero recibir el dinero a través de amistades o por otras vías, porque así puedo cambiarlo por más moneda nacional y cobran menos comisión”, dijo Cristine Rodríguez, residente de La Habana.

Las rutas del dinero hacia Cuba

La última Encuesta Nacional de Migración realizada por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información entre 2016 y 2017 indicó que el 77 %  de los cubanos residentes en el exterior, sin contar a los migrantes permanentes, enviaban ayuda de una forma u otra a sus familiares en la isla.

El mayor emisor de envíos hacia Cuba es, sin duda, Estados Unidos, al ser el mayor receptor de la diáspora cubana con, aproximadamente, 1.3 millones de inmigrantes en su territorio, de acuerdo a la encuesta de 2021 de la Oficina del Censo de ese país.

En uno de sus artículos sobre el tema, el economista cubano Armando Nova (1944-2023)  valora: “en los últimos años se han diversificado las fuentes o modos de envío de dinero a las familias, bajo diferentes modalidades, incluyendo las que propician el ingreso real de la divisa en efectivo y las que no”, con ello refiere al aumento en el envío y compra de bienes en la isla, frente a las transferencias directas.

La mayor parte del dinero que reciben las familias cubanas se gasta en medicamentos, alimentación, comunicaciones, el mantenimiento de la vivienda y equipos electrodomésticos, como recopila la Encuesta Nacional de Migración. Además, una pequeña parte se destina a la apertura, ampliación y mantenimiento de negocios.

En el contexto normativo actual, que fomenta la expansión del sector privado, el economista David Pajón, consultado por la Oficina de Washington para América Latina, asegura que las remesas deben orientarse más hacia lo empresarial, un sector aquejado por las dificultades y la falta en la obtención de préstamos de inversión.

Remesas: Apoyo y dependencia

No hay cifras oficiales que clarifiquen la entrada de transferencias familiares a Cuba. Según el escrito de Nova, la mayoría de los cálculos no aclaran el tipo de envío que consideran remesas, entre los bienes importados y la divisa real, que ingresa por distintas vías. Diferentes fuentes sitúan como mayoritario el uso de canales informales.

Estimaciones realizadas por la consultora Havana Consulting Grop, con sede en Miami, calcularon un promedio ente 2.500 y 3.500 millones de dólares entre 2013 y 2016, cuando hubo un aumento exponencial, la mayor parte proveniente de Estados Unidos.

Asimismo, Emilio Morales, CEO de la consultora, explicó que estas cifras disminuyeron por debajo de los 2.000 millones en 2023, a pesar del aumento regional que reportó el Banco Interamericano de Desarrollo. Incluso en este contexto, aún representarían una de las más importantes fuentes de ingresos para el país.

Dichas ganancias constituyen una de las primeras fuentes de inversión privada, según Juan Triana, en el artículo “Las transformaciones económicas y sociales en Cuba”.

Sin embargo, este impacto, asegura, es reducido por la debilidad y las características propias del sector productivo cubano.

Mientras en palabras del primer ministro cubano, Manuel Marrero, el gobierno busca recuperar el flujo de remesas hacia el sistema bancario, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe propone nuevas formas de aprovechar estos ingresos para la financiación del desarrollo; mediante la creación de opciones de inversión y fondos de capital. (2025)