Cardenal critica obra danzaria inspirada en deidad cubana

La Virgen de la Caridad del Cobre y Ochún representan maneras distintas de simbolizar la espiritualidad religiosa de la isla pensadas como símbolo de cubanía.

La efigie de la Virgen de la Caridad del Cobre apareció en 1612 en las aguas de la oriental bahía de Nipe.

Foto: Jorge Luis Baños_IPS

La Habana, 15 oct.- Una reciente obra danzaria que equipara al orisha Ochún y la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, motivó quejas del cardenal Jaime Ortega, quien valoró el hecho como un “absurdo histórico” derivado del proceso de sincretización de la santería.

Asimismo, calificó de “poco afortunado y a menudo penoso” que estas creencias ancestrales se hayan difundido al pueblo cubano, sobre todo desde la segunda mitad del siglo pasado y hasta nuestros días.

La reacción del cardenal Ortega sobrevino tras el estreno de “Afrodita, ¡oh, espejo!” el 29 de septiembre en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.

Dirigida por la maestra y Premio Nacional de Danza, Rosario Cárdenas, la creación establece un paralelismo entre Afrodita, la diosa del amor de la mitología griega, y Ochún, la deidad que representa ese sentimiento en la religión yoruba, muy extendida en Cuba.

En una carta fechada el 26 de septiembre y publicada en la revista Palabra Nueva, Ortega consideró “inadmisible” que la autora, coreógrafa, y directora de la obra dijera “ante las cámaras de televisión que la danza presenta las pasiones desatadas entre changó y nuestra Patrona por cuestiones de celos”. http://palabranueva.org/pages/articles/659

Algo que, a su juicio, constituye “la legitimación del absurdo” en un camino “hacia el primitivismo”.

“Ni por razones propias de la fe cristiana, ni por razones de similitudes teológicas inexistentes, ni por razones históricas, la advocación de la Virgen de la Caridad, que hace presente a la Virgen María (…) puede ser comparada con el orisha ochún, que es diosa de pasiones sexuales”, argumentó.

Concordó en que resulta comprensible que los esclavos africanos –traídos a Cuba de los siglos XVI al XIX-, hayan sincretizado así su orisha, pues vieron en la Caridad del Cobre “una imagen nueva que no reconocen, pero les recuerda algún fetiche propio”.

Sin embargo, aludió a la imposición “progresivamente y de modo lamentable” de “un marcado folclorismo de “lo cubano”, que abarca también otros ámbitos de la vida nacional, y en el cual se le ha dado a la santería un papel protagónico, teniendo al turismo como espectador y consumidor privilegiado”.

A esto se añaden intereses económicos espurios de quienes son capaces de crear modas a partir de la droga, del tatuaje, del uso de objetos metálicos incrustados en el cuerpo humano, de collares, de pulsos, añadió.

Ortega subrayó que “si se quiere homenajear por simpatía religiosa, por gustos artísticos o por entrar en la corriente folclorista a la moda, al orisha ochún, eso depende de la decisión y el gusto de un autor”.

Pero no se identifique a este ente mágico con la Patrona de Cuba, lo cual constituye, además de un absurdo histórico, un pecado patriótico, concluyó el cardenal emérito.

Una posdata remarcó que “la publicación de esta carta sería un buen paso para superar ciertos males”.

En 2012, la Iglesia Católica de Cuba dio especial importancia a la celebración de los 400 años del hallazgo del pequeño icono de unos 25 centímetros de altura, cuyo santuario nacional se ubica en el poblado de El Cobre de Santiago de Cuba, distante 861 kilómetros al este de La Habana.

Como parte de los festejos, la imagen de la virgen fue llevada en romería por todo el país desde agosto de 2010 hasta el 30 de diciembre de 2011.

El aniversario estuvo precedido del viaje a Cuba en marzo de 2012 del papa emérito Benedicto XVI, quien como “peregrino de la Caridad” visitó el santuario del Cobre, oró a los pies de la imagen sagrada y le regaló la rosa de oro de la cristiandad.

Fue proclamada Patrona de Cuba en 1916 por el papa Benedicto XV. Posteriormente fue coronada durante el viaje efectuado a la isla por San Juan Pablo II en 1998.

La también conocida como Virgen Mambisa o Cachita, nucleó los sentimientos de independencia entre los cubanos desde mediados del siglo XIX, cuando muchas mujeres llevaban una pequeña medalla para expresar sus ideales libertarios.

El sincretismo entre la religión católica y la Regla de Ocha (Santería) de los esclavos traídos de África, a quienes los colonizadores españoles les prohibían practicar sus ritos autóctonos, equipara a la Caridad del Cobre con la deidad yoruba Ochún, dueña de las aguas dulces y protectora de las mujeres embarazadas. (2017)

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