Poemario de autoras cubanas se enfoca en la afrodescendencia

Una compilación de poemas de Andrea García y Dulce María Sotolongo se inspira en vulnerabilidades de la afrodescencencia cubana

Participantes en el debate sobre el libro destacaron la importancia de presentarlo en centros estudiantiles, proyectos socioculturales y los llamados barrios en transformación.

Foto: Archivo IPS Cuba

La Habana, 7 jul.- El poemario En Alcatraz no llegan los gorriones, de las autoras cubanas Andrea García y Dulce María Sotolongo, revela sentimientos compartidos por la afrodescendencia durante el devenir histórico del país, según trascendió en la presentación del texto en esta capital.

El encuentro con las poetas, organizado en el Centro Cultural Literario de La Habana por la librería virtual Ireti, el pasado 28 de junio, con el apoyo del Centro de Promoción Literaria Extramuros, permitió el acercamiento al universo lírico de dos mujeres afrodescendientes.

Según dijo García, esta obra “conlleva a revalorar el tema del racismo, en tanto ensalza voces negras que, a partir de patakíes e historias ancestrales que defienden, desde la verdad, el derecho y valor de la libertad”.

También comentó que “se muestra el caos de la celda y, a su vez, la hermandad que puede existir entre reos, en tanto el libro está concebido desde una visión enteramente humanista”.

La compilación de 20 poemas incluye, entre otros, los textos “Leonor, la muñeca negra y yo”, “Muerte en prisión”, “Ochosi no es Cupido”, “Día de visita”, Lejos de las avenidas”, “Amanece”, “La jaba”, “Nana para un hijo preso” y “Liberté”.

A la recreación del universo lírico de las escritoras, mujeres afrodescendientes, contribuyen las ilustraciones de Reinier Cabrera.

El poemario incluye una veintena de poemas que se relacionan con temas como la racialidad, el encarcelamiento de personas afrodescendientes y la violencia de género en Cuba.

Desde lo cubano

Las escritoras explicaron que, a partir del dolor personal, el poemario transversaliza aspectos como la racialidad, la voz de las minorías, en este caso quienes se encuentran en presidio; la violencia de género, así como razones que convergen e inciden en muchas situaciones delictivas.

Especificó García que el libro “plasma  el dolor por la ruptura, cuando no hay manera posible de salvar a los seres más queridos”, al tiempo que señala “esas zonas de silencio, esos rostros anónimos que se convierten en cifras de delito, detrás de los cuales persiste el contexto social”.

Aunque no se conocen datos oficiales desde 2010, cuando el Ministerio de Interior confirmó la existencia de 57 000 personas recluidas en 200 cárceles cubanas, algunas investigaciones estiman que hasta hoy prevalece una sobrerrepresentación de afrodescendientes en régimen penitenciario.

“Somos partícipes en esto de crear un universo de papel donde los culpables son inocentes. Al menos hasta el día del juicio final, cuando solo será libre el que no sea pecador. Entonces somos encubridoras y secuaces de nuestros hijos,  porque ¿quién se atreve a tirar la primera piedra? ”, advierte Dulce María Sotolongo, en el prólogo del poemario.

Para la también ensayista y editora, el libro “habla de Cuba desde dentro, late desde dentro, desde voces no colocadas en la cima del poder; todo lo contrario”.

Símbolos inspiradores

Como un libro “escrito desde el alma de las familias, especialmente desde el interior de la madre y su relación con el hijo o la hija” definen el poemario sus autoras.

Se apoyan en un cúmulo de símbolos, entre ellos, la figura de Leonor Pérez, madre del Héroe Nacional de Cuba, José Martí (1853-1995); orishas (dioses) de la cultura africana como Ochosi (dueño de la justicia). Además, emplean términos derivados de la afrodescendencia que forman parte del habla popular.

Participantes en el debate sobre el libro coincidieron con las poetas en la importancia de presentar el texto en centros estudiantiles, proyectos socioculturales, los llamados barrios en transformación.

La propuesta tuvo el respaldo de Jorge Betancourt, representante en Cuba de la editorial virtual argentina Laia, encargada de la publicación de En Alcatraz no llegan los gorriones. A su juicio, la promoción de obras como esta es uno de los grandes retos del trabajo de dicha editorial en la isla. (2024)

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