Tras lidiar con la pandemia, Cuba se apresta a reordenar la economía
Con la desaparición del peso cubano convertible (CUC), hasta ahora equivalente al dólar, cerrará un ciclo de 27 años conviviendo con dos monedas, lo cual ha subvertido lógicas comerciales y financieras con negativos efectos sociales y políticos.
– Cuba despide un año signado por los efectos de la pandemia de covid, la profundización de la crisis económica y el empeoramiento de relaciones con Estados Unidos, mientras se alista para un desafiante reacomodo de su tejido socioeconómico desde el primer día de 2021.
“El coronavirus nos mantuvo encerrados en casa. Al detenerse muchas actividades económicas, también cayeron los ingresos. Largas filas durante horas para comprar alimentos cada vez más escasos y caros ha hecho de 2020 un año agobiante”, confesó a IPS vía telefónica Elsa Batista, quien gestiona una cafetería en la ciudad de Holguín, a 685 kilómetros al este de La Habana.
La crisis global por la enfermedad vino, en el caso de este país insular caribeño, a agravar debilidades económicas internas, relacionadas con la excesiva centralización de decisiones y falta de incentivos que influyen en un déficit de producciones e insumos para satisfacer las crecientes demandas del mercado interno y de exportación.
Datos oficiales evidencian que por segundo año consecutivo, la economía cubana decrece, esta vez 11 por ciento del producto interno bruto, debido fundamentalmente al impacto de la covid, aunque para el año próximo se pronostica un avance positivo en este indicador de seis a siete por ciento.
Durante los últimos 12 meses se acrecentó la hostilidad de la administración del saliente mandatario estadounidense, Donald Trump, con drásticas medidas para impedir la llegada de combustibles a la isla y recortar sus principales fuentes de ingresos, sobre todo la prestación de servicios médicos, el turismo y las remesas.
El embargo que Washington mantiene contra La Habana desde 1962 es considerado por las autoridades cubanas como el principal obstáculo para el desarrollo del país.
El presidente electo Joe Biden, quien tomará posesión el 20 de enero, planea revertir muchas de estas regulaciones, anticipó el 15 de diciembre el medio estadounidense Bloomberg.
La estrategia del demócrata incluiría reducir las restricciones a los viajes, la inversión y las remesas, las cuales se perciben como desproporcionadamente perjudiciales para estadounidenses y cubanos comunes, aunque mantendrá la presión sobre temas como los derechos humanos, citó el medio.
Asimismo, las afectaciones por intensas lluvias asociadas a fenómenos meteorológicos y escasez de fertilizantes mantienen bajos rendimientos agrícolas y pobres cosechas, a lo cual se suma el alza de los precios con un impacto directo en las mesas de cubanas y cubanos, situación que se mantendrá el próximo año, han reconocido directivos del Ministerio de la Agricultura.
Pese a ello, este país de 11,2 millones de habitantes sobresale por bajas tasas de incidencia de la covid-19, con un total de 137 fallecidos y alrededor de 10 200 contagios, desde que el 11 de marzo fueron reportados aquí los primeros tres casos.
Entre sus principales fortalezas, la isla cuenta con un sistema de salud pública universal y gratuito y personal altamente calificado, un plan de acción para lidiar con la enfermedad, y la posibilidad de conformar más de 50 brigadas médicas que ayudaron a combatir el virus en decenas de naciones.
Se requiere incrementar la oferta de bienes y servicios de manera acelerada, lo cual constituye la vía más efectiva para mantener la inflación controlada y que los beneficios esperados del ordenamiento, no se anulen”: Betsy Anaya.
Gracias a su potencial científico, Cuba dispone además de cuatro candidatos de vacunas contra la covid-19, con prometedores resultados en sus diferentes estadios de desarrollo y ensayos clínicos, y la posible inmunización de la población cubana en el primer trimestre de 2021.
Según las autoridades, enfrentar la enfermedad ha costado al país 100 millones de dólares no planificados.
En este contexto, el gobierno cubano aprobó en julio un conjunto de políticas interrelacionadas y dirigidas a estimular el desarrollo local, la soberanía alimentaria y avanzar en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030.
Cuba importa alrededor de 80 por ciento de sus alimentos, equivalentes a un desembolso anual de 2000 millones de dólares, por lo cual incentivar su producción nacional para aminorar importaciones resulta estratégico en dichos planes.
También en julio fue anunciada la Estrategia para el impulso de la economía y el enfrentamiento a la crisis mundial provocada por la covid.
En dicha iniciativa se inserta el proceso de unificación monetaria y cambiaria pautado en los Lineamientos, el programa de reformas socioeconómicas aprobado en 2011 y actualizado en 2016, dirigido a modernizar el modelo socialista de desarrollo.
A partir del primero de enero solo tendrá curso legal el peso cubano (CUP) con una tasa de cambio de 24 unidades por dólar y el establecimiento del salario mínimo mensual en 2100 pesos (87,5 dólares).
Con la desaparición del peso cubano convertible (CUC), hasta ahora equivalente al dólar, cerrará un ciclo de 27 años conviviendo con dos monedas, lo cual ha subvertido lógicas comerciales y financieras con negativos efectos sociales y políticos.
Al unísono también se devaluará el CUP, se incrementarán los precios mayoristas y minoristas, quedarán eliminados un conjunto de subsidios y aumentarán salarios y pensiones, procesos de alta complejidad y riesgosos impactos en las empresas estatales, las cooperativas, el sector privado y la ciudadanía, aseguran analistas.
Para el periodista cubano especializado en temas económicos Ariel Terrero, el ordenamiento monetario revelará quiénes son rentables y en qué medida, mientras las autoridades conocerán mejor las fuerzas, debilidades y fugas de la economía, y serán más atinadas las decisiones para invertir en un sector u otro.
El sociólogo Ángel Marcelo Rodríguez, explicó a IPS que ante el pronóstico de déficit fiscal de 18 por ciento, por encima de lo recomendado, “se han de apresurar las ventas a la ciudadanía, a fin de reducir la deuda pública (más de 26 mil 350 millones de pesos), que será sustentada por un incremento de los impuestos, así como de precios en los alimentos y servicios básicos en CUP”.
“Se requiere incrementar la oferta de bienes y servicios de manera acelerada, lo cual constituye la vía más efectiva para mantener la inflación controlada y que los beneficios esperados del ordenamiento, no se anulen”, comentó a IPS la economista cubana Betsy Anaya.
Marino Murillo, jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, aseguró que el Gobierno concibió 44 indicadores para medir si la unificación monetaria responde según lo previsto.
Uno de ellos son las expectativas de la población con respecto al mejoramiento de la capacidad de compra, sobre la base del salario real, precisó Murillo al intervenir el 16 de diciembre ante la sesión del unicameral parlamento cubano.
En la esfera política, expertos consultados por IPS coinciden en que el mayor reto de las autoridades cubanas es construir nuevos consensos sociales a partir de lo dispuesto en la Constitución vigente desde abril de 2019, la cual amplió el reconocimiento de derechos humanos que, no obstante, deben llevarse a la práctica.
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba y el no gubernamental y ecuménico Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Jr., con sede en La Habana, emitieron sendas declaraciones, los días 12 y 15, respectivamente, donde coinciden en la necesidad del diálogo para dirimir puntos de fricción cada vez más visibles.
Durante las últimas semanas autoridades y medios de prensa oficiales han acusado a la administración Trump de usar las dificultades internas para atizar tensiones, a fin de promover un estallido social.
A la par, jóvenes escritores y artistas, así como académicos, intelectuales y otras voces civiles, consideran insoslayable avanzar en una conciliación interna, sin injerencias foráneas, sobre asuntos como la libertad de expresión, la censura, los espacios para los artistas y el arte independiente y el amparo de las garantías constitucionales, entre otros.
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