Cuba mira a las cadenas de tiendas del mundo
El gobierno cubano despeja el camino de su comercio para las inversiones extranjeras, a fin de recapitalizar en primera instancia el mercado mayorista, pero con la intención de levantar el deprimido comercio minorista también.

Según la ministra Betsy Díaz Velázquez, el comercio mayorista permitirá asociaciones económicas internacionales, empresas mixtas y empresas de capital ciento por ciento extranjero, mientras el comercio minorista solo admitirá empresas mixtas.
Foto: Tomada de Cubadebate
Por primera vez, la Revolución Cubana ha abierto las puertas de su comercio a las inversiones extranjeras. Enfrentado a una coyuntura económica espinosa en extremo, el gobierno anunció varias fórmulas para dar participación a empresas extranjeras tanto en el mercado mayorista como minorista.
Y las presentó como oportunidad también para financiarse y participar más activamente en el comercio a todos los actores económicos, incluidos los privados.
Aunque en los años 90 el gobierno cubano hizo algunos experimentos con consignatarias extranjeras, mantenía el comercio interno cerrado a los negocios con compañías de otros países. Esta semana, sin embargo, la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, y la viceministra primera de Comercio Exterior, Ana Teresita González Fraga, anunciaron en un programa televisivo especial la decisión de recapitalizar el deprimido mercado interno con inversiones extranjeras.

Apertura con cautela
La ministra informó la apertura del comercio mayorista a tres formas de inversión extranjera directa (IED): asociaciones económicas internacionales, empresas mixtas y empresas de capital ciento por ciento extranjero, mientras el comercio minorista admitirá solo empresas mixtas.
En estos años de pandemia y crisis económica, el país ha introducido fórmulas para oxigenar el comercio interno, como las ventas de mercancías mediante consignaciones y régimen de depósito aduanal, la apertura del mercado mayorista a actores no estatales y la creación de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) del Estado para dar servicios de comercio exterior a las formas no estatales.
Pero al hacer el nuevo anuncio, González Fraga reconoció que todas esas medidas “han resultado insuficientes (…) Se mantiene la situación de desabastecimiento en el mercado interno”.
A juzgar por las explicaciones de la viceministra primera en el programa televisivo Mesa Redonda, la expansión del mercado mayorista aparece como el objetivo principal en esta nueva apertura. “Nos estamos proponiendo que se creen entidades de inversión extranjera para comercializar en el mercado mayorista”, dijo. La ministra reiteró que el sector del comercio también tiene necesidad de inversión extranjera.
Hasta la fecha el país solo había aceptado IED en producciones y servicios como el turismo, en una apertura que transcurrió de manera muy gradual desde los años 90.
La cautela para aceptar y expandir estos negocios vuelve a asomar. González Fraga dijo que se proponen crear empresas mixtas en el comercio minorista también, pero “de manera selectiva”, mientras la ministra dijo que el comercio minorista no sería abierto completamente bajo el criterio de que “tiene que primar un mercado estatal” para garantizar “los programas sociales que atendemos”. Descartó, sin embargo, que estas inversiones vayan a tener “carácter excepcional”.

Luz verde a las alianzas
Los objetivos anunciados anticipan que el gobierno puede dar luz verde con relativamente prontitud a las alianzas con compañías extranjeras tanto en el comercio mayorista como minorista. Además de contribuir a desarrollar el comercio y reabastecer un deprimido comercio interno, con estos negocios las autoridades buscan acceso a mercados de suministro, financiamientos, equipamientos, métodos de administración y el uso de técnicas novedosas para la gestión logística del comercio.
De hecho, Díaz Velázquez expuso la numerosa infraestructura -27 almacenes, 478 frigoríficos y unas 2 000 tiendas de cadenas minoristas- que permanecen subutilizada en el país, en espera de negocios de comercio mayoristas y minoristas con empresas extranjeras.
También lo mencionó como oportunidad para los productores nacionales, incluidas las mipymes y demás actores no estatales en expansión. No le falta razón. Además de ofrecer mercados proveedores estables directamente enlazados al exterior, estos negocios se pintan como fuentes de pre-financiamientos para estos productores y las tiendas donde serían vendidas sus manufacturas -en Cuba y fuera de Cuba, por cierto.
Por esta vía, el gobierno aspira a recapitalizar la venta de materias primas, insumos, equipamientos y otros bienes que impulsen la producción nacional. Pero también declaró la intención de levantar el “suministro de algunos bienes terminados, por ejemplo: alimentos, aseo, línea económica, sistema de instalación de electricidad con fuentes renovables de energía”, dijo González Fraga, en una enumeración suficientemente flexible –“línea económica”- como para aceptar casi cualquier oferta comercial minorista.
A juzgar por las primeras declaraciones oficiales, el gobierno apunta primero hacia las ventas en MLC, para dinamizar luego las ofertas en pesos cubanos (CUP). Busca “con ello, contrarrestar el aumento desmedido de los precios y estabilizar la oferta, que es una de las mayores dificultades que hoy presentamos”, dijo la ministra.
Con esta apertura del comercio a las IED, gana cuerpo un programa de transformaciones económicas que el gobierno emprendió en meses recientes, con el mercado cambio como novedad previa más reciente. (2022)
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