Poeta, narradora y periodista, Náthaly Hernández Chávez (Matanzas, 1994) es una de las autoras cubanas que más favorable impresión me ha causado en los últimos tiempos. Su poemario La hora violeta (2021), de factura impecable y sus incipientes narraciones, casi siempre dedicadas a la Ciencia Ficción comienzan a despertar el interés de lectores y especialistas.

Acaba de obtener el Premio Calendario de Ciencia Ficción con su novela La biblioteca de Alexa. Ya antes se alzó con el Premio David de la UNEAC en este mismo género en 2021. Egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso se desempeña como editora de libros digitales de Ediciones Matanzas.

¿Cómo sería nuestro mundo si las personas tuvieran que vender sus sueños para sobrevivir?

La biblioteca de Alexa, Náthaly Hernández Chávez.

A propósito del recientemente entregado Premio Calendario durante la pasada Feria del Libro, nos acercamos a ella con un cuestionario que no tardó en responder con prontitud y amabilidad. He aquí mis preguntas y sus respuestas.

Marilyn Bobes (MB): ¿Por qué presentarse a los Premios Calendario?

Náthaly Hernández Chávez (NHCh): Los Premios Calendario son una oportunidad única para los autores de menos de 35 años. Son de los más codiciados del país, no solo por el prestigio del concurso y por la excelente promoción que la Asociación Hermanos Saíz hace de sus autores, sino por el tremendo compromiso de la AHS Nacional y la Casa Editora Abril, de publicar una gran tirada con todos los libros ganadores y al año siguiente. En la época actual y con la crisis de materia prima que atraviesa la industria editorial cubana, esto es nada menos que una proeza. Entonces, como autor joven, el Calendario es una forma de que tu obra llegue más rápido al dominio público, desde la crítica especializada hasta el lector promedio; y es también una motivación para seguir creando.

(MB): ¿Puedes hablarnos un poco de tu libro ganador?

(NHCh): La biblioteca de Alexa es mi primera novela, y estoy orgullosa de que sea del género ciencia ficción. Es una idea que llevo mucho tiempo trabajando y madurando, combina varios elementos como el cyberpunk, la distopía tecnológica, el transhumanismo. Es una carta de amor a los sueños, a la libertad, la cordura, la auto-superación; y es un libro que gira en torno a una fuga de prisión. Hay violencia en él, pero también carga sus dosis de poesía, de anhelos y temores. Varios de sus personajes pueden tener un mismo objetivo, pero obtenerlo va a traer distintos obstáculos y consecuencias para ellos, desde muy sutiles hasta devastadores. Reflexiona además en los impactos y posible futuro que puede tener la cultura de masas, el consumismo y la tecnología que está en proceso de preparación o que ya es parte de nuestra vida. Es un llamado para cuidar y no perder de vista lo natural, lo orgánico; algo tan humano y representativo de nuestra especie como lo son los sueños.

Náthaly Hernández Chávez es una periodista y escritora matancera que, a sus 28 años, ya ha ganado varios premios literarios, entre los que se destacan el David, de Ciencia Ficción, en el año 2021, con su libro Las azules colinas de Europa; el premio Celestino de Cuento del año 2023, gracias a su conjunto de siete relatos, La figura en el puente, y el Eliécer Lazo en la categoría de Poesía, también del año pasado, con Balada del bazar de Babilonia, entre otros. Sus textos se encuentran publicados en diversas antologías como Gotas y hachazos (Editorial Páramo, España, 2016), Versos en el horizonte de la Isla. Poesía cubana contemporánea (Ediciones Caronte, Chile, 2017), La ciudad dormida. Jóvenes narradores matanceros (Ediciones Aldabón, 2019), y Alta Definición (Editorial Primigenios, EE.UU., 2020).

(MB): La ciencia ficción no es un género tradicionalmente femenino, ¿Crees que esto cambia en la actualidad entre la joven generación?

(NHCh): Afortunadamente estamos en una época donde se han dejado detrás buena parte de los prejuicios que existían al respecto. Desde los inicios del fantástico como lo conocemos, ha habido mujeres que lo escribían, ellas tuvieron que aguantar el ser menospreciadas por muchos, y se ganaron su lugar a base de talento y trabajo constante, pero no les fue fácil. Hoy en día existe un ambiente mucho más propicio para nosotras, tanto a nivel internacional como local. Y una de las características de la ciencia ficción cubana contemporánea es que viene con una fuerza femenina tremenda, con autoras ya consagradas y otras que estamos empezando a darnos a conocer. Es una buena época, y me alegra ser parte de ella y de este movimiento.

(MB): ¿Cómo y por qué comenzaste a escribir ciencia ficción?

(NHCh): Comencé a escribir ciencia ficción en el 2019. Fue el año en que me reencontré con las lecturas de ciencia ficción, luego de una época de distanciamiento. Cayeron en mis manos las Crónicas marcianas, de Ray Bradbury, y con este autor me volví a enamorar del género y me lancé a buscar muchas otras lecturas dentro del mismo. Recuerdo que escribí varios poemas de ciencia ficción y uno de ellos obtuvo premio en el Oscar Hurtado de poesía, que se publica en el Fanzine Korad y que convoca el Taller Espacio Abierto. Me uní a este Taller, en su modalidad virtual, a inicios del 2020, que coincidió con el primer año de la pandemia. Desde allí se mantuvieron muy activos en cuanto a la revisión de textos, los ejercicios de escritura y el intercambio de libros; eso, unido a la reclusión que trajo consigo la cuarentena, me motivó a escribir mis primeros cuentos largos, y que estos fueran de ciencia ficción y fantasía. Siempre les voy a agradecer a Bradbury y a Espacio Abierto que me ayudaran a encaminar mi literatura hacia estos géneros.

(MB): De todos los géneros que cultivas, cuál prefieres y por qué.

(NHCh): Eso sería preguntarle a una madre con varios hijos si tiene un favorito (risas) que, aunque lo tenga, nunca lo va a reconocer. En mi caso, más bien depende del momento. Hay temporadas en que me siento más narradora, me motiva escribir y leer textos largos, que se alternan entre la ciencia ficción, la fantasía y el realismo, ahí supongo que la narrativa es mi favorita; mientras que en otros períodos la poesía se lleva toda mi atención y entusiasmo, y me monopoliza, casi como una obsesión creativa. Es así, el favorito depende del momento.

(MB): ¿Por qué escribes?

(NHCh): Escribo porque se ha vuelto una necesidad, al menos una para que mi vida sea más feliz. Antes no tenía hábito de escritura, ni confianza para ello, y lo que hacía era tener ideas constantes que se desvanecían sin dejar rastro o, si tenían mejor suerte, terminaban anotadas en una hoja de papel o una libreta, pero no pasaban de allí. Desde que comencé a escribir me di cuenta que tenía una creatividad latente que no había descubierto o no quería reconocer. Me gusta, además, conectar con la gente. Representar nuestras vidas, nuestras ideas y sentimientos. Escribir es como hablarle a completos desconocidos, como compartir reflexiones y experiencias; todo el proceso, desde la concepción de la idea hasta el texto terminado, y luego, cuando el texto llega a un lector, me llena de alegría. No significa que sea fácil. No lo es. Pero compensa cuando veo la obra escrita. Amo la lectura desde que tengo uso de razón, los libros han estado presentes en cada parte buena y mala de mi vida, dedicarme a ello es simplemente un resultado natural. No creo que, dedicándome a otra cosa, pudiera sentirme tan realizada y plena, como cuando escribo.

(MB): ¿Cuáles son tus proyectos de escritura en estos momentos?

(NHCh): Actualmente trabajo en terminar un libro de cuentos que está a mitad de escritura y que, como proyecto, ganara hace poco una de las Becas Caballo de Coral que convoca cada año el Centro Onelio para sus recién egresados. No comento más al respecto porque no me gusta hablar mucho de los proyectos a medias, prefiero hacerlo cuando ya están terminados, supersticiones mías.

(MB): ¿Cómo definirías a la escritora Nathaly Hernández y cómo a la persona?

(NHCh): La escritora Náthaly y la persona Náthaly a veces se diferencian tanto que me parecen opuestas, pero no dejan de ser ambos lados de una misma moneda: se retroalimentan una a la otra y puede que a veces se resientan una a la otra. Sé que la persona es más sociable, emocional y alegre, mientras que la escritora es más mental, necesita su música y su soledad, y en ocasiones se le ocurren cosas tétricas que termina volcando en la literatura. Pero, como dije, difícilmente una pudiese existir sin la otra, y está bien que sea así.

(MB): ¿Qué esperas de tus lectores?

(NHCh): Que existan. (risas) Que compren mis libros y, sobre todo, que pueda coincidir con la mayor cantidad posible de ellos. Es genial recibir retroalimentación de los lectores: ya sea una alabanza, una crítica, un consejo o simplemente que te digan que se sintieron identificados con esto o aquello, lo cual te llena mucho, como autor, y le da a una un mayor sentido a todo el esfuerzo y el sacrificio que lleva este arte. Pero, incluso si nunca llego a conocerlos, ellos me conocerán a mí un poco; así que espero llegar a muchos lectores, a lectores de todo tipo. Este ahora mismo es de mis mayores sueños, uno que a lo mejor clasificaría para ser resguardado dentro de La biblioteca de Alexa. (2024)