Este producto periodístico forma parte de la cobertura especial Nuevos actores económicos y desarrollo local en Cuba (2023-2025). #DesarrolloLocalParaCrecer

La Habana, 16 ago.- Diversos emprendimientos del municipio especial Isla de la Juventud participan de la producción de alimentos a partir del árbol del pan, una especie autóctona de zonas tropicales, pero de reciente diseminación en Cuba debido a su alto aporte nutricional.

Lo que comenzó por una iniciativa científica hoy permite la creación de nuevos actores económicos, la generación de empleos y mejorar la oferta de alimentos sanos a partir de sus frutos y hojas, que contienen minerales como potasio, calcio, fósforo y hierro, así como abundante vitamina C.

 

El inicio

Uno de los proyectos de la ingeniera agrónoma Marlene García es implementar una minindustria de producción de harinas con el fruto del árbol del pan (Artocarpus altilis), en la Cooperativa de Créditos y Servicios Juan Manuel Márquez, del municipio especial Isla de la Juventud, en el suroeste de Cuba.

Desde 2016, la investigadora del Grupo de Difusión Tecnológica del Instituto de Investigación en Fruticultura Tropical en la Habana lidera en ese territorio el Grupo-Panisla, que promueve el empleo del fruto del árbol del pan para alcanzar la soberanía alimentaria y mejorar la nutrición de las familias de los barrios Argelia-La Victoria.

Con el apoyo de la Embajada de Japón en Cuba, García también integra el grupo coordinador del proyecto Producción local de harinas y conservación de alimentos para fortalecer la soberanía alimentaria en comunidades de la Isla de la Juventud.

La iniciativa beneficia en gran medida a la comunidad de Argelia, donde los cultivos del árbol del pan tienen una amplia distribución y se prioriza el uso de recursos endógenos como este.

Asegura García que los productores locales pueden aprovechar más los residuos de cosechas de ciclos cortos de yuca, boniato, plátano, ñame y calabaza. Ella les propone sembrar las plantas del árbol del pan como frutales perennes e intercalarlos con esos cultivos.

De modo que pueden “disponer de harinas, los 365 días del año, elaboradas a partir de esos tubérculos y de los frutos de la calabaza, el plátano y del árbol del pan”, sostiene.

Tras la firma de un convenio, en marzo pasado, entre la Sección de Cooperación para el Desarrollo de la Embajada de Japón en Cuba y la ONG Portuguesa OIKOS, la implementación y montaje de la referida minindustria comenzará a finales de 2024 como parte de un futuro Proyecto de Desarrollo Local (PDL) en la Isla de la Juventud, anuncia García.

 

Producción local de alimentos

Situado en el Golfo de Batabanó, al norte del Mar Caribe, el municipio especial Isla de la Juventud cuenta con 91 nuevos actores económicos aprobados entre septiembre del 2021 y mayo del 2024.

Sobresalen 89 micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) privadas (una de ellas es también un PDL), dedicadas la mayoría a la gastronomía (31) y la construcción (25).

Solo se registra una Cooperativa No Agropecuaria que brinda servicios de teneduría de libros y una mipyme estatal vinculada a la informática, según los datos publicados por el Ministerio de Economía y Planificación.

De las empresas no estatales, dos incursionan en la elaboración de productos de panadería y otras dos en la producción de lácteos. La mipyme privada Arranque Pinero y su homóloga Agua Santa (también PDL) preparan conservas de frutas, legumbres y hortalizas, indica la fuente.

Marcelo Vázquez, productor usufructuario asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios Abel Santamaría, forma parte de los 50 integrantes del Grupo-Panisla, que propagan, socializan y aprovechan el árbol del pan en la producción de alimentos.

La finca Artocarpus, que dirige Vázquez en la comunidad Los Colonos, a cuatro kilómetros de Nueva Gerona, capital de la Isla de la Juventud, se destaca como un referente para el cultivo y uso integral de dicha planta. Allí se prevé el emplazamiento de una pequeña industria que permita pelar, trocear, deshidratar y pulverizar el fruto del árbol del pan.

Destaca García que los residuos de esta minindustria pueden utilizarse en la elaboración de yogur y harina. Refiere además la posibilidad de emplear las hojas del fruto en la producción de “piensos altamente nutritivos para animales como cerdos, aves, ovejas, conejos, vacas y caballos”.

Asimismo, señala que una minindustria local puede contribuir a la alimentación de 130 niñas y niños celiacos en todo el municipio especial. “Cuando arriban a los 18 años de edad no reciben más la harina que se destina a la elaboración de sus alimentos”, especifica.

 

Arte culinario e innovación

A la par de su trabajo profesional, García lidera un proyecto comunitario que organiza ferias expositivas donde participan sobre todo mujeres que elaboran recetas con el fruto del árbol del pan.

Entre esos platillos, ya muy conocidos por la población, se encuentran variedades de pan que pronto se producirán en dos panaderías de la Isla de la Juventud

Por iniciativa de García, actualmente existe un recetario para elaborar el puré, los atoles, las panetelas, los pasteles, el panqué, las croquetas, las natillas saborizadas y los jugos que consumen niñas y niños del Círculo Infantil Los Pineritos y del centro escolar Antonio Sánchez Torralba.

La investigadora considera como un gran desafío el de transformar la mentalidad del personal de servicio y docente de esas instituciones estatales sobre la nutrición sana.

“Nunca pensé que el proyecto que comenzó hace una década iba a llegar tan lejos porque fui más allá de la ciencia, a tributar a la innovación y al desarrollo local”, apunta.

 

Miras en la economía circular

Desde 2023, García socializa los resultados de sus investigaciones. Primero visitó las provincias de Guantánamo, Holguín, Santiago de Cuba, Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus. Durante el primer semestre del 2024 realizó acciones de capacitación en La Habana y Mayabeque.

A fines de julio expuso los resultados de su iniciativa a representantes de los proyectos Patria Siembra y Red Nacional de Bosques, Jardines y Huertos Martianos, de la Sociedad Cultural José Martí, que se enfocan en estimular la siembra doméstica de frutales, vegetales y condimentos, en apoyo al movimiento de agricultura urbana en La Habana.

En los meses venideros, la especialista tiene previsto llegar con estas experiencias a Ciego de Ávila y Camagüey.

“Muchas personas se han interesado por el proyecto, por eso, entendí que debía contar con el apoyo de expertos del Instituto de Biotecnología de las Plantas de Villa Clara, para disponer de un mayor número de posturas y completar el ciclo de la economía circular”, comparte.

Ello la motivó para presentar al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente el proyecto Producción in vitro de plantas de árbol del pan para la propagación en Cuba. (2024)