Intercambian niñas y niños de Cuba y refugiados

A propósito del Día Mundial del Refugiado, se realizó una actividad educativa-cultural para niños y niñas en La Habana.

Para acompañar a niños y niñas refugiados en Cuba se analiza si existe vulnerabilidad o necesidad especial de protección en cada caso

Foto: Cortesía de Acnur

La Habana, 20 jun.-En conmemoración del Día Mundial del Refugiado, este 20 de junio, se realizó una actividad educativa-cultural para niños y niñas en La Habana Vieja, el pasado viernes.

El espacio fue organizado por la oficina en Cuba del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), de conjunto con la oficina en Cuba del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana.

La iniciativa propició el intercambio entre niñas y niños de Cuba con infantes refugiados que viven en el país.

Laura Solá, Asociada de Protección de la Acnur en Cuba, explicó que, debido a la pandemia no era posible realizar actividades de este tipo. “Los niños han estado mucho tiempo lejos de las escuelas y del intercambio con otros niños, así que pensamos que era una buena idea hacerlo de esta manera”, señaló.

También apuntó que “es necesario fomentar el intercambio entre niños refugiados y niños cubanos, para promover la inclusión y el apoyo a esos niños en el proceso de integración, que ocurre en una edad tan complicada”.

En tal sentido, valoró que “mientras estén en Cuba, deben sentirse acogidos y bienvenidos”.

Además, Solá aseguró que los esfuerzos en función de este intercambio tienen como objetivo contribuir a la sensibilización para apoyar a personas refugiadas.

“Queremos ayudar a que conozcan quiénes son los refugiados, por qué están aquí, ayudar a que los acojan y que esos niños y niñas se sientan bienvenidos en un país que no conocen”, afirmó.

Entre historia, títeres y canciones

El encuentro comenzó con un recorrido por la Casa Museo Osvaldo Guayasamín, donde pudieron disfrutar de las principales obras expuestas en la Sala Taller del Pintor. Además, en la Casa Museo Simón Bolívar, conocieron detalles de la vida de El Libertador de América.

Este recorrido se realizó de la mano de niños y niñas Guías del Patrimonio, que están vinculados a las Aulas Museo de las referidas instituciones.

La actividad continuó en el Centro A+ Espacios Adolescentes, que igualmente pertenece a la oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Se divirtieron con una función del proyecto de títeres Polichinela de La Habana; luego, disfrutaron de espacios diversos pensados acorde a sus edades.

Niñas y niños más pequeños coincidieron en un espacio de juegos con el proyecto El mundo de Amalia y su ludoteca. Esta iniciativa ofrece a las familias juegos didácticos, talleres y experiencias de aprendizaje para una educación y crianza respetuosas y felices. Por otro lado, el aula de dibujo del Centro A+ Espacios Adolescentes acogió al resto del grupo infantil. Por su amplitud y la diversidad de sus locaciones, este lugar resultó ideal para el juego y el intercambio.

Algunos prefirieron un tablero de ajedrez grande, otros, observar lo que sucedía en la ludoteca y el resto, revisar y conversar sobre los libros de colorear que recibieron como regalo en la mañana. Para cerrar la actividad, llegaron las canciones de Enid Rosales, en un concierto que también incluyó juegos.

La iniciativa propició el intercambio entre niñas y niños de Cuba con infantes refugiados que viven en el país.

Protección de personas refugiadas

Acnur trabaja en Cuba hace 33 años con personas solicitantes de asilo y refugiadas, quienes modifican su actividad en función de los tiempos y sus contextos específicos, comentó Solá.

La especialista advirtió que la nación caribeña “no es firmante de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y no cuenta con un mecanismo propio de determinación, por eso, Acnur recibe las solicitudes y decide quién cumple los requisitos para ser refugiado”. Aclaró, asimismo, que el Estado cubano acepta la estancia provisional de estas personas y no las devuelve a algún lugar donde puedan correr peligro.

Solá agregó que, durante la estancia de estas personas en la isla, se debe realizar un trabajo de protección y acompañamiento para garantizar tanto su subsistencia como su acceso a derechos elementales.

“Todos los niños tienen acceso al sistema nacional de educación, los adultos también se incluyen cuando no han alcanzado el duodécimo grado. Pueden participar en cursos de idioma y también se hacen cursos de español, en coordinación con el Ministerio de Educación”, detalló.

Por otro lado, comentó, cuentan con acceso universal a la salud, reciben atención médica gratuita, se integran en sistemas y campañas nacionales de vacunación, entre otros beneficios.

Para acompañar a niños y niñas refugiados en Cuba, advirtió Solá, “lo primero es determinar si existe alguna vulnerabilidad o necesidad especial de protección en cada caso. En general, Acnur agradece al gobierno cubano estas acciones en favor de la protección de personas refugiadas y solicitantes de asilo”. (2022)

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