Red Placemaking-Cuba: nuevo enfoque de urbanismo ciudadano

Con acciones en barrios de La Habana, la red Placemaking-Cuba promueve el desarrollo del urbanismo ciudadano en el país.

El Foro Internacional Our City, Our Space constituye un espacio para crear caminos resilientes e inclusivos desde el placemaking o urbanismo ciudadano en comunidades de la capital cubana.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

Este producto periodístico forma parte de la cobertura especial Nuevos actores económicos y desarrollo local en Cuba (2023-2025).
#DesarrolloLocalParaCrecer

La Habana, 14 jun.- Mediante talleres y otras acciones en barrios habaneros como Los Pocitos, integrantes de la red Placemaking-Cuba colaboran con residentes de esos lugares para transformar los entornos a partir de la metodología del urbanismo ciudadano.

Especialistas en arquitectura, comunicación, sociología, diseño, medio ambiente, economía y desarrollo sostenible, así como urbanistas y líderes de las comunidades integran voluntariamente esa plataforma creada en 2021 por la arquitecta Gabriela García y la periodista Leysi Rubio.

 

Placemaking y desarrollo sostenible

La red Placemaking-Cuba busca visibilizar proyectos, iniciativas y acciones para fomentar comunidades vitales, inclusivas y sostenibles, en consonancia con los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenibles de las Naciones Unidas:

  • 2 Hambre cero.
  • 3 Salud y Bienestar.
  • 11 Ciudades y Comunidades Sostenibles.
  • 12 Producción y consumo responsables.
  • 13 Acción por el clima.
  • 17 Alianzas para lograr los objetivos.

Tiene como propósito promover el desarrollo sostenible y sensibilizar sobre la Nueva Agenda Urbana Cubana 2036. El antecedente de la red es el Foro Internacional Our City, Our Space, fundado en 2020 por ambas profesionales, con el apoyo del Chevening Alumni Programme Fund y la Embajada del Reino Unido en La Habana.

La red apoya la transformación de las comunidades mediante “intervenciones rápidas, baratas y un alto impacto”, explica García, experta en regeneración de espacios urbanos en La Habana.

Además, apunta, “se procura fomentar alianzas con actores nacionales e internacionales que apoyen este tipo de acciones colectivas y, a su vez, aplicar a fondos internacionales para invertir en las comunidades más desfavorecidas”.

Asegura la arquitecta que el placemaking “tiene como principio el urbanismo ciudadano, que se centra en crear espacios que las personas amen, hechos por quienes los viven. La comunidad es la experta”.

Al respecto, especifica que las y los integrantes de la red son “simplemente asesores del proceso, ayudamos a identificar las habilidades y las potencialidades que las personas ven en su barrio y apoyamos su transformación”.

 

Mejoras sostenibles en las comunidades

En opinión de la también investigadora urbana, el placemaking es una metodología de trabajo visionaria y, a la vez, práctica porque se cuenta con muy bajo presupuesto y permite, en muy corto tiempo, ganar la confianza de la comunidad, al ser un método inclusivo y colaborativo.

El placemaking se centra en crear espacios que las personas amen, hechos por quienes los viven”.

Gabriela García, arquitecta.

«Mientras más miembros de la comunidad logremos vincular, más efectivo va a ser el proceso, por demás, flexible y adaptable. No queremos hacer algo que perdure tanto en el tiempo sino que tenga la capacidad de evolucionar y adaptarse a nuevas funciones”, indica.

En ese sentido, García precisa que las y los profesionales como ella “no asumimos todas las responsabilidades sobre el diseño. Tenemos en cuenta la voz de la comunidad”.

El proyecto Akokán, en el municipio de Marianao, promueve la participación de la infancia en el diseño de su entorno, como parte de la colaboración con Placemaking-Cuba. (Foto: Jorge Luis Baños/IPS Cuba)

Desde la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), el profesor y arquitecto Universo García hace un llamado a los integrantes de esa organización no gubernamental a formar parte activa de la solución de problemas en las comunidades vulnerables.

De ese modo, sostiene, debe elevarse “la calidad de las obras nuevas que se ejecutan en los barrios más desfavorecidos, mejorarse la calidad de vida de la población y que esta cuente con espacios urbanos mejor diseñados”.

A su juicio, “la experiencia de Placemaking-Cuba marca metodológicamente un camino de lo que podría suceder realmente si trabajamos con la comunidad, como parte de una campaña sostenible en el tiempo».

El también líder de U+D arquitectura Estudio de diseño de interiores y presidente de la sección de arquitectura de la Uneac, insiste, junto a varios colegas, en la pertinencia de legalizar el ejercicio profesional independiente de arquitectos e ingenieros como parte de los nuevos actores económicos en Cuba.

En Los Pocitos se inauguraron tres espacios comunitarios con libros donados por la Embajada del Reino Unido en La Habana. (Foto: Tomada del perfil de Facebook Our City, Our Space).
Diseñar el barrio soñado y otras acciones inclusivas

En marzo de 2022, la red Placemaking-Cuba organizó el taller Diseñando mi barrio, en Los Pocitos, comunidad del municipio habanero de Marianao, en colaboración con los proyectos Akokán y GAÏA, para acompañar a niñas y niños en el diseño del barrio de sus sueños. debido a sus ínfimos ingresos.

 

Placemaking-Cuba vs. cambio climático

En julio del 2022, integrantes de la red Placemaking-Cuba compartieron con un grupo de adolescentes durante el taller de verano Mi ciudad y el cambio climático, que sesionó en Fábrica de Arte Cubano (FAC).

“Mediante la metodología de urbanismo ciudadano, talleristas elaboraron una maqueta con materiales reciclados y un mural con los elementos de su ciudad ideal, a la que llamaron Plan B. Según ellos, el Plan A nos les había funcionado en el diseño de la ciudad. Además se hizo una pequeña intervención en una de las áreas públicas de FAC”, recuerda Gabriela García.

Dos meses después, se impartió el taller Más BOSQUE, con la misión de crear un espacio público acogedor en el delta del río Almendares, que es principal afluente de la capital cubana; reforestar parte de la franja hidroreguladora en La Puntilla, área del municipio Playa; y plantar árboles, a partir de un diseño apropiado.

Uno de los principales resultados fue el aprendizaje de la metodología del urbanismo ciudadano por parte de estudiantes y profesores de arquitectura.

Tres meses después, el equipo de Placemaking-Cuba se sumó a la tercera edición del Festival La Rueda, una iniciativa del Proyecto Artecorte (radicado en La Habana Vieja), que en esa ocasión se dedicó a la comunidad sorda, la movilidad sostenible en la capital cubana y el uso de la bicicleta en la ciudad.

Activistas de la red impartieron el taller Mapeo con la Comunidad Sorda para identificar las rutas seguras e inseguras con ese medio de transporte no contaminante. Luego se realizó un mapeo de vías seguras para las mujeres.

“Instalamos un biciparqueo en El Cimarrón (proyecto comunitario y café ubicado en El Vedado). Eso forma parte del sueño de crear una red de biciparqueos en el sector privado de la ciudad», comenta García.

A fines de 2023, durante la Semana de la Cultura Británica, la red colaborativa se unió a un taller de lectura y escritura sobre literatura fantástica organizado por el Proyecto Akokán, para infantes de Los Pocitos.

Se emplazaron murales para mostrar dibujos inspirados en los cuentos que niñas y niños leyeron en el taller y se inauguraron tres espacios comunitarios para situar libreros con materiales donados por la Embajada del Reino Unido en La Habana.

 

Placemaking para El Fanguito
Mural con dibujos elaborados con niñas y niños como resultado del taller de literatura fantástica impartido en Los Pocitos. (Foto: Tomada del perfil de Facebook Our City, Our Space).

Integrantes de la red se preparan para trabajar en la comunidad en transformación El Fanguito, del municipio Plaza de la Revolución. Al decir del arquitecto y urbanista Kiovet Sánchez, pretenden “lograr acciones que constituyan victorias rápidas”.

Según adelanta, planean impartir un taller durante un fin de semana, y en el encuentro recabar la mayor cantidad de información para elaborar un banco de proyectos e iniciativas que la vecindad crea necesarias para implementar en su barrio. Luego especialistas decidirán cuáles son las más viables de llevar a cabo en la semana siguiente.

“Se trata de aprovechar la inteligencia colectiva para transformar espacios públicos como plazuelas o callejones, con diversos usos y actividades, en lugares donde residentes de la comunidad se sientan bien y los niños quieran jugar los juegos tradicionales”, indica el también socio fundador del colectivo de innovación abierta Ad Urbis Arquitectos. (2024)

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