La economía azul atrae a emprendedores de Cuba

Líderes de empresas privadas cubanas diseñan proyectos que buscan aplicar ideas y soluciones de la llamada economía azul.

El productor Liuber Ojeda muestra las plantas que cosecha en pomos plásticos desechables en el reparto habanero de Alamar. La economía azul representa una oportunidad de transformar el panorama económico de Cuba, al adoptar modelos innovadores y prácticas sostenibles e inclusivas en la gestión empresarial.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS Cuba.

Este producto periodístico forma parte de la cobertura especial
Nuevos actores económicos y desarrollo local en Cuba (2023-2025)
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La Habana, 17 ene.- “Tenemos inmensos desafíos a causa de la contaminación y el consumo anual del 170 % de los recursos que el planeta regenera. Por ello, creo que es impostergable implementar las soluciones que plantea la economía azul”, señala el emprendedor cubano Lemar Hurtado Hoyos.

Para el fundador y CEO de la mipyme privada Nufor SURL, de La Habana, aplicar los preceptos que defiende el empresario belga Gunter Pauli deviene una oportunidad de transformar el panorama económico de Cuba, al adoptar modelos innovadores y prácticas sostenibles e inclusivas en la gestión empresarial.

Asimismo, emprendedores cubanos consideran que ante los retos de la economía global en el siglo XXI, como la contaminación ambiental y el agotamiento de recursos naturales, la economía azul ofrece una alternativa sostenible para satisfacer las necesidades comunitarias.

 

Actores económicos y economía circular en Cuba

Cuba tiene una política de Estado dirigida a introducir la economía circular en todos los sistemas y los nuevos actores económicos. A continuación se mencionan ejemplos de estos últimos:

“Se convierten desechos en recursos valiosos, al fomentar un desarrollo económico que beneficia tanto a la sociedad como al medio ambiente”, destaca Celia Cabrera, vicepresidenta de Nufor SURL.

Acuñado por Pauli en 1994, el concepto se fundamenta en principios que buscan maximizar el uso eficiente de los recursos locales, trabajar con los ciclos de la naturaleza, minimizar el impacto ambiental y generar mucho valor agregado. Tiene preceptos similares a los de la economía verde, pero esta última busca además una mejor inversión.

Desde 2022, la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre (FANJ) contribuye a la promoción de la economía azul en Cuba, a través de iniciativas impulsadas por Yociel Marrero, director de su Programa de Economía y Consumo Responsable.

Mediante talleres y encuentros la oenegé cubana facilita el intercambio entre emprendedores nacionales y especialistas de diversos países.

Una de sus acciones más recientes fue la coordinación de un espacio de diálogo, en noviembre de 2024, en el cual Pauli expuso sus ideas e intercambió con diversos representantes del sector privado cubano interesados por estas temáticas.

El economista europeo pidió concentrarse en mitigar el impacto ambiental del cambio climático, generar nuevas fuentes de empleo, promover la economía circular y mejorar la calidad de vida en las comunidades.

Para Lemar Hurtado Hoyos, CEO de la mipyme privada Nufor SURL, la producción de hongos comestibles puede ser una solución viable en Cuba como fuente de alimentación sana al contribuir a la prevención de enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes. (Foto: Cortesía de integrantes de Nufor SURL)

 

Alimentación sustentable y ecológica

Al dialogar con Pauli, el CEO de Nufor SURL se refirió a la experiencia de su empresa en la promoción de la educación ambiental y nutricional, el desarrollo sostenible y las prácticas innovadoras.

Fundada en 2022, esta mipyme está incubada en el Parque Científico Tecnológico de La Habana. Contiene varias divisiones: Impacto Nufor, que atiende el aspecto social y ambiental con el canal de oportunidades para emprendedores ¡¡¿Te Enteraste?!!, Transporte y logística, y Desarrollo de Software.

Además, incluye SupraBio, que prioriza la implementación de la biotecnología agrícola y la hidroponía automatizada.

Precisa Hurtado Hoyos que su empresa se encuentra preparando el espacio para la puesta en marcha de una fábrica para producir hongos comestibles, en áreas de la habanera Finca de los Monos.

“Este alimento puede ser una alternativa saludable al ser muy rico en nutrientes, vitaminas, aminoácidos y proteínas por lo que puede contribuir a la prevención de enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes”, subraya.

Sobre la génesis de ese proyecto explica: “en enero de 2023 teníamos identificado a un experto en hongos comestibles que, en su tesis de maestría, reprodujo las especies Pleurotus ostreatus y Lentinula edodes. Hasta ahora seguimos colaborando”.

Además aclara que el proyecto cuenta con la guía de especialistas de la Aceleradora Agrícola de la Fundación Universitaria de Innovación y Desarrollo, de la Universidad de La Habana, y forma parte del Grupo de Trabajo Nacional de Hongos Comestibles, liderado por el Ministerio de la Agricultura.

La economía azul convierte desechos en recursos valiosos, fomentando un desarrollo económico que beneficia tanto a la sociedad como al medio ambiente, explica Celia Cabrera, vicepresidenta de la mipyme privada Nufor SURL (al centro, a la izquierda: Lemar Hurtado, y a la derecha: Gunter Pauli, creador de la economía azul. También en la foto, a la derecha: Amanda Triana, coordinadora del Programa Economía y Consumo Responsable de la FANJ y Liliana Núñez, presidenta de la FANJ) (Foto: Tomada del perfil de Celia Cabrera en Facebook)

 

La economía azul favorece la economía circular

Sin conocer el concepto de economía azul, Hurtado Hoyos incluyó en su modelo de negocios, enfocado a la economía circular, los proyectos de biopolímeros con el fin de sustituir los plásticos.

En tanto, la idea de producir hongos comestibles la incorporó en diciembre de 2022, como resultado del taller organizado por la FANJ donde conoció la experiencia de Pauli en África.

En ese continente, el belga impulsa hasta ahora más de 2000 centros para el cultivo de ese alimento y la producción de pienso para gallinas ponedoras, a partir del aprovechamiento de los residuos de la pulpa del café.

En opinión del creador de Nufor SURL, la economía azul propone “modelos de negocio específicos que aumenten la eficacia de la economía circular, a partir de la producción y el consumo más responsables, la generación de valor agregado y los efectos multiplicadores que impacten positivamente en el medio ambiente y el bienestar de los trabajadores”.

Al respecto destaca: “La idea central es utilizar los recursos locales para satisfacer las necesidades locales, usando soluciones de alta ciencia e investigación, pero con bajo costo de tecnología y recursos. Se dirige a resolver algunos puntos críticos del desarrollo humano como son el acceso a alimentos, agua y energía”.

La educación para el desarrollo sostenible es una de las líneas de trabajo de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre, a través de su Programa de Economía y Consumo Responsable. (Foto: Jorge Luis Baños/IPS Cuba)

 

Otros enfoques innovadores

Pauli, expresidente de Ecover, una de las empresas europeas más grandes de biopolímeros, considera que en Cuba se debe potenciar la creación de productos sostenibles empleando el bagazo de la caña de azúcar, un tipo de celulosa fermentable. Y recomienda utilizar algas en la fabricación de biogás.

La propuesta de SkySails, otra de las empresas supervisadas por Pauli, resulta muy interesante para Iván Dimas, fundador de la mipyme privada Dimas Soluciones SURL, que comercializa equipos de energías renovables.

De acuerdo con el llamado gurú de la economía azul, es posible generar 150 kilovatios de energía eólica usando cometas que suben a alturas de 200 ó 300 metros, donde las corrientes de aire son más constantes.

Según Pauli, “mil cometas de 40 metros cuadrados podrían resolver el problema energético en Cuba. Como valor agregado se puede producir hidrógeno para transformarlo en agua potable, tan necesaria para la agricultura, y en energías para sistemas de movilidad”.

Asimismo recalca que este enfoque innovador reduce la necesidad de infraestructura pesada y costosa, pues la transición hacia energías renovables se tornaría más accesible en Cuba. (2025)

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