La Habana, 17 dic.- ¿Es equitativa la presencia de mujeres, hombres, personas de comunidades indígenas, afrodescendientes y LGBTIQ+ en el cine en América Latina? ¿Existen buenas prácticas para su inclusión y apoyo? fueron temas analizados en uno de los espacios teóricos del 45 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

Organizado por el Proyecto Palomas, casa productora para el activismo social, el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa) en Cuba y el Instituto Cubano de Arte e industrias Cinematográficos sesionó el panel Retos y nuevos caminos. Miradas del cine iberoamericano a la inclusión y la diversidad cultural.

El encuentro permitió debatir sobre la inclusión de la diversidad cultural y la protección integral de los derechos humanos, las posibilidades y los beneficios de la colaboración, las vías para apoyar a grupos en situación de desventaja e indicadores para medir avances.

Alianzas con el cine

Según destacó Marisol Alfonso, jefa de la Oficina del Unfpa en Cuba, “con el foco puesto en hacer cosas diferentes, la alianza con el cine puede ser muy beneficiosa para la labor del fondo, toda vez que mediante este medio se puede lograr un mayor alcance”.

También destacó que el cine tiene una función transformadora y oportunidades desde el punto de vista comunicacional y educativo, posibilidad de lograr empatía con diferentes realidades diferentes, a través de personajes y espacios.

Daniela Alatorre, directora del Instituto Mexicano de Cinematografía, explicó que en todas las convocatorias de ese instituto reciben puntos extras, para la asignación de recursos, las películas de mujeres y de directores o directoras indígenas o afrodescendientes, así como proyectos que visibilicen a las comunidades LGBTIQ+.

“CAACI, una organización que representa los institutos de cine de América Latina e Iberoamérica, en los últimos años ha generado información e indicadores sobre políticas públicas enfocadas a la igualdad de género y la promoción de la diversidad cultural, dijo Christian Salazar, coordinador de la Unidad Jurídica y de proyectos de la Secretaría Ejecutiva de la Cinematografía Iberoamericana.

Por su parte, la realizadora cubana Lizette Vila, directora del Proyecto Palomas, reflexionó: “hablamos de políticas públicas, de indicadores, pero estamos hablando de las personas, del dolor de las personas. Están las discriminaciones y las deudas sociales, muy profundas y cada vez más”.

Beatriz Marcheco, presidenta de la Sociedad Cubana de Genética Humana, señaló que existe una brecha entre el conocimiento producido por la ciencia médica en las últimas cinco décadas y su utilidad social, al no ser capaces las y los especialista de “entregar al gran público la traducción de lo que hemos aprendido”.

Asimismo calificó el panel como “una oportunidad de poner en manos de quienes tienen el don de la creación y de poner en imágenes los hechos y los sueños, que deben ser de los principales aliados para contarles a las personas esos saberes a través del cine”.

Voces para la reflexión

Grisel Rodríguez, de Unfpa, consideró claves “las alianzas con productoras y productores y productos comunicativos, porque ese tipo de material podría ser de mucha utilidad para las acciones que se realizan en pos de la no discriminación”.

A su vez, llamó a continuar trabajando por la sensibilización y capacitación de cineastas para trabajar mejor, “porque no necesariamente ser mujer, por ejemplo, significa que se tiene esa sensibilidad hacia el género y la inclusión”, apuntó.

Sergio Cabrera, coordinador general de Palomas, defendió el apoyo a cineastas cubanas mayores de 60 años, para quienes pidió crear en 2025 un premio que reconozca un proyecto de alguna de estas mujeres creadoras.

“Es preciso hablar, denunciar, reparar, pero también visibilizar las historias de quienes no lo lograron y no han tenido los recursos para llegar a las posibilidades o que se han autoexcluido porque creen que no tienen derecho”, consideró.

Del 5 al 15 de diciembre tuvo lugar el 45 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, con la exhibición de más de 250 filmes de 42 países. Su programa incluyó conferencias, encuentros con especialistas y creadores, además de la entrega de los Premios Corales. (2024)