Red Cubana de Mujeres Emprendedoras priorizará los espacios formativos

Entre las proyecciones para 2025 de la Red Cubana de Mujeres Emprendedoras sobresale ampliar las acciones de capacitación.

Katia Pérez es socia, cofundadora y vicepresidenta de la mipyme privada Quota SRL, de La Habana.

Foto: Jorge Luis Baños/IPS Cuba

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Nuevos actores económicos y desarrollo local en Cuba (2023-2025)
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La Habana, 25 dic.- En Cuba “son insuficientes los espacios formativos y de promoción, la visibilidad en diferentes medios y canales, los mecanismos de apoyo y facilitación para el emprendimiento femenino”, valora Katia Pérez, de 36 años, jurista de profesión y coordinadora de la Red Cubana de Mujeres Emprendedoras.

“Por disímiles razones, que varían según los territorios, los grupos poblacionales, la edad, el nivel educativo, la capacidad económica, entre otros, las mujeres enfrentamos enormes retos para emprender, sumándole a ello la carga de los cuidados que socialmente nos son asignados”, reflexiona.

Al respecto, señala que existe una diferencia muy marcada de mujeres socias de negocios en mipymes y Cooperativas No Agropecuarias, mientras que el número es mucho más alarmante en las mujeres dueñas de tierras, a pesar de jugar un papel fundamental y protagónico en la producción de alimentos.

Estudios revelan que hace más de 20 años disminuye la presencia de las mujeres cubanas en los sistemas agroalimentarios. Ellas son 38 % de la población rural económicamente activa y se dedican sobre todo a labores de la agricultura, la ganadería, la caza y la silvicultura, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación publicada en 2023.

Como principales barreras para las mujeres en el sector agropecuario se identifican las malas condiciones de trabajo, los bajos salarios y la sobrecarga de responsabilidades en el hogar.

La encuesta indica que las mujeres representan apenas 18 % de las personas ocupadas en el sector no estatal (1 298 023). De las 238 070 mujeres empleadas, trabajan como cuentapropistas 167 118 y como cooperativistas 23 225.

“Nuestro concepto de mujer emprendedora es amplio e incluimos no solo a las dueñas de un emprendimiento, sino a cualquiera que lidere proyectos, aunque no tengan ánimo de lucro”, explica Katia Pérez, coordinadora de la Red Cubana de Mujeres Emprendedoras. (Foto: Jorge Luis Baños/IPS Cuba)

 

El trabajo de la red

Apoyarse, compartir información; reflexionar sobre proyectos, dificultades y soluciones; y movilizarse para donar en ayuda a poblaciones damnificadas, entre otras acciones, distinguen el trabajo de la Red Cubana de Mujeres Emprendedoras durante los dos años y ocho meses de creada.

Soñada al calor del auge de nuevos actores económicos, es una agrupación de mujeres, sin ánimo de lucro, que tiene como objetivo trabajar por el empoderamiento femenino, explica su coordinadora.

“Surge como un acto de expresión voluntaria de emprendedoras, a partir de sus demandas en el contexto actual: la necesidad de multiplicación y ampliación de espacios que sumen a mujeres, faciliten la generación de alianzas, el intercambio y el apoyo necesario hacia la visibilización de buenas prácticas de integración, participación y formación de capacidades para dirigir sus emprendimientos”, apunta Pérez.

Con carácter nacional, funciona como un mecanismo de facilitación y coordinación para la creación de espacios de intercambios de conocimientos, experiencias y difusión de buenas prácticas, con la visión de lograr un mayor empoderamiento e inclusión de las mujeres en el ámbito del emprendimiento en su sentido más amplio.

La propuesta de la Red Cubana de Mujeres Emprendedoras se vincula a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, en específico el número 5, encaminado a lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

“Nuestra labor también se afianza en una de las prioridades del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, concebido como agenda del Estado cubano”, agrega.

Integrantes de la Red Cubana de Mujeres Emprendedoras participaron en el espacio Diálogos de la Red de Emprendimiento de la Universidad de La Habana. (Foto: Cortesía Red Cubana de Mujeres Emprendedoras)

 

¿Quiénes son?

Integran la red más de 200 mujeres emprendedoras, mayores de 18 años de cualquier sector y forma de gestión de la economía, residentes en Pinar del Río, La Habana, Artemisa, Mayabeque, Matanzas, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo.

Existen grupos provinciales solo en Santiago de Cuba y Villa Clara. Está en proceso de formación otro en Guantánamo.

“Nuestro concepto de mujer emprendedora es amplio e incluimos no solo a las dueñas de un emprendimiento, sino a cualquiera que lidere proyectos, aunque no tengan ánimo de lucro, como los comunitarios; y a lideresas de procesos y áreas dentro de emprendimientos y empresas privadas y estatales”, comenta Pérez.

Sobre la estructura de la red, abunda, está organizada en clústeres, territorios y proyectos a los que se vinculan las integrantes, colaboradoras o beneficiarias de las acciones. Incluye a hombres en las modalidades de colaboradores y beneficiarios.

Especifica que los clústeres son grupos formados por emprendedoras de un mismo sector, que comparten actividades afines y similares segmentos de mercados: industrias culturales y creativas, agronegocios, tecnologías de la información y las comunicaciones, cosmética natural y artesanal, infancias y cuidados, emprendimientos con enfoque medioambiental y mujeres exportadoras.

Participantes en el Programa de formación de mujeres emprendedoras, realizado en la sede habanera de la Comunidad San Egidio, movimiento laico que tiene sus orígenes en Roma, Italia, en 1968, con 15 años de presencia en Cuba. (Foto: Cortesía Red Cubana de Mujeres Emprendedoras)

 

¿Cómo lo hacen?

“Las principales acciones que estamos desarrollando en esta etapa son las formativas, con el enfoque de creación de capacidades en las beneficiarias, para lo cual se diseñó un plan de formación, a partir de encuestas de necesidades realizadas”, comenta.

Para ello, la red utiliza los recursos humanos propios y la colaboración de instituciones, organismos y otras redes como la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial, el estatal Instituto Nacional de Investigaciones Económicas, la Red de Emprendimiento de la Universidad de la Habana y su Fundación Universitaria.

Entre los organismos internacionales con los que interactúan se encuentran agencias como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

 

Mirar al futuro próximo

Para Pérez, también cofundadora y vicepresidenta de la mipyme privada Quota SRL, coordinar la red es “uno de los retos más hermosos” de su vida. “Requiere de mucho esfuerzo y tiempo, que es lo más complicado a veces porque tengo mi propia empresa que a su vez tiene varios proyectos, pero la satisfacción es enorme”, dice.

“Hemos creado una red de apoyo increíble a nivel personal y de desarrollo de negocios y proyectos, donde todas estamos poniendo nuestro talento y cumpliendo nuestros sueños. No hay una fórmula mágica, pero ante este reto, coliderar la red ha sido una estrategia que está funcionando y está relacionada con sus principios y valores”, valora.

Asimismo reconoce: “todas tenemos nuestro espacio para liderar, pero debe prevalecer la sororidad y el interés superior de la red por encima del personal, teniendo en cuenta las diversidad de las integrantes a nivel psicológico y sociológico”.

Acerca de las motivaciones “para seguir haciendo por las mujeres emprendedoras de Cuba”, refiere: “Cada vez que vemos un resultado, una alianza concretada, una mujer que emprende, que está mejor preparada, que utilizó las herramientas que le dimos y gracias a ello va mejorando y perfeccionando su negocio, hace que todo valga la pena”.

Para continuar su labor en 2025, la red tiene como prioridades ampliar los proyectos, según las necesidades de las integrantes, así como la membresía y el alcance a nivel territorial.

También aspira a fortalecer las relaciones interinstitucionales, que incluye relaciones nacionales de diferentes actores e internacionales y una mayor promoción en diferentes canales de los emprendimientos liderados por mujeres.

Prevé el perfeccionamiento de su plan de acciones de responsabilidad social, “de manera que podamos abarcar más espacios y beneficiar a más personas”, afirma Pérez.

A ello se suma mantener “la empatía, la comunicación asertiva, la visión estratégica, la gestión de trabajo por competencias y la solución de conflictos, mucho estudio, sobre género y empoderamiento, economía feminista, violencia de género en el ámbito laboral, políticas públicas y cuidados, entre muchas otras aristas para poder seguir acompañando a las mujeres emprendedoras y las que están por emprender”, concluye. (2024)

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