Desafíos en la atención a dinámicas demográficas en Cuba

Unfpa reitera su compromiso de acompañar al país en sus acciones para mitigar efectos negativos y aprovechar las oportunidades.

Según pronósticos, en el 2025, la población de 60 años y más será el 25,2 por ciento del total, y en 2030, el 29,3 por ciento.

Foto: Onei

La Habana, 18 jul.- Contemplar la territorialidad, elevar la cultura, dar seguimiento a la implementación de las políticas públicas, con enfoque de género y derechos humanos, son recomendaciones generales de expertos para la atención a las dinámicas demográficas, en pos del desarrollo sostenible.

A propósito del Día Mundial de la Población, la Oficina del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa, por sus siglas en inglés) en Cuba convocó el panel “Un mundo de 8.000 millones de personas: hacia un futuro resiliente. Aprovechar las oportunidades y garantizar los derechos y la libertad de decisión de todas las personas”.

Consuelo Vidal, coordinadora residente del Sistema de Naciones Unidas (SNU) en la nación caribeña llamó a fomentar “la resiliencia demográfica, lo que equivale a convertir los retos en oportunidades, incorporando las dinámicas de población a la proyección e implementación de las estrategias de desarrollo del país y de los territorios”.

En apoyo al país, “hemos priorizado la dinámica demográfica como uno de los ejes transversales de nuestro Marco de cooperación 2020-2024”, señaló.

Al respecto, se refirió al acompañamiento a la generación de datos que posibiliten proyectar e implementar estrategias de desarrollo basadas en estadísticas de calidad, así como de observatorios demográficos, sociales y laborales.

Marisol Alfonso, representante auxiliar de la Oficina de UNFPA en la isla, reiteró el compromiso de ese organismo del SNU de seguir respaldando los esfuerzos nacionales para atender las dinámicas de la población.

Tiro certero

Antonio Aja, director del Centro de Estudios Demográficos (Cedem), de la Universidad de La Habana, resaltó desafíos como la atención a los nacimientos y la creciente población adulta mayor, las diferenciaciones territoriales y locales, los costos en salud y las migraciones de mujeres y jóvenes.

Igual de relevantes resultan la reducción del saldo migratorio interno y externo negativo, en diferentes territorios y su impacto; la disminución del embarazo y la fecundidad adolescente, con énfasis en las diferencias territoriales, la atención a la tercera edad, incluida la jurídica y la responsabilidad estatal, social y familiar.

El experto reflexionó sobre la prioridad del empleo, al considerar que en los próximos años serán más las personas que saldrán de la edad laboral que las que entren. Según pronósticos, en el 2025, la población de 60 años y más será el 25,2 por ciento del total, y en 2030, el 29,3 por ciento.

Aja alertó que la política cubana para la atención a la dinámica demográfica y el envejecimiento, con seguimiento al más alto nivel, es solo un punto de avance, que debe complementarse con acciones gubernamentales afirmativas, con el acompañamiento de la sociedad civil en los territorios.

Cuba, consideró, necesita con urgencia una campaña por el desarrollo cultural y para quienes no ven la relación cultura-demografía. Explicó que ello abarca asuntos como aborto, fecundidad, embarazo adolescente, incorporación de la mujer al trabajo y el acatamiento de normas elementales de convivencia.

Alertó que la carencia de ese desarrollo, en diferentes territorios, “está incidiendo negativamente”.

A su juicio, el problema está presente en jóvenes, población adulta y adulta mayor, lo que demanda acciones conjuntas entre los ministerios de Educación, Educación Superior y Cultura, entre otros, “porque por ahí se nos van en gran medida los esfuerzos que se hacen”.

Puntos claves

Para Ada Alfonso, del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), al menos, existen 10 puntos claves para garantizar el disfrute pleno de la salud y los derechos sexuales y reproductivos.

Entre ellos, apuntó la apropiación efectiva de los enfoques de género, derechos humanos y participación; el fortalecimiento del sistema de promoción de salud, prevención, atención y reparación; la educación integral de la sexualidad dentro y fuera de la escuela y la formación de los recursos humanos.

También remarcó la necesidad de subvertir el patriarcado con una comunicación para el desarrollo y el cambio social, el monitoreo de la implementación de políticas públicas, sectoriales y locales que posibiliten identificar poblaciones necesitadas de medidas afirmativas.

En su opinión, las familias deben estar en el centro de las intervenciones, son necesarias políticas de infancia, adolescencia y juventudes, con acciones que consideren su heterogeneidad y necesidades, además de hacer énfasis en lo local, como espacio de producción de salud y de garantías para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos.

En el intercambio se abordó la urgencia de una comunicación efectiva sobre estos temas, con la participación de profesionales de la comunicación y el periodismo, el enfoque multidisciplinario e interinstitucional y el seguimiento permanente a la implementación de las políticas, sobre todo a escala local, donde sucede la vida.

Se insistió en continuar investigando acerca de los impactos de la pandemia, no solo en la salud, sino también en la dinámica poblacional.

En el panel intervinieron también Ramón Pichs, director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, y Juan Carlos Alfonso, vicedirector de la Oficina Nacional de Estadística e Información. (2022)

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