Del Lejano Oriente al Caribe

El gobierno cubano amplía sus nexos comerciales y financieros con dos líderes de la economía asiática y mundial: Japón y China.

China y Cuba firmaron una larga lista de acuerdos y convenios para profundizar relaciones comerciales y las inversiones del gigante asiático en la nación antillana.

Foto: Tomada de Cubadebate

Cuba maniobra intensamente para acortar distancias con economías líderes de Asia, en línea con su estrategia de diversificar nexos comerciales con el mundo. Desde el Lejano Oriente a su vez miran con interés hacia la mayor de las Antillas, en momentos en que el gobierno de Raúl Castro dialoga con Estados Unidos. El Primer Ministro de China, Li Keqiang, aterrizó en el Aeropuerto Internacional José Martí, de La Habana, el 24 de septiembre. Un día antes partió de la misma ciudad su homólogo japonés, Shinzo Abe.

Ambos mandatarios sellaron pactos de cooperación con el gobierno cubano, el cual calificó de históricas las dos visitas. Razones le asisten para calificarlas así: mientras Japón le condonó a La Habana parte sustancial de una pesada deuda y prometió un mayor acercamiento, China firmó importantes acuerdos para ampliar el comercio y las inversiones en Cuba.

Entre convenios, memorandos de entendimiento y otros papeles, los gobiernos de Cuba y de China firmaron, durante la visita de Li Keqiang, 12 documentos jurídicos para estrechar lazos en sectores industriales y tecnológicos vinculados con la energía, la biotecnología y la poligrafía, además de poner orden en los nexos bancario-financieros.

La biotecnología y la industria médico farmacéutica es uno de los terrenos que más estimula el acercamiento económico entre ambos países.
La biotecnología y la industria médico farmacéutica es uno de los terrenos que más estimula el acercamiento económico entre ambos países.

Mediante acuerdos de crédito, Beijing apoyará el programa cubano para fomentar la generación de electricidad a partir de fuentes renovables: participará en la construcción de centrales bioeléctricas adjuntas a la industria azucarera -ingenios Ciro Redondo y Héctor Rodríguez, en el centro del país-, en la instalación de un parque eólico y oficializó el suministro de materias primas a Cuba para la producción de paneles solares.

China también abrió una línea de crédito concesional para la ejecución de un proyecto de modernización de la industria poligráfica cubana de impresión de periódicos, mientras el gobierno de la ciudad china de Chengdu y el grupo empresarial BioCubaFarma firmaron un acuerdo marco para encaminar un proyecto vinculado con el mapeo cerebral.

El sector de la medicina y la biotecnología es uno de los privilegiados para negocios conjuntos. Los dos gobiernos acordaron constituir una empresa mixta en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, dedicada a la producción de biosensores, glucómetros y otros equipos diagnosticadores. Se le unirán otros proyectos, para transferir Cuba la tecnología de un medicamento avanzado, la estreptoquinasa recombinante, y crear una unidad conjunta entre el Centro de Inmunología Molecular y la empresa china Dongsan Biotech, para la investigación, desarrollo y producción a escala piloto de anticuerpos monoclonales y proteínas recombinantes, a fin de exportarlos a América Latina.

Ambas partes citaron la bioingeniería, la neurotecnología, la bioinformática y la proteómica, así como la computación de alto rendimiento, y la producción y comercialización de un producto biotecnológico contra el cáncer, entre los terrenos prometedores. “La firma de los actuales acuerdos significa que estamos en un nivel más alto en las relaciones”, dijo en La Habana el presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reformas de China, Xu Shaoshi.

Los resultados más recientes dan continuidad a avances bilaterales en terrenos como la reconstrucción del Puerto de Santiago de Cuba, el turismo, el petróleo y la construcción de infraestructura industrial, entre otros.

Un paso importante para activar líneas de cooperación, comercio e inversiones con Cuba, lo dio Beijing al condonar adeudos atrasados de la parte cubana, además de firmar un acuerdo marco destinado a fomentar nexos de seguro bancario entre ambos países para la cobertura a mediano y largo plazos y un memorando de entendimiento para la colaboración financiera entre el Banco Popular de China y el Banco Central de Cuba.

Con un intercambio comercial en ascenso, que llegó en 2015 a alrededor de 1,6 mil millones de dólares según datos de la parte asiática, China se afianza como segundo socio comercial de Cuba. Le antecede Venezuela, si se consideran tanto productos como servicios. Pero fuentes de la nación antillana precisan que Beijing se posicionó en 2015 como el primer socio comercial de bienes para Cuba, con más de dos mil millones de dólares y un crecimiento del 77 por ciento.

Li Keqiang coincidió con Shinzo Abe al mencionar la reforma del modelo económico que impulsa el gobierno de Raúl Castro como un factor que acelerará el acercamiento de sus respectivos países para comerciar y hacer inversiones en Cuba.

Aunque todavía son escasas las asociaciones con empresas cubanas, las compañías de las dos potencias asiáticas exploran intensamente el mercado de este país. Como anticipo, los dos gobiernos coincidieron también al prometer el envío de delegaciones empresariales mucho más numerosas que las anteriores a la próxima edición de la Feria Internacional de La Habana, en noviembre. (2016).

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