La Habana, 12 ago.- Tras celebrar en 2014 su medio milenio con la imagen urbana restaurada, la ciudad del centro cubano de Camagüey continúa desarrollando proyectos para la preservación de su patrimonio en todos los sentidos e incrementar los servicios públicos.

“Desde el aniversario 500, en la otrora villa de Santa María del Puerto del Príncipe no se ha dejado de trabajar”, sostiene José Rodríguez, director de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC).

Defensa de la historia

Según Rodríguez, se ha laborado intensamente en la maqueta sobre la muerte del insigne patriota de este territorio y de la primera guerra por la independencia de Cuba del colonialismo español, el abogado y mayor general del Ejército Libertador, Ignacio Agramonte (1841-1873).

“Su muerte, como otros matices de la historia cubana, se vio envuelta en la leyenda y la fantasía de los cronistas de entonces. Estuvo en silencio total desde 1873 hasta inicios del siglo XX, pues nadie se atrevió a escribir sobre el asunto”, dijo.

Camagüey a sus 504 años Santa María del Puerto del Príncipe fue una de las primeras villas fundadas en Cuba, según marca la tradición, el 2 de febrero de 1514. Su primer asentamiento estuvo en la costa norte y fue traslada en dos ocasiones hasta su emplazamiento definitivo, en 1528, en el sitio que, presumiblemente, ocupa hoy el Parque Agramonte, donde estuvo la Plaza de Armas. El Centro Histórico de la ciudad fue declarado en 2008 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización  de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Hace unos años, la OHCC convocó a una consulta nacional de especialistas que arrojó una aproximación científica a los hechos ocurridos, lo que permitió elaborar una maqueta mediante la cual se podrá explicar el resultado de esa investigación.

Ubicado en el lugar donde murió Agramonte, en el municipio de Vertientes, en los potreros de Jimaguayú, el prototipo permitirá mostrar las circunstancias en que cayó combatiendo el patriota, como se ha hecho sobre el deceso de otros grandes jefes militares independentistas.

Un edificación acogerá la maqueta en el sitio donde se solía acampar durante las guerras de independencia, que tendrá ese complemento gracias a la investigación publicada en un libro y que se apresta este año a tener su tercera edición.

Otro proyecto finalizado es el rescate del batey de la fábrica de azúcar de Jaronú, que se encontraba en la lista del patrimonio cubano en peligro y fue además severamente dañado por el huracán Irma, en septiembre de 2017.

En marcha

Sin detener el paso, la OHCC, creada en 1997, lleva adelante dos grandes proyectos.

El primero de ellos se relaciona con la preservación de la memoria documental y material del ferrocarril, que tuvo un importante impacto para la historia de Cuba y particular repercusión en la cultura y el patrimonio edificado de esa ciudad, desde el siglo XIX.

La vieja estación del ferrocarril, recordó Rodríguez, dejó de funcionar porque el largo de los trenes en las décadas del 70 y 80 del pasado siglo sobrepasaba el largo de los andenes.

“Las autoridades de la provincia y del Ministerio del Transporte adoptaron la decisión de entregárnosla”, indicó.

“Hoy está prácticamente salvada de los daños, se trabaja en la terminación de la obra civil y se ha unido a un proyecto de museo ferroviario, con un concepto integral y funciones para la operación de los trenes: de allí saldrán las tripulaciones, el jefe de estación continuará radicando en ese sitio y los visitantes podrán ver ese movimiento”, detalló.

Por otra parte, se avanza en la reconversión una vieja termoeléctrica, heredada del patrimonio industrial, en recinto ferial y sitio para acontecimientos culturales.

Este local solventará “una carencia en la ciudad, por ejemplo, hoy la feria del libro se desarrolla en un espacio no apropiado”, explicó el historiador. (2018)