La Habana, 30 may.- Al reciclaje de la moda contribuyen en La Habana los emprendimientos La pupa, moda sostenible y Se permuta mi closet, alternativas que ayudan a suplir algunas carencias y devuelven la utilidad a artículos en desuso, sobre todo a las prendas de vestir.

Reutilizar, rediseñar o remodelar ropa es una práctica que data de mucho tiempo, pero no pierde la vitalidad y es el empeño de ambas iniciativas surgidas en la capital cubana en estos tiempos de covid-19.

El inicio de la pandemia en Cuba detuvo la vida profesional y social de muchos, entre ellos, los artistas. Ese fue el elemento motivador para la bailarina Aymara Vila Rodríguez, quien recurrió a alternativas útiles para poder salir adelante, satisfaciendo una de sus expectativas en relación con crear tiendas de segunda mano.

Así aprovecha el don visto en ella por sus amigas relacionado con su “buena mano para encontrar tesoros”.

Nace La pupa

Explica Vila Rodríguez que La pupa, moda sostenible es un proyecto basado en la compra y venta de prendas y accesorios de vestir de uso en excelente estado, devolviéndoles la utilidad y satisfaciendo las necesidades de quienes no tienen el poder adquisitivo para comprar en tiendas o ferias con precios exorbitantes.

Sobre las dinámicas del accionar de las personas involucradas en este emprendimiento comenta su creadora que cuentan con una sede en Calle 19 # 1162, entre 16 y 18, en El Vedado. Allí reciben a quienes tenga prendas y accesorios de vestir que se encuentran en buen estado y ya no usan.

Esos vendedores-clientes tienen, además, la posibilidad de adquirir algo de lo que allí se comercializa con parte del valor total que reciben por la venta de productos a la tienda.

Vila Rodríguez asegura que está valorando la idea de insertar a la dinámica de trabajo del establecimiento las ventas a consignación, lo que sumará otro valor a la ropa en venta.

La pupa, moda sostenible abre al público dos o tres sábados al mes, pero mantiene informados a sus públicos mediante la publicidad online en las redes sociales y las plataformas digitales.

De acuerdo con Vila Rodríguez, todavía no se puede decir si es rentable o no este negocio. “No tengo mucha experiencia sacando cuentas y es reciente la apertura de la tienda, así que para saber eso necesito un tiempo más”, dice.

Se permuta un closet singular

Se permuta mi closet es un proyecto que promueve la moda circular en Cuba, mediante el intercambio de prendas. Surgido en enero de este año, a partir de la idea de Solanch Almanza Valdés, tiene el objetivo de implantar un consumo más consciente en el cual las personas evalúen otras opciones antes de comprar, e incluso, cuando compran.

Se trata de un proyecto itinerante que funciona a través del grupo en WhatsApp con igual nombre, y en el que sus dinámicas están pensadas desde el diseño de espacios y eventos en línea que permiten coordinar intercambios y compra y venta de artículos.

“Cada persona trae una cantidad de prendas que son clasificadas por el equipo y recibe una puntuación el día del evento, los participantes intercambian esos puntos por nuevas prendas”, indica Almanza Valdés.

“Tenemos el interés de ofrecer posibilidades para el razonamiento de los posibles compradores, quienes encuentran espacio para conocer de dónde viene la prenda que han adquirido y cómo se hizo, lo que les posibilitará luego mantener una relación de amor con sus prendas y cuidarlas correctamente para que dure mucho más”, dice.

Asimismo agrega: “De esta forma contribuimos al cuidado del ecosistema y al desarrollo local compradores, vendedores y productores locales”. Resalta Almanza Valdés que también contribuyen a “un cambio positivo en el planeta que le legamos a las futuras generaciones”.

Por último señala: “con esta acciones, y luego de cumplir con los requerimientos burocráticos establecidos, pretendemos presentarnos como un proyecto de desarrollo local”. (2021)